El Directorio Ejecutivo del FMI concluye la Consulta del Artículo IV con Bolivia correspondiente a 2022

16 de septiembre de 2022

Washington, DC: El 14 de septiembre de 2022, el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó la Consulta del Artículo IV 1 con Bolivia y aprobó la evaluación del personal técnico conforme al procedimiento de aprobación tácita por vencimiento de plazo, sin celebrar una reunión 2 .

A pesar de que la pandemia de COVID-19 ha seguido causando perturbaciones y una trágica pérdida de vidas en Bolivia, la recuperación económica tras la desaceleración ocasionada por la pandemia ha sido más rápida de lo que se esperaba. Tras sufrir una contracción de 8,7% en 2020, la economía creció un 6,1% en 2021, estimulada por la minería, la construcción y la agricultura. La subida de los precios de las materias primas mundiales ha impulsado los ingresos de exportación, contribuyendo así a situar la cuenta corriente en un superávit de 2% del PIB en 2021. En junio de 2022, la inflación se situaba en niveles bajos (1,9% interanual), respaldada por la sólida producción interna de alimentos, la vinculación de facto del boliviano al dólar de EE.UU., y los subsidios y controles de precios sobre el combustible y los alimentos.

El aumento de los ingresos procedentes del sector minero y la relajación de algunas de las medidas de emergencia relacionadas con la pandemia contribuyeron a reducir el déficit fiscal, que pasó de 12,7% del PIB en 2020 a 9,3% del PIB en 2021, un nivel todavía elevado. Aunque la subida de los precios de las exportaciones de gas natural de Bolivia han proporcionado cierto apoyo fiscal, tuvo más peso la menor producción de gas natural y los gastos adicionales en subsidios necesarios para mantener fijos los precios minoristas del combustible. Más de un tercio del déficit fiscal lo ha financiado el banco central, ejerciendo presión sobre el saldo de reservas internacionales de Bolivia, que han disminuido de USD 5.280 millones a finales de 2020 a USD 4.300 millones a finales de julio de 2022.

Las proyecciones sitúan el crecimiento en 3,8% interanual en 2022, un ritmo inferior al de 2021 pero suficiente para resituar el PIB en el nivel anterior a la pandemia a finales de este año. Los precios de las materias primas, persistentemente elevados, seguirán estimulando los ingresos procedentes de la minería y la agricultura. Se prevé que la inflación aumente hasta 4,2% interanual a finales de año, ya que los precios internacionales se transmiten parcialmente a los alimentos y la energía. Según las proyecciones, el alto costo de mantener los subsidios a los combustibles, que según los cálculos es de 3,7% del PIB, elevará el déficit fiscal a 8,5% del PIB en 2022, un nivel cercano al del año anterior.

Los riesgos para las perspectivas incluyen la incertidumbre en torno a los efectos de la guerra en Ucrania, entre ellos la posibilidad de que los precios de la energía aumenten, lo cual podría repercutir en un incremento de los costos de los subsidios y avivar la inflación interna. Dadas sus considerables necesidades de financiamiento, Bolivia enfrenta también riesgos derivados de los cambios en las condiciones financieras externas asociados con el ciclo de austeridad mundial. Aunque parece que el sector financiero se encuentra en un estado satisfactorio tras la pandemia, todavía podrían aparecer vulnerabilidades gestadas durante el período de moratorias generalizadas de los préstamos. Un rebrote de la pandemia podría tener consecuencias negativas para la salud pública y el crecimiento económico.

Evaluación del Directorio Ejecutivo

Al concluir la Consulta del Artículo IV de 2022 con Bolivia, los directores ejecutivos avalaron la evaluación del personal técnico, en los siguientes términos:

Bolivia ha logrado avances importantes en la reducción de la pobreza. El PIB per cápita ha aumentado en más del triple desde 2005, mientras que los programas sociales y los salarios más altos han mejorado la distribución del ingreso. Entre 2000 y 2021, la tasa de pobreza disminuyó de 66,4% a 36,3%, la pobreza extrema se redujo de 45,3% a 11,1%, la esperanza de vida aumentó de 62 a 72 años, y la tasa de terminación de la escuela primaria aumentó de 84% a 99%. Se trata de logros importantes y duraderos.

Habrá que realizar un ajuste fiscal significativo para restablecer la sostenibilidad de la deuda, eliminar el financiamiento monetario y regenerar las reservas internacionales. Si Bolivia opta por conservar el tipo de cambio fijo, para restablecer la sostenibilidad macroeconómica será necesario reducir el déficit primario hasta alrededor de 1,5% del PIB con arreglo a un plan viable a mediano plazo. El gobierno tendría que moderar el gasto, lo cual implicaría eliminar el doble aguinaldo al cierre de ejercicio, frenar el crecimiento de los salarios del sector público, limitar el crecimiento de la inversión pública y recortar los subsidios. Una forma de ampliar la base tributaria es abordar la informalidad, reforzar la administración tributaria y aduanera (modernizando los sistemas informáticos y mejorando la gobernanza) y ajustar la política tributaria de modo que el impuesto sobre la renta de las personas físicas de los hogares de más ingreso aumente. La posición externa de Bolivia es moderadamente más débil que el nivel que implican las variables fundamentales y las políticas deseables.

La reducción de los subsidios a los combustibles deberá combinarse con compensaciones para los deciles de población más pobres. La correcta implementación de un incremento de los precios internos de los combustibles pasa por reciclar una parte del ahorro presupuestario en programas de transferencias de efectivo focalizados en los deciles más pobres de la población. Una estrategia de comunicación eficaz será esencial para concienciar sobre el carácter regresivo de los subsidios energéticos y las ventajas de implementar mecanismos de fijación de precios basados en el mercado, combinados con transferencias de efectivo focalizadas.

A Bolivia le convendría dotar de mayor independencia al banco central y llevar a cabo una transición cuidadosamente secuenciada a un tipo de cambio más flexible. Dotar al banco central de mayor independencia y capacidades institucionales repercutiría positivamente en la estabilidad macroeconómica y financiera, y facilitaría el ajuste del tipo de cambio, en caso necesario. Una mayor flexibilidad cambiaria ayudaría a preservar las reservas internacionales, reducir la actual sobrevaluación del tipo de cambio y generar mejoras netas del bienestar. Adoptar un tipo de cambio flexible y combinarlo con un régimen monetario de metas de inflación permitiría aumentar considerablemente la resiliencia a los shocks del mercado. Esta transición debería prepararse y comunicarse adecuadamente, coordinarse con otras medidas de política macroeconómica, e ir acompañada de un aumento de la independencia institucional del banco central.

El Banco Central de Bolivia (BCB) debería depender menos de los swaps de monedas como fuente de reservas. Si se logra implementar reformas fiscales, las presiones sobre la balanza de pagos deberían atenuarse, permitiendo la acumulación de reservas a partir de préstamos soberanos externos y compras directas en el mercado, con el objetivo de reducir la dependencia de las permutas financieras con bancos comerciales. Asimismo, alargar paulatinamente el vencimiento de los swaps que se mantengan contribuiría a reducir las vulnerabilidades. En caso necesario, podrían adoptarse mecanismos adicionales para garantizar que la liquidez interna sigue siendo adecuada.

Se debe monitorear la creciente interdependencia del sistema de pensiones con el gobierno. Se debe analizar detenidamente la posibilidad de diversificar los fondos de pensiones en una gama más amplia de activos —que podría abarcar activos en moneda extranjera— a fin de mejorar los rendimientos medios y diversificar la exposición. No obstante, esto debería ir precedido de una transición hacia una gestión profesional e independiente de las carteras de los fondos de pensiones e, incluso entonces, debería realizarse con cautela, para no exacerbar los desequilibrios y vulnerabilidades internos.

Tras las intensas reestructuraciones de préstamos efectuadas durante la pandemia, es necesario realizar un seguimiento detallado de las carteras de préstamos bancarios, para poder identificar rápidamente señales de deterioro de la calidad del crédito. Asimismo, los cupos de crédito y los topes de la tasa de interés siguen limitando la rentabilidad de los bancos, y deben eliminarse progresivamente. Las autoridades reguladoras deben efectuar un seguimiento exhaustivo del coeficiente de suficiencia de capital y el nivel de liquidez de los bancos, así como seguir respaldando las iniciativas de lucha contra el lavado de dinero con miras a preparar la evaluación del GAFI, que está previsto que comience este mismo año.

Los programas para reducir el contrabando y la informalidad ayudarían a mejorar la gestión de gobierno. La meta sería desplazar esta actividad a la economía formal, ampliar la base tributaria y mejorar la capacidad de seguimiento de la evolución económica. Las reformas de la administración tributaria y aduanera pueden facilitar el seguimiento de las mercancías y el cumplimiento de los procedimientos de importación. Estas iniciativas serán importantes a la hora de mejorar la gobernanza, que sigue presentando varios ámbitos de reforma prioritaria.

Se necesitan reformas por el lado de la oferta para promover la inversión en hidrocarburos y minería, y para fomentar el desarrollo de nuevas industrias. La ley de hidrocarburos debe reformarse para incentivar las inversiones nuevas y reducir progresivamente los actuales requerimientos que obligan a los productores a vender a un precio inferior al costo de producción. Las leyes de minería deben revisarse para fomentar la inversión privada en el sector del litio, entre otros. También se consideran oportunas, otras reformas, como el relajamiento de los límites a las exportaciones y los controles de precios, el uso del arbitraje internacional, la creación de un punto único de asistencia a los inversionistas extranjeros y la eliminación de los cupos de crédito y los topes sobre las tasas de interés.

Bolivia debe incrementar la proporción de electricidad generada a partir de energías renovables y facilitar el incremento de las inversiones verdes. Bolivia puede ampliar los compromisos adquiridos recientemente en materia de CDN y establecer metas claras para las emisiones, acelerar el desarrollo de los recursos de litio del país y presentarse como destino para las inversiones verdes.



1 Conforme al Artículo IV de su Convenio Constitutivo, el FMI mantiene conversaciones bilaterales con sus miembros, habitualmente todos los años. Un equipo de funcionarios del FMI visita el país, recaba información económica y financiera y analiza con las autoridades la evolución del país y sus políticas en materia económica. Tras regresar a la sede del FMI, los funcionarios elaboran un informe que sirve de base para el análisis del Directorio Ejecutivo.

2 El Directorio Ejecutivo toma decisiones conforme al procedimiento de aprobación tácita por vencimiento de plazo cuando el Directorio acuerda que una propuesta puede considerarse sin convocar a deliberaciones oficiales.

Departamento de Comunicaciones del FMI
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