Typical street scene in Santa Ana, El Salvador. (Photo: iStock)

Boletín del FMI : El FMI perfecciona el análisis y el asesoramiento sobre reformas estructurales

9 de noviembre de 2015

  • Un estudio reciente del FMI muestra que las reformas estructurales tienen un impacto
  • positivo en el crecimiento de la productividad
  • Las prioridades de reforma y
  • su impacto sobre la productividad evolucionan a medida que las economías
  • se desarrollan
  • El FMI elaborará una serie de herramientas para profundizar
  • el análisis y asesoramiento en materia de reformas estructurales

Las reformas estructurales son importantes para el crecimiento y sus beneficios tienden a ser mayores cuando estas se aplican conjuntamente, según se observa en un nuevo estudio del FMI.

CRECIMIENTO MUNDIAL

Los beneficios que pueden obtenerse de los diferentes tipos de reformas varían entre los distintos grupos de ingreso: las reformas estructurales más eficaces en un país de bajo ingreso tal vez no tengan el mismo impacto en un país que se encuentre en una etapa más avanzada en la curva de desarrollo, según el estudio (véase el gráfico 1).

Pero las reformas estructurales por sí solas no son una “fórmula mágica” para lograr el éxito macroeconómico, subrayan los autores.

“Una fuerte identificación del país con las reformas y la capacidad de aplicarlas de manera sostenida parece ser esencial para cosechar sus frutos en términos de productividad y crecimiento”, señala Sanjaya Panth, Subdirector del Departamento de Estrategia, Políticas y Evaluación del FMI.

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Reactivar el potencial de crecimiento

Para tener una buena salud económica, los países a menudo deben introducir cambios en la estructura básica de sus economías. Las reformas estructurales son medidas orientadas a elevar la productividad mejorando la eficiencia técnica de los mercados y las estructuras institucionales, o reduciendo los obstáculos a una asignación eficiente de los recursos. Estas reformas pueden abarcar ámbitos diversos: reformas de supervisión bancaria, leyes sobre derechos de propiedad, modificaciones de las tarifas arancelarias o normas de contratación y despido.

El FMI está perfeccionando su análisis sobre el papel que desempeñan las reformas estructurales para impulsar el crecimiento potencial: uno de los principales desafíos a los que se enfrentan las autoridades económicas desde la crisis financiera mundial, que ha dejado a muchos países estancados en un ciclo de crecimiento débil y desempleo elevado. En casi todos los países el crecimiento de la productividad se ha desacelerado, y en muchos casos también se ha deteriorado el crecimiento potencial.

En los últimos seis años desde la crisis, muchos países se enfrentan a una situación en la que las políticas orientadas a respaldar la demanda y reactivar el crecimiento —como medidas de estímulo fiscal y políticas monetarias no convencionales— corren el peligro de perder su eficacia o se están quedando sin espacio. En estas circunstancias, las autoridades económicas están recurriendo cada vez más a las reformas estructurales para complementar otros esfuerzos orientados a reactivar el crecimiento.

Aunque desde la crisis el FMI ha redoblado sus esfuerzos para examinar el impacto de las reformas estructurales en el desempeño económico, este nuevo estudio tiene como objetivo ayudar al FMI a adoptar un enfoque más estratégico en algunos ámbitos de la reforma estructural que requieren mayor atención, como se señaló en el Examen Trienal de la Supervisión de 2014.

“Para respaldar de manera más sistemática las necesidades de reforma de los países, el FMI debe tener un conocimiento más profundo de la relación entre las reformas y el desempeño macroeconómico”, señala Chris Papageorgiou, codirector del estudio con Karen Ongley.

Extraer enseñanzas de la experiencia

Este estudio examina la relación entre las grandes tendencias de reforma y la productividad, y considera los efectos de las reformas a gran escala, así como el impacto de las “olas” de reformas que se aplican simultáneamente en varios frentes.

En ambos casos, los autores observan que existe una relación positiva entre las reformas estructurales y el aumento de la productividad. Además, señalan que cuando se llevan a cabo varias reformas en forma paralela, sus beneficios son mayores; sin embargo, es necesario seguir examinando estas cuestiones para determinar cómo los países pueden combinar estas reformas estructurales y en qué orden deben aplicarlas para que tengan la mayor eficacia posible.

Este estudio también confirma que las reformas fiscales estructurales (como aquellas orientadas a fortalecer la administración tributaria, la eficiencia del gasto y los procesos presupuestarios) y las reformas del sector financiero —que constituyen un elemento central de la labor que lleva a cabo el FMI— son consideradas extremadamente relevantes por todos los países de la institución.

Además de examinar los datos de los últimos 40 años, en este estudio se extraen enseñanzas de la experiencia de seis países: Armenia, Australia, Malasia, Perú, Tanzanía y Turquía (véase el gráfico 2). Sus experiencias tienden a reforzar los resultados del análisis empírico. “Los países que fueron más eficaces en la aplicación de reformas en general adoptaron un enfoque más integral, según el cual unas políticas macroeconómicas bien concebidas complementan las reformas estructurales”, señala Ongley.

Los autores también entrevistaron a economistas del FMI que dirigen los equipos encargados de los países a fin de evaluar la relevancia de distintas reformas estructurales en las conversaciones actuales con los países miembros. Los resultados confirman la idea de que las necesidades de reforma evolucionan a medida que la economía se desarrolla. Por ejemplo, las reformas agrícolas probablemente serán más relevantes en países de bajo ingreso, mientras que la innovación y la reforma del mercado de trabajo serán ámbitos de reforma que tendrán mayor prioridad en las economías avanzadas.

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Próximas etapas

Tomando como base sus trabajos recientes, el FMI tiene la intención de seguir enriqueciendo los fundamentos analíticos y la gama de herramientas de diagnóstico que los equipos encargados de los países pueden utilizar en sus análisis y su diálogo con los países miembros. Este trabajo también permitirá aprovechar y compartir la experiencia de los distintos países. En el contexto de este trabajo, el FMI también debería perseguir los objetivos siguientes:

• Aprender a distinguir todos los aspectos estructurales que son esenciales para la salud macroeconómica de los países miembros del FMI y poner de relieve las implicaciones macroeconómicas en sus consultas con los países.

• Limitar sus recomendaciones en materia de políticas a aquellos ámbitos en los que cuenta con la experiencia necesaria, pero examinar la posibilidad de adquirir experiencia en ámbitos que tengan un gran impacto y en los que la demanda sea elevada, como la infraestructura y el mercado de trabajo.

• Reforzar la colaboración con otros organismos en aquellos ámbitos de reforma estructural que no estén dentro del núcleo de especialización del FMI.