"Europa: La senda hacia un crecimiento económico sostenible" por Christine Lagarde, Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional

3 de marzo de 2014

Foro Global sobre España: De la estabilidad al crecimiento

Por Christine Lagarde
Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional
Bilbao, España, 3 de marzo de 2014

Texto preparado para la intervención

Buenos días. Me complace mucho estar aquí con ustedes en Bilbao: una ciudad artística, industrial, innovadora y famosa por albergar el museo Guggenheim, que tuve el placer de visitar ayer por la noche.

Estoy encantada de estar aquí hoy, y quisiera darles las gracias en particular a los anfitriones de este foro: Su Majestad el Rey Don Juan Carlos; el Ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos; el Alcalde de Bilbao, Iñaki Azcuna, y el Lehendakari Íñigo Urkullu.

Bilbao es quizás el mejor ejemplo de cómo una región se ha enfrentado al desafío de luchar contra la adversidad económica cambiando y adaptándose. A través de una serie de reformas ambiciosas y bien diseñadas, Bilbao ha logrado convertirse en un modelo de transformación urbana eficiente y próspera a nivel mundial.

En muchos aspectos, este también es el caso de Europa —y de España— durante la crisis. De hecho, la crisis financiera mundial puso a prueba muchos de nuestros modelos económicos y marcos de política centrales, y evocó el espectro de una situación catastrófica para Europa. Se requerían soluciones y reformas radicales y ambiciosas.

Gracias a las impresionantes medidas adoptadas en los últimos cinco años, Europa —y España— están comenzando a recuperarse. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. El crecimiento se mantiene demasiado bajo y el desempleo demasiado alto para que cantemos victoria sobre la crisis.

En este contexto, quisiera referirme a dos temas principales:

  • Qué nos queda por hacer para dejar atrás la crisis en Europa; y las próximas medidas que deberían adoptarse para sentar las bases de un crecimiento sólido y sostenible y crear empleo; y a su vez:
  • Qué le queda por hacer a España para salir de la crisis; y las próximas medidas que debería adoptar para asegurar que estos considerables esfuerzos sean muy fructíferos.

Una hoja de ruta para el crecimiento y el empleo en Europa

Primero quisiera referirme a Europa. La zona del euro está saliendo finalmente de una profunda recesión. La demanda interna y externa están creciendo, y las condiciones financieras han mejorado ligeramente. Nuestras proyecciones publicadas en enero indican que el crecimiento en la zona del euro será del 1% en 2014 y del 1,4% en 2015. Esta es una buena noticia.

Sin embargo, en muchos países, el desempleo aún se mantiene en niveles inaceptablemente elevados, sobre todo entre los jóvenes: 1 de cada 4 europeos menores de 25 años que está buscando empleo no puede encontrarlo.

Los altos niveles de deuda siguen frenando la recuperación y persiste la fragmentación financiera. Además, también existe el riesgo de que la inflación —que se mantiene muy por debajo del objetivo de estabilidad de precios del Banco Central Europeo (BCE) del 2%— se mantenga baja durante un período prolongado, lo que podría desestabilizar la recuperación.

¿Qué necesita Europa para alcanzar una trayectoria de crecimiento sólido y sostenible y crear empleo? Creo que deberíamos centrarnos en tres prioridades.

Primera: Reforzar la arquitectura de la unión monetaria. Esto significa completar la unión bancaria y sanear los balances de los bancos.

¿Por qué es esta prioridad tan importante? Una unión bancaria más completa es un factor esencial para reducir la fragmentación financiera y romper el círculo vicioso entre los bancos y las entidades soberanas que ha sido tan destructivo.

Si bien se han realizado importantes avances en este ámbito, queda mucho por hacer para lograr una resolución oportuna y eficiente. También es necesario establecer un mecanismo eficaz de respaldo común.

Del mismo modo, es esencial sanear el sector bancario a fin de reactivar el crédito y la inversión. En este ámbito, la labor del BCE relativa al análisis de la calidad de los activos y las pruebas de resistencia es ambiciosa pero adecuada. Se trata de un ejercicio complicado, de manera que una buena comunicación y una implementación eficaz son dos factores importantes.

La segunda prioridad es respaldar la demanda mediante la aplicación de políticas monetarias y fiscales.

El BCE ya ha adoptado una serie de medidas firmes para ayudar a la zona del euro. Se requieren aún más políticas acomodaticias y medidas focalizadas para abordar las bajas tasas de inflación, que se mantienen por debajo del objetivo, y promover un crecimiento y empleo duraderos.

Con respecto a la orientación fiscal prevista para la zona del euro en 2014, consideramos que, en términos generales, es apropiada, pero debe complementarse a nivel nacional con marcos creíbles a mediano plazo y un ritmo de consolidación adecuado.

La tercera prioridad es seguir avanzando en las reformas de los mercados de productos y de trabajo, que pueden contribuir de manera significativa a estimular la productividad y restablecer la competitividad. Es necesario simplificar los sistemas tributarios, racionalizar los procedimientos de ingreso y salida de empresas y reforzar los regímenes nacionales de insolvencia. Todas estas medidas pueden ayudar a impulsar la inversión y fomentar el empleo.

En resumen, el desafío actual para los líderes europeos es acelerar las reformas que prepararán el terreno para el establecimiento de una unión monetaria más robusta; una unión que pueda mantener un mayor crecimiento y promover el empleo.

Una hoja de ruta para el crecimiento y el empleo en España

Permítanme ahora referirme a España. Nuevamente, tenemos noticias buenas, y otras no tan buenas. En primer lugar, las buenas noticias.

España ha comenzado a recuperarse. Se ha reanudado el crecimiento en el segundo semestre de 2013 después de más de dos años. Las cifras de desempleo y empleo ahora están mejorando paulatinamente.

Las condiciones económicas y financieras han mejorado considerablemente. En efecto, desde la crisis, las exportaciones españolas han crecido a un ritmo más rápido que las de Alemania, lo que contribuyó a registrar un superávit en cuenta corriente por primera vez en 20 años. De hecho, aun si esto se debiera en parte a la debilidad de la economía, no deja de ser cierto que se trata de una de las mayores recuperaciones de la cuenta corriente registradas por una economía avanzada importante sin que medie una depreciación del tipo de cambo.

El programa de reformas de España

Esta recuperación puede atribuirse en gran parte al programa de reformas firmes y de amplio alcance que España ha puesto en marcha desde que estalló la crisis financiera mundial. Este programa se centra en tres pilares principales.

El primer pilar es el programa del sector financiero. Este programa ha sido un factor clave para el saneamiento de los bancos españoles.

En el marco de este programa, se evaluaron de manera transparente las necesidades de recapitalización de los bancos, que se vieron obligados a cubrir sus deficiencias, entre otras formas, a través de una línea de crédito de €1.000 millones abierta por Europa, y se reforzó la regulación financiera para asegurar que una serie de instituciones, como las cajas, no operen sin ningún control.

El segundo pilar de este programa es la reforma del mercado de trabajo. La crisis puso en evidencia una serie de problemas persistentes en el mercado de trabajo español. La reforma laboral de 2012 constituyó un importante avance, y contribuyó a la recuperación del empleo incluso en un momento en que la economía está comenzando a crecer.

El tercer y último pilar del programa es la reforma fiscal. El presupuesto pasó de un superávit en 2007 a un enorme déficit en 2009. Ante esta situación, se adoptaron una serie de medidas difíciles, junto con un control más riguroso sobre las finanzas regionales, que han permitido una mejora apreciable de la posición fiscal, a pesar de la recesión.

Soy plenamente consciente de que este programa de reformas fue difícil de aplicar. Requirió una gran capacidad de resistencia y determinación por parte de la población española. Sin embargo, no hay duda de que este conjunto de reformas que se refuerzan mutuamente está dando ahora sus frutos, y vemos cómo ha mejorado la confianza, la competitividad y, lo que es de fundamental importancia, el empleo y el crecimiento.

Agenda pendiente

Sin embargo, como en el caso de Europa, también en España las heridas de la crisis son profundas y tardarán varios años en cicatrizar.

Tal vez la herida más notable es la del desempleo. Durante la crisis, el desempleo pasó del 8% en 2007 al 26% en 2013.

Casi 6 millones de personas a las que les gustaría trabajar no tienen trabajo. La mitad de ellas —3 millones— no trabajan desde hace más de un año. Y cada día que pasan sin trabajar son menores sus posibilidades de conseguir un empleo en el futuro.

También es profundamente angustiante ver que el desempleo entre los jóvenes está muy por encima del 50%. No hay nada peor para los jóvenes que se incorporan al mercado de trabajo que ver socavados sus sueños y su potencial por la lacra del desempleo. Un largo período de desempleo durante la juventud deja cicatrices personales, sociales y económicas a largo plazo, entre ellas una reducción del ingreso vitalicio.

Prioridades de cara al futuro

Por lo tanto, ¿qué necesita España para iniciar también una trayectoria de mayor crecimiento y empleo de forma permanente?

Pienso ahora en lo que dijo el Presidente Rajoy en una ocasión: “España ha salido de la recesión pero no ha salido de la crisis, la tarea ahora es lograr una recuperación vigorosa que nos permita crear puestos de trabajo”.

Estoy totalmente de acuerdo: Crear puestos de trabajo debe ser el objetivo primordial para España.

¿Qué significa esto en términos prácticos? Significa que no se puede relajar el impulso de la reforma. Debe mantenerse el fuerte impulso de la reforma, y consideramos que será crucial seguir avanzando en tres ámbitos clave.

En primer lugar,las reformas del mercado de trabajo, que deberán profundizarse para que sean beneficiosas para todos.

Tanto las empresas como sus trabajadores deberán tener la seguridad de que podrán llegar a acuerdos adecuados sobre condiciones laborales y salarios. Este factor es esencial para la protección y la creación de empleo.

También es necesario apoyar directamente a los trabajadores, proporcionándoles capacitación para mejorar sus conocimientos profesionales y asistencia a los desempleados para conseguir un puesto de trabajo. Además, al reducir los costos tributarios de contratar trabajadores, en especial los de baja remuneración, los desempleados se enfrentarían a menos obstáculos para encontrar trabajo.

El segundo ámbito está relacionado con la deuda, que debería reducirse.

Para las empresas, esto significa ayudar a las que son insolventes pero reestructurar la deuda de las que son viables, de manera que puedan seguir operando y continuar invirtiendo y contratando a trabajadores.

Para el gobierno, esto significa seguir reduciendo el déficit fiscal de manera gradual y favorable al crecimiento, especialmente apoyándose más en los impuestos indirectos.

Por último, el tercer ámbito es el clima empresarial, que debe reforzarse.

Es necesario facilitar la creación y el desarrollo de nuevas empresas, lo que fortalecerá su capacidad para crear empleo. Es preciso mejorar la competitividad de las empresas, lo que también fomentará el empleo y la productividad.

Los planes del gobierno para liberalizar los servicios profesionales y fomentar el libre comercio entre las regiones españolas apuntan en gran medida en esa dirección.

Conclusión

No hay duda de que las reformas que he descrito para Europa y España llevarán años de grandes esfuerzos por parte del gobierno y la sociedad.

Sin embargo, Don Quijote dijo una vez: “La diligencia es madre de la buena ventura” y ¡quién soy yo para discutir con Cervantes!

Y así como Bilbao se transformó a través de “25 proyectos en 25 años”, es esencial que tanto España como Europa se comprometan nuevamente a aplicar sus ambiciosos programas de reforma. Nuestra responsabilidad colectiva no solo es restablecer un crecimiento vigoroso, sino también lograr que millones de personas puedan volver a trabajar.

Muchas gracias.

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