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El FMI y las Organizaciones de la Sociedad Civil

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Boletín para la sociedad civil
Noviembre de 2003

En este número

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Evolución reciente de las relaciones entre el FMI y las organizaciones de la sociedad civil:
 
Artículo principal:
   Entrevista a Montek S. Ahluwalia
 
Reuniones Anuales de 2003 en Dubai:
  Informe del Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI)
  Diálogos de la sociedad civil en Dubai:
  El FMI en Oriente Medio y Norte de África
  La función del FMI en los países de bajo ingreso
  Comienza el debate público sobre la guía para las relaciones del personal del FMI con las organizaciones de la sociedad civil
 
Cartas desde los países:
  David Yuravlivker, Ecuador
  Dennis Jones, Guinea
  Jeremy Carter, Sri Lanka
 
Cartelera de anuncios:
  Otras reuniones recientes entre funcionarios del FMI y las organizaciones de la sociedad civil
  Noticias sobre los funcionarios del FMI y cambios organizativos
  Selección de discursos
  Selección de publicaciones

Evolución reciente de las relaciones entre el FMI
y las organizaciones de la sociedad civil

Este número del Boletín para la sociedad civil ve la luz en un período de considerable debate en torno a las estrategias de desarrollo económico. La labor encaminada a lograr un nuevo acuerdo mundial sobre comercio tropezó con serios obstáculos en la Reunión Ministerial de la Organización Mundial del Comercio realizada en Cancún, México, en septiembre, lo que plantea un nuevo desafío a la comunidad internacional. Por otra parte, acontecimientos políticos recientes ocurridos en América Latina volvieron a suscitar preguntas acerca de las estrategias económicas que es preciso aplicar. Simultáneamente, en todos los continentes muchos países en desarrollo han logrado cierto progreso económico que crea la posibilidad de que el FMI examine cuál es la mejor manera de contribuir al desarrollo a largo plazo y al avance hacia los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Muchos de esos temas figuraron en primer plano en los debates que tuvieron lugar en las Reuniones Anuales del FMI y del Banco Mundial, celebradas en Dubai, en septiembre. El Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI), órgano de nivel ministerial del FMI, abordó directamente el tema del fracaso de Cancún y expresó una vez más el compromiso mundial con el sistema de comercio multilateral. Además, examinó estrategias para ayudar al mundo en desarrollo (véase artículo sobre el comunicado del CMFI). El Director Gerente del FMI, Horst Köhler, también examinó estos temas en el discurso central de las Reuniones Anuales. Análogamente, en varios seminarios y debates paralelos realizados en Dubai se examinaron cuestiones clave, incluido el papel del Fondo en los países de bajo ingreso (véase artículo). En un documento recientemente publicado, el Fondo examina cuál es la mejor manera posible de ayudar a los países de bajo ingreso sin apartarse de su mandato; a este respecto se procuró obtener comentarios del público. En un documento sobre la sostenibilidad de la deuda, estrechamente vinculado con el anterior, que se analiza en el número más reciente del boletín, el Fondo ha tratado de identificar los mecanismos más eficaces que puede utilizar la comunidad internacional para asistir a los países pobres, incluidos los más endeudados, para que su endeudamiento sea sostenible a largo plazo.

También tomaron parte activa en las Reuniones Anuales organizaciones de la sociedad civil (OSC), en especial entidades de países del Oriente Medio. Representantes de numerosas OSC participaron en un Cabildo Abierto, que contó con la presencia de Gordon Brown, Ministro de Hacienda del Reino Unido y Presidente del CMFI; Trevor Manuel, Ministro de Hacienda de Sudáfrica y Presidente del Comité para el Desarrollo del Banco Mundial; el Director Gerente del FMI, Horst Köhler, y el Presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn. Fue la primera vez que este poderoso cuarteto se presentó en una sesión con representantes de las OSC. En la reunión se abordaron muchos temas que preocupan a las OSC, incluido uno de los puntos del temario de Dubai: la "participación y representación" de los países en desarrollo en la labor y las decisiones del FMI y del Banco Mundial.

En una sesión con representantes de las OSC se consideró la reciente publicación del FMI "Guía para las relaciones del personal con las Organizaciones de la Sociedad Civil", preparada en estrecha consulta con Jan Aart Scholte, del Centro de Estudios sobre Globalización y Regionalización de la Universidad de Warwick, Reino Unido, y basada en la interrelación con el personal del FMI y con entidades de la sociedad civil. La guía fue distribuida al personal del Fondo y publicada en el sitio externo en Internet junto con una solicitud de comentarios públicos. Se procura que la guía se convierta en un "documento viviente" que pueda volver a ser evaluado a medida que el personal del Fondo adquiera mayor experiencia en su interrelación con la sociedad civil.

Finalmente, en este número se presenta una extensa entrevista con Montek Singh Ahluwalia, Director de la Oficina de Evaluación Independiente (OEI) del FMI, encargada de realizar evaluaciones sobre la labor del Fondo. La OEI se ha convertido en un punto de contacto intermedio clave entre el FMI y la sociedad civil, y en su entrevista el Sr. Ahluwalia describe las perspectivas de esa interrelación.

Como siempre, el personal encargado del Boletín para la sociedad civil recibirá con agrado las sugerencias de sus lectores de todo el mundo acerca de los temas que merecen examinarse en la publicación.

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Artículo principal

Entrevista a Montek S. Ahluwalia

Montek Singh Ahluwalia, de 60 años de edad, es el primer director de la Oficina de Evaluación Independiente, del FMI, establecida en 2001 para realizar evaluaciones objetivas de la labor del Fondo. Conforme a ese objetivo, la OEI determina su propio programa de trabajo con independencia del Directorio Ejecutivo y de la Gerencia del Fondo, y al Sr. Ahluwalia y a sus sucesores les está prohibido obtener empleo en el FMI en el futuro. El Sr. Ahluwalia, que es economista, comenzó su carrera en el Banco Mundial en 1968; 11 años después regresó a su India natal y se desempeñó como Secretario de Hacienda del Ministerio de Hacienda; Secretario del Departamento de Asuntos Económicos; Secretario de Comercio; Secretario Especial del Primer Ministro, y Asesor Económico del Ministerio de Hacienda. Se educó en la Universidad de Delhi y en la Universidad de Oxford. Asumió la dirección de la OEI el 9 de julio de 2001.

P: ¿En qué medida considera que la OEI representa a las OSC?

R: Indudablemente las OSC revisten importancia en la labor de la OEI. La Oficina fue creada, en parte, debido a que las OSC tenían una fuerte sensación de que el Fondo no actuaba con suficiente transparencia. Como se señala en nuestro Informe Anual, las OSC brindaron importantes aportes en el período en que el Directorio consideró la posibilidad de establecer la Oficina. Además, en nuestros términos de referencia se dejó en claro que uno de nuestros cometidos es lograr que las actividades del Fondo sean mejor comprendidas por un grupo más amplio de interesados. Toda OSC interesada en los temas que preocupan al Fondo es, por lo tanto, una entidad que la OEI tiene en cuenta en forma natural en sus actividades.

P: ¿Qué métodos ha elaborado la OEI para interactuar con la sociedad civil?

R: Hemos elaborado mecanismos de interacción en varias etapas. Primero, en la etapa de definición del programa de trabajo dimos cabida a aportes laterales. Antes de definir el programa de trabajo comenzamos por preparar un documento para el debate en que se expone una gama de posibilidades, lo publicamos en Internet e invitamos a todos los interesados, incluidas las OSC, a formular comentarios. Les concedemos un plazo de seis semanas para que envíen sus opiniones acerca de cuáles de los temas propuestos consideran más importantes, o inclusive para que sugieran temas que hayamos omitido. También hemos organizado debates con entidades de la sociedad civil interesadas en interactuar con nosotros. Esos aportes se tienen en cuenta para determinar el programa de trabajo.

Una vez elegido un tema tratamos de lograr que los términos de referencia del estudio no impliquen prejuzgamiento sobre asuntos clave ni dejen de reflejar preocupaciones legítimas. Para definir los términos de referencia aplicamos un método que comprende dos etapas. Primero publicamos en Internet un documento temático en que damos a conocer nuestra concepción sobre las principales cuestiones que han de abordarse, e invitamos a formular comentarios. Tras considerar los comentarios recibidos publicamos en Internet una versión definitiva de los términos de referencia.

Finalmente, invitamos a todos los interesados, incluidas las OSC, a realizar aportes sustanciales sobre los temas de estudio que se consideraron pertinentes en los términos de referencia.

P: ¿Se procura que las OSC contribuyan a determinar los temas y métodos de trabajo de la OIE?

R: No se trata de darles un papel decisivo a ese respecto — la decisión nos compete a nosotros — pero sí, ciertamente, de darles la posibilidad de participar. En definitiva, la OEI es la encargada de las evaluaciones, pero a través de un amplio proceso de consultas damos a las OSC la posibilidad de ser oídas y de que nos critiquen libremente si creen que sus opiniones no han sido consideradas como corresponde.

P: ¿Cómo participan las OSC en el actual proceso de evaluación?

R: Como dije, las invitamos a darnos a conocer su opinión sobre temas comprendidos en los términos de referencia. Si una OSC se ha ocupado ampliamente de determinado país o tema, puede enviarnos su material, con la certeza de que lo tendremos en cuenta. La elaboración del informe final es cometido nuestro. No delegamos o subcontratamos la realización de evaluaciones a las OSC, pero estamos dispuestos a escuchar sus opiniones.

En el estudio que estamos realizando sobre Argentina, hemos recibido una enorme cantidad de aportes, no de OSC tradicionales, con las que estamos regularmente en contacto, sino de pequeños grupos de depositantes de bancos de Argentina que se quejan de lo que a su juicio es un abuso del derecho de propiedad debido a la conversión asimétrica en pesos de depósitos bancarios constituidos en dólares. Cito este caso tan solo como un ejemplo de cuestiones que afloran de muchas maneras diferentes.

P: ¿La OEI solo cuenta con Internet para interrelacionarse con una amplia gama
de organizaciones de la sociedad civil?

R: No; no sería posible llegar a todas las ONG pertinentes exclusivamente a través de una interacción basada en Internet, por lo cual recurrimos a la interacción directa. En una consulta realizada en África en 2001, cuando algunos de nuestros funcionarios se reunieron con numerosas delegaciones nacionales, éstas nos advirtieron claramente que el hecho de que la información esté publicada en Internet no implica que sea de fácil acceso. En muchos países existen problemas de acceso; no es fácil descargar información y hay barreras idiomáticas. Nos estamos esforzando en dar un acceso más ágil a nuestro material a una audiencia no técnica y a grupos lingüísticos regionales quizá no familiarizados con el inglés, que es el idioma del Fondo. En el caso del proyecto referente a las crisis de la cuenta de capital, por ejemplo, ciertas partes del informe serán traducidas y puestas a disposición de los interesados en su propio idioma.

P: ¿Hasta ahora su Oficina ha publicado tres informes. ¿Qué temas están presentes
en todos ellos?

R: Creo que hay varios temas comunes. Uno se refiere al logro de una solución de compromiso entre franqueza y transparencia. El Fondo debe cumplir un papel importante en materia de supervisión, logrando que las personas conozcan los temas y problemas existentes en sus países. En la medida en que esa labor sea confidencial, no se plantean dificultades: en privado se puede actuar con tanta franqueza como se quiera. No obstante, los países estarán dispuestos a ser más o menos sinceros con el Fondo en función de la transparencia del propio Fondo. No es fácil lograr el equilibrio adecuado.

Un excesivo optimismo en la etapa de formulación de los programas es otro elemento común en la experiencia de muchos países. Otra cuestión es el logro de una correspondencia entre la duración de un programa del FMI y el tiempo que se requiere para que los programas a más largo plazo surtan sus efectos. El período de ejecución de un programa es de tres años a lo sumo, pero para muchos problemas estructurales el período necesario para que las medidas correctivas surtan efectos es de varios años. Si se diseña la condicionalidad de modo de generar resultados en el plazo de tres años es probable que los esfuerzos se centren en cuestiones que tienen efectos a corto plazo y se dé menos importancia a las medidas que repercuten a más largo plazo, a pesar de que éstas, en realidad, son las que revisten mayor importancia.

P: Dada la tensión entre franqueza y transparencia inherente al proceso, ¿cuál es el enfoque por el que se inclina la OEI?

R: Creemos que el Fondo debe inclinarse por dar mayor importancia a la transparencia. Admitimos la posibilidad de que no todos los temas permitan una transparencia total, que en algunos casos puede causar perturbaciones excesivas, posibilidad que debe preocupar, especialmente cuando es preciso tomar decisiones discrecionales en un contexto de incertidumbre en que quizá no se reconozca plenamente que se trata de decisiones de naturaleza probabilística. El problema se ha agravado dada la sensación reinante, tras las crisis de los años noventa, de que el Fondo debe contribuir de manera importante a mantener informados a los mercados, para que funcionen mejor y sean más estables. De ahí la percepción de que la supervisión del Fondo puede cumplir un papel decisivo. Si ese ha de ser el papel del Fondo, la supervisión debe ser más transparente: el Fondo debe dar a conocer inequívocamente sus criterios a los mercados, lo que puede plantear problemas. El deseo de seguir influyendo mediante su función de asesoramiento puede mitigar las preocupaciones en cuestiones de políticas, pero más allá de cierto punto esta actitud puede reducir la eficacia de la supervisión.

P: Con respecto a la discrepancia cronológica que usted menciona, lo irónico es que ella promueve esfuerzos por lograr resultados a corto plazo, actitud que organismos multilaterales como el FMI aconsejan evitar.

R: Es cierto. Considere, por ejemplo, un país que tiene problemas de viabilidad fiscal porque su base tributaria es demasiado estrecha. Para lograr resultados en los dos o tres años siguientes, lo más sencillo sería aumentar la tasa de un impuesto ya existente, aunque a más largo plazo quizá sea más importante ampliar la base tributaria y lograr mayor eficiencia en la administración del ingreso fiscal. No obstante, no resulta muy claro que los resultados se pongan de manifiesto en tres años. Sencillamente no bastan tres años para reestructurar dicha administración.

Por lo tanto, ¿cómo lograr el equilibrio fiscal a corto plazo? ¿Reduciendo determinados gastos en algunos ámbitos, o simplemente tolerando cierto aumento del déficit fiscal? La solución recomendada en uno de nuestros estudios es que el Fondo utilice la supervisión para hacer comprender el proceso de reforma, que en realidad es elaborado por el país mismo. Cuando sea necesario preparar programas, el Fondo puede utilizar esas directrices para llegar a soluciones viables. En la actualidad solo los países de bajo ingreso disponen de un mecanismo de ese género — el documento de estrategia de lucha contra la pobreza (DELP) — en que se traza ese camino. No creemos que deba obligarse a los demás países a elaborar DELP, pero sí debemos examinar la posibilidad de utilizar la supervisión para promover un diálogo con los países en los años que no se estén aplicando programas y determinar su propia trayectoria a ese respecto. Esto puede hacer que la supervisión parezca demasiado intrusiva, problema que es necesario enfrentar.

P: En el informe sobre ajuste fiscal la OEI llega a la conclusión de que los programas del Fondo no provocan una reducción global del gasto social, lo que parecería respaldar la posición del FMI y no de quienes critican a la institución.

R: Del estudio surgieron resultados heterogéneos. En él se demuestra que algunas de las críticas habituales a los programas del Fondo son infundadas, y que el gasto agregado en el sector social no siempre se reduce. Por otro lado, se señala también que, con mucha frecuencia, aunque no se reduzca el gasto agregado en el sector social, sí se reducen muchos componentes esenciales cuando se plantean dificultades fiscales. Si no es posible resistir las demandas de incremento del salario real y otras demandas similares, se puede llegar a una situación en que aumentan los sueldos en los servicios de salud pero disminuyen los recursos para adquirir medicamentos.

¿Qué debe hacer el Fondo? Los programas de la institución no pueden llegar a ese nivel de microdetalles. Recomendamos que los países, en tiempos normales, aporten sus ideas sobre la manera de proteger los programas esenciales. A través de su mecanismo de supervisión el Fondo puede proporcionar un foro de debate sobre ideas de ese género. Los países que deseen obtener asistencia técnica para elaborar ese tipo de mecanismos pueden acudir al Banco Mundial.

P: Muchas de las recomendaciones que ustedes plantean podrían considerarse intromisiones. ¿Cuál ha sido la reacción de los gobiernos?

R: En nuestra opinión, debemos juzgar la respuesta de los gobiernos a la luz de las respuestas que se dan en el Directorio Ejecutivo. Nos sentimos satisfechos de comprobar que en el Directorio la orientación que recomendamos ha recibido amplio respaldo tanto de los países prestatarios como de los que habitualmente no reciben préstamos. A veces existen opiniones dispares, pero ello es previsible. No cabe duda de que nuestras recomendaciones en muchos casos van más allá de lo realizado tradicionalmente por el Fondo, pero solo podemos lograr resultados más valiosos si no nos atenemos a límites rígidos y buscamos la manera de atender las preocupaciones legítimas que se planteen.

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Reuniones Anuales de 2003 en Dubai:

Informe del Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI)

Este año, altos funcionarios de todo el mundo viajaron al golfo Pérsico para participar en las Reuniones Anuales del FMI y del Banco Mundial. Las Juntas de Gobernadores de ambas instituciones, integradas por ministros y gobernadores de bancos centrales de los 184 países miembros, se reunieron en sesión plenaria los días 23 y 24 de septiembre en Dubai, Emiratos Árabes Unidos. Como es habitual, antes de la asamblea, celebró su reunión el Comité Monetario y Financiero Internacional (CMFI), integrado por los gobernadores del FMI.

En el comunicado de prensa del CMFI se pasó revista a la situación económica mundial y se expresó satisfacción por los indicios cada vez más claros de recuperación a escala mundial. No obstante, el Comité señaló también los riesgos que persisten en muchos países y la importancia de que tanto los países ricos como los países pobres adopten reformas vigorosas y perseveren en su aplicación para apoyar un crecimiento equilibrado.

Además, el CMFI destacó un riesgo de dimensiones mundiales: la amenaza al crecimiento del comercio internacional. En su comunicado, el Comité instó a que se reanuden sin demora las negociaciones sobre comercio y desarrollo, conocidas como la Ronda de Doha, que unos días antes, en septiembre, habían quedado interrumpidas, en Cancún, México. Una vez que las conversaciones vuelvan a encarrilarse, afirmaron los ministros, los gobiernos deberán centrar la atención en cuestiones de importancia, como la apertura y el acceso equitativo a los mercados y la reducción de las subvenciones que distorsionan el comercio en todos los sectores, sobre todo en la agricultura. Los ministros señalaron que la expansión del comercio es esencial para el crecimiento vigoroso de la economía mundial y la consecución de los objetivos de desarrollo reconocidos internacionalmente. El CMFI respaldó la iniciativa del FMI de proporcionar asistencia a los países para ayudarlos a hacer frente a los efectos transitorios de las reformas comerciales.

Con respecto a los retos que enfrentan los países industriales, el CMFI recomendó que la política monetaria siga respaldando la demanda en un contexto de baja inflación y que la política fiscal se oriente a reducir los déficit en el mediano plazo, permitiendo al mismo tiempo flexibilidad a corto plazo si la actividad económica pierde impulso. El CMFI se refirió a la necesidad de emprender con determinación reformas estructurales y fomentar la transparencia y el buen gobierno de las empresas como elementos clave para lograr un crecimiento más sólido y equilibrado a escala mundial. Entre las recomendaciones concretas, en Estados Unidos la política fiscal debe centrarse en fortalecer la viabilidad en el mediano plazo; en Europa es menester perseverar en las reformas estructurales para incentivar el empleo y la inversión y, en Japón, habrá que reforzar los sectores bancario y empresarial.

Por lo que respecta a los países de bajo ingreso, el Comité señaló que muchos de ellos han adoptado mejores políticas macroeconómicas y han emprendido reformas internas, lo que ha mejorado las perspectivas de crecimiento. No obstante, los ministros señalaron también que habría que acelerar mucho más el crecimiento para reducir la pobreza y alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Según el CMFI, ello requiere establecer instituciones y marcos de política más sólidos, mejorar la gestión de gobierno, ampliar el acceso a los mercados, aumentar los flujos de asistencia y acrecentar su eficacia.

En el comunicado, se plasma el apoyo del FMI a los países de bajo ingreso y, al respecto, el CMFI afirma que hacen falta iniciativas para intensificar ese apoyo. Entre otras, cabe destacar las medidas encaminadas a establecer instituciones y marcos de política que fomenten tasas más altas de crecimiento sostenido y reduzcan la pobreza y la vulnerabilidad a las perturbaciones. Además, el FMI debería ayudar a los países a superar la situación de dependencia prolongada de los mecanismos financieros del FMI. Centrando la atención en África, el CMFI afirmó que los países africanos han de seguir avanzando en la implementación, a escala regional, de la Nueva Asociación para el Desarrollo de África (NEPAD), sobre todo para reforzar los cimientos de un crecimiento basado en la inversión y la iniciativa del sector privado.

Además, el Comité instó al FMI a que, en colaboración con el Banco Mundial, formule estrategias que permitan a los países poner en práctica las medidas de política y las reformas necesarias para obtener alivio de la deuda en el marco de la Iniciativa para la reducción de la deuda de los países pobres muy endeudados, para que estos países puedan dejar atrás en forma duradera una situación de endeudamiento insostenible. El Comité instó a todos los acreedores que aún no lo hayan hecho a proporcionar todo el alivio de la deuda prometido, e invitó al FMI a presentar un informe sobre el cumplimiento por parte de los países. En el comunicado se reconoce también la importancia de complementar el alivio cuando resulte pertinente y se mencionan las deliberaciones en curso sobre la metodología de complementación de los recursos y sus consecuencias financieras.

El CMFI expresó su respaldo a los esfuerzos multilaterales para reconstruir Iraq y se adhirió a la idea de que el FMI proporcione a este país asistencia financiera y de otro tipo.

El CMFI reafirmó que para prevenir mejor las crisis y promover la estabilidad y un crecimiento sostenible y eficaz es esencial que el FMI realice una supervisión reforzada. El Comité indicó que, en 2004, examinaría los avances logrados para mejorar la calidad, la eficacia y el efecto persuasivo de la supervisión que ejerce la institución. En el comunicado se subraya la importancia de una mayor transparencia y franqueza en el asesoramiento que el FMI presta a los países miembros. El Comité elogió la labor que ha desarrollado la Oficina de Evaluación Independiente (OEI) en sus dos años de funcionamiento (véase artículo conexo en este mismo número) para promover en el FMI una cultura de aprendizaje, eficacia y rendición de cuentas.

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Diálogos de la sociedad civil en Dubai

Además de las reuniones formales, las Reuniones Anuales brindan numerosas oportunidades para realizar consultas y seminarios. Los excelentes recaudos que tomaron las autoridades de Dubai para con los representantes de las OSC asistentes a las reuniones allanaron el camino para realizar un programa de diálogos de la sociedad civil que duró casi toda una semana. Algunas de las sesiones fueron organizadas por las propias OSC, mientras que otras fueron organizadas por funcionarios de ambas instituciones. Dado que era la primera vez que las Reuniones Anuales tenían lugar en Oriente Medio, y que muchos representantes de las OSC de la región no habían asistido previamente a estas reuniones, las deliberaciones incluyeron un examen general del trabajo en Oriente Medio y Norte de África. Otras sesiones se ocuparon de los países de bajo ingreso y los programas de consulta del FMI para las OSC.

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El FMI en Oriente Medio y Norte de África

Mohamad Chatah y Zubair Iqbal (de los Departamentos de Relaciones Externas y de Oriente Medio del FMI, respectivamente) dedicaron una sesión a exponer en líneas generales la diversidad del trabajo del FMI en la región de Oriente Medio y Norte de África (OMNA). Esta diversidad reflejó la amplia cobertura geográfica del Departamento, que abarca no solo los países de lengua árabe, sino también países tan remotos como Sudán y Pakistán. A partir del 1 de noviembre esta cobertura se amplió, luego de una reorganización que incluye varios países de Asia central, en lo que ahora pasó a llamarse Departamento del Oriente Medio y Asia Central.

Las preguntas de los 15 participantes reflejaron las principales inquietudes de la región, la mayoría de las cuales van mucho más allá de la consecución de la estabilidad macroeconómica. En materia de asesoramiento sobre política económica, ¿habría que poner más énfasis en mejorar la distribución del ingreso que en el crecimiento? ¿Podría el FMI apoyar el avance hacia la democracia? ¿Podría el FMI utilizar la condicionalidad como medio para promover el buen gobierno? ¿Qué podría hacer el FMI para apoyar a Palestina? ¿Qué apoyo podría dar el FMI para fortalecer la capacidad de las organizaciones de la sociedad civil?

El FMI tiene un mandato concreto, por lo cual no puede abordar todos estos problemas directamente o por sí solo. Igbal y Chatah explicaron que el FMI tiene tres actividades principales: asesorar sobre política económica y dialogar mediante la "supervisión", fortalecer las capacidades mediante la asistencia técnica, y otorgar préstamos. El mandato del FMI se centra en las políticas macroeconómicas y financieras, pero el asesoramiento inevitablemente abarca mucho más que el área de la estabilidad macroeconómica. El cambio estructural es prioritario en la agenda de muchos países: reformar el sector financiero; fortalecer las finanzas del sector público a través de la reforma de los impuestos y gastos; promover la transparencia, y trabajar con los países en su intento de diversificar sus economías.

En los casos de posguerra, tales como los de Afganistán, Iraq o Palestina, la tarea del FMI se centra en fortalecer las capacidades para establecer los rudimentos de los sistemas monetario y financiero, y la gestión del sector público. Tanto el asesoramiento técnico como la asistencia se hacen llegar aún en los casos en que no es posible otorgar préstamos. En estas situaciones, y de hecho en la mayoría de los países, el FMI trabaja estrechamente con otros organismos internacionales — como el Banco Mundial, las Naciones Unidas y donantes bilaterales — para asegurar que su contribución sea eficaz y congruente con los objetivos nacionales y las estrategias internacionales.

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La función del FMI en los países de bajo ingreso

El FMI ha iniciado el debate público de un documento sobre la función del FMI en los países miembros de bajo ingreso. Las Reuniones Anuales en Dubai fueron propicias para el diálogo directo sobre estos temas. En Dubai tuvieron lugar dos seminarios: uno para los funcionarios oficiales y asistentes a las Reuniones Anuales, y otro específicamente para las organizaciones de la sociedad civil. El artículo que sigue combina perspectivas de ambas sesiones.

Definición de los problemas
En la apertura de ambas sesiones, Mark Plant, Asesor del Departamento de Elaboración y Examen de Políticas del FMI, sostuvo que para mejorar las perspectivas de los países de bajo ingreso en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los países deben adoptar políticas que promuevan el crecimiento y la reducción de la pobreza. Pero también deberán recibir mucho más asistencia, tanto técnica como financiera, con una mayor proporción de donaciones. ¿De qué manera puede el FMI asistir más eficazmente, considerando que no es una institución de desarrollo y no tiene la capacidad ni el mandato de contribuir con el sustancial flujo de recursos a largo plazo que se necesitan para lograr los ODM? El FMI puede apoyar a los países ayudándolos a lograr una estabilidad macroeconómica que sirva de fundamento para el crecimiento sostenido y para enfrentar las perturbaciones provenientes del exterior.

¿Pero cómo pueden los programas respaldados por el FMI ir más allá de la estabilidad macroeconómica y promover un proceso de aceleración del crecimiento sostenible y reducción de la pobreza?

Plant destacó varios principios que ayudarían a orientar el debate. El FMI mantendrá un compromiso a largo plazo con los países de bajo ingreso adoptando el mecanismo de los documentos de estrategia de lucha contra la pobreza (DELP) como marco de trabajo con los países para que éstos alcancen los ODM. Resulta conveniente aumentar la ayuda, pero a largo plazo el objetivo debería ser ayudar a los países a recurrir a fuentes privadas de financiamiento. Además, el FMI debe trabajar con los países desarrollados para asegurar que sus políticas — especialmente en materia de comercio y agricultura — apoyen el crecimiento de los países de bajo ingreso. El FMI se centrará en sus áreas fundamentales de competencia: las políticas macroeconómicas y financieras. Su asistencia primordial será asesorar en materia de política económica a través de la supervisión y la asistencia técnica, y mediante programas respaldados por los préstamos del servicio para el crecimiento y la lucha contra la pobreza (SCLP).

Perspectiva general del debate
Los participantes expresaron su satisfacción por la buena disposición del FMI a emprender este análisis. La mayoría de los expertos participantes en el debate pidieron que se hiciera más hincapié en que, como contrapartida de la identificación de los países con los objetivos de los programas, haya una mayor flexibilidad por parte del FMI. Lucie Kasanga, de Jubileo Zambia, resaltó que sería importante que el FMI realizara más evaluaciones a nivel nacional, y argumentó que el FMI se debe enfocar más en el escenario social y político para el cual se diseñan la política económica y las estrategias de lucha contra la pobreza. También consideró desafortunado que el FMI haya descartado realizar un examen más amplio de los DELP.

Saifur Rahman, Ministro de Hacienda y Planificación de Bangladesh, indicó que el FMI y el Banco Mundial necesitan alcanzar un mayor grado de coordinación para que su asesoramiento a los países sea más eficaz. Rahman también subrayó que solo habrá flujos de capital privado cuando los países en desarrollo establezcan un ambiente propicio para el desarrollo del sector privado, proceso verdaderamente largo. Ulan Sarbanov, Presidente del Banco Nacional de la República Kirguisa, indicó que el FMI también debe prestar atención a problemas que caen fuera de la esfera básica de su incumbencia. Por ejemplo, si el sector público de un país es muy vasto, el FMI debe analizar no solamente la política tributaria sino también el sector energético o el financiero si ahí radicaran los problemas macroeconómicos.

Paul Ladd, de Ayuda Cristiana, manifestó que el asesoramiento del FMI se debería basar en los ODM, y recurrir al análisis del efecto en la pobreza y la situación social. También opinó que el FMI debería oficiar menos como "cancerbero"; es decir, los donantes e inversionistas deberían depender menos del financiamiento respaldado por el FMI como elemento catalizador de sus préstamos.

El debate abarcó una amplia gama de temas, entre los que reiteró el de la necesidad de que la labor del FMI se base en los ODM, y vinculado a ello, la importancia crítica de poder contribuir a reducir el impacto del VIH/SIDA en las economías de África. Otros reclamaron una vinculación más estrecha entre los programas de préstamos del FMI a los países pobres y sus estrategias para reducir la pobreza para asegurar que las condiciones de los programas no obstaculicen las metas de estas estrategias.

Los participantes también cuestionaron ciertos aspectos de las políticas apoyadas por el FMI, en particular las privatizaciones, que consideraron que no habían demostrado ser beneficiosas. También alegaron que se emplea un método mecanicista para formular los programas de estabilización. Un participante indicó que sería mejor concentrarse más en la distribución del ingreso que en el crecimiento, el cual está sesgado hacia los ricos. Otros oradores comentaron la importancia de la asistencia técnica, y muchos coincidieron en la necesidad de flexibilizar y sensibilizar más el asesoramiento en materia de política económica.

Se invita a los lectores a contribuir a este debate examinando y comentando el documento "The Role of the International Monetary Fund in Low-Income Member Countries", que estará disponible en el sitio del FMI en Internet hasta el 31 de diciembre de 2003. Se ruega enviar los comentarios a licfundrole@imf.org hasta dicha fecha.

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Comienza el debate público sobre la Guía para las relaciones del personal con las OSC

En Dubai, los representantes de las OSC acogieron con relativo entusiasmo la Guía para las relaciones del personal con las OSC propuesta por el FMI, poco antes de su presentación oficial. Actualmente la guía ya ha sido distribuida entre el personal del FMI, se ha publicado y se ha invitado al público a enviar comentarios. En Dubai se realizó una mesa redonda sobre la guía en la que participaron Michael Bell, del Departamento de Relaciones Externas del FMI, Alan Whaites, Director de política internacional y apoyo de Visión Mundial Internacional, y Wahyu Widiarto, Director del Instituto de Desarrollo y Análisis Económico de Indonesia. En total había unos 25 participantes en la sesión.

Bell esbozó el proceso consultivo que condujo al borrador: i) un primer borrador preparado por Jan Aart Scholte, profesor del Centro de Estudios sobre Globalización y Regionalización de la Universidad de Warwick, Reino Unido, que se basó en consultas con el personal del FMI; ii) un segundo borrador preparado luego de un extenso proceso de comentarios coordinados por Scholte en el que un panel integrado por unos 30 representantes de OSC examinaron el documento paralelamente a una revisión interna por parte del FMI, y iii) un borrador final luego de una última ronda de revisiones a cargo del personal del FMI. Bell manifestó que el proceso dejó en evidencia la sorprendente cantidad de consultas que ya había emprendido el personal de muchas reparticiones del FMI. Pero también señaló que la preocupación de carácter casi universal que tenía el personal de la institución se refería a las "consecuencias sobre los recursos" que conllevaría ampliar más las consultas. Hallar un equilibrio fue un factor importante que se abordó durante la última ronda de revisiones.

Whaites mencionó un documento anterior de Visión Mundial en el que se habían identificado tres áreas esenciales — capacidad, cultura y proceso — en las que el FMI tendría que actuar para mejorar sus relaciones con la sociedad civil. Señaló que en el borrador de la guía se abordaba solo una de ellas: el proceso. Según la experiencia de Visión Mundial, las relaciones con el personal del FMI en los distintos países frecuentemente han sido difíciles. Resta mucho por hacer, especialmente para mejorar la capacidad del FMI para emprender consultas eficaces en los países. También lamentó el "estado indeterminado" de la nota: una guía indicativa en lugar de la nota de orientación de carácter más preceptivo que se había propuesto antes.

Wahyu indicó que la cuestión fundamental por comprobar era si se estaba promoviendo la identificación de los países con los objetivos de los programas. La guía parecía confirmar la remota distancia existente entre las élites que toman las decisiones y la población. Preguntó, por ejemplo, cómo se puede promover dicha identificación a través de las OSC en un país enorme como Indonesia. Las barreras son descomunales: estas organizaciones tienen poco acceso a la información, a los procesos de toma de decisiones, o a quienes toman las decisiones. ¿Cómo se puede avanzar realmente?

Luego tuvo lugar un animado debate en el que se profundizó sobre estas cuestiones:

  • El enfoque es demasiado cauteloso; hay excesiva sensibilidad hacia los intereses de los gobiernos.

  • La guía parece incompleta y carece de muchos detalles de carácter institucional, en particular la función que desempeña la sociedad civil misma en el país.

  • En los países en que la sociedad civil tiene pocos derechos o peso causa inquietud que se espere que los funcionarios del FMI evalúen la "condición jurídica" de las OSC.

  • Al evaluar la legitimidad de las OSC, el personal del FMI debería tener presente que los gobiernos a veces crean organizaciones artificiales.

  • El personal del FMI no debería permitir que las inquietudes relativas a los costos de los recursos inhiban el diálogo; el personal debe encontrar el tiempo de algún modo, dejando de lado otras actividades si fuera necesario.

  • A menudo el diálogo sencillamente no existe. La gente sigue teniendo la sensación de que nadie presta atención a sus inquietudes, como en el caso de la reciente controversia sobre los precios de la electricidad en Argentina.

  • El FMI no necesita volver a inventar la rueda: en su lugar, debería recurrir a la experiencia y los conocimientos de otros organismos internacionales, especialmente del Banco Mundial y las Naciones Unidas.

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Cartas desde los países

Una visita al sur de Ecuador
David Yuravlivker, Representante Residente, Ecuador

Con Mac Benjamin, el representante del Banco Mundial en Ecuador, nos reunimos por medio día con las autoridades locales y representantes de la sociedad civil en la sureña provincia de Loja. Fue una de varias reuniones organizadas para dar seguimiento a las consultas con la sociedad civil, como preparativo para el reciente documento de estrategia para ese país.

La primera parte de la conversación se centró en la estrategia del Banco Mundial en Ecuador, y la segunda giró en torno a la situación y las perspectivas económicas. Asistieron unas 30 personas, entre las que figuraban representantes de comunidades indígenas de la provincia.

Algunos de los asuntos planteados fueron: los costos sociales de la migración a otros países, la falta de acceso de las comunidades y las empresas al crédito, el aumento de la pobreza y su vínculo con la dolarización, el aparente conflicto entre las instituciones financieras multilaterales y los movimientos sociales, la sensación de incapacidad de las entidades multilaterales para escuchar a la población, y la necesidad de garantizar que los pobres no siempre sean los que soporten la carga de los programas de ajuste.

Expliqué las distintas conversaciones que habíamos sostenido con los líderes indígenas nacionales y señalé nuestra apertura a las opiniones locales. Procedí a delinear nuestro programa, subrayando que la mayor parte de sus componentes abordan directamente sus inquietudes, como por ejemplo, las medidas anticorrupción enfocadas hacia la Dirección de Aduanas y la Agencia de Garantía de Depósitos. Surgió también una pregunta acerca del subsidio al gas doméstico, que dio lugar a una explicación de nuestra postura a favor de los subsidios transparentes para la población en lugar de los subsidios regresivos a los productos básicos. Los asistentes mostraron mucho interés en nuestro punto de vista.

En la noche cenamos con el alcalde de Loja y el rector de la Universidad Técnica Particular de Loja. El alcalde es una persona muy dinámica, es conocido en todo el país y ha sido reelegido varias veces. Cree firmemente en la protección del medio ambiente, algo que se refleja en la limpieza y el ornato de la ciudad. En términos generales, un tercio de los ingresos de la ciudad proviene de los impuestos locales, otro tercio de las transferencias del gobierno central y el resto de fuentes externas. Sus principales quejas son que el gobierno central está atrasado en los pagos de transferencias, y que las grandes ciudades — Quito y Guayaquil — acaparan los recursos y obligan al resto de las ciudades a competir por el remanente.

La visita fue en general productiva. En concreto, fue muy útil participar en el foro organizado por el Banco Mundial, que mantiene un diálogo permanente con la sociedad civil, y tener la oportunidad de explicar nuestro programa y escuchar directamente las opiniones de la población local. Los habitantes agradecieron la visita del FMI, la cual les permitió transmitir sus preocupaciones, y esperan tener otras oportunidades de continuar el diálogo con nosotros.

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Reunión con el sector privado de Guinea
Dennis Jones, Representante Residente, Guinea

El 21 de agosto, en compañía del embajador de Canadá, me reuní con el Conseil National du Secteur Privé en Guinée (Consejo Nacional del Sector Privado en Guinea) con el fin de explicar en términos generales la función del FMI y de analizar la actual relación de la institución con el país y las recomendaciones recientes en materia de políticas. La cuestión de fondo fue la desviación del actual programa económico. Fue una reunión dinámica y abierta, en la que los ejecutivos citaron muchos ejemplos de las dificultades que enfrentan. Por nuestra parte, aprovechamos la oportunidad para aclarar aspectos importantes de la función del FMI, como el hecho de que no brindamos asistencia presupuestaria directa a los gobiernos ni damos préstamos directos a las empresas privadas, haciendo la distinción entre el FMI y el Banco Mundial. La reunión estará seguida de varias similares, quizá cada tres meses. Con el fin de exponer mejor las actividades del FMI, el 12 de agosto organicé una mesa redonda con los medios de comunicación nacionales y extranjeros presentes en Guinea.

La prensa local cubrió en forma completa y equilibrada los encuentros con los medios de comunicación y los industriales. Las misiones del FMI suelen reunirse con varias agrupaciones civiles; la oportunidad más reciente fue la consulta del Artículo IV, en mayo de 2003. Mi intención es reunirme con distintas agrupaciones civiles en los meses venideros.

En un esfuerzo por mejorar el acceso a la información sobre el FMI y Guinea, la misión residente en Guinea ha inaugurado un nuevo sitio en Internet (www.imf.org/conakry). En él figuran algunos documentos del FMI y otra información en inglés y francés. Se ha dado a conocer el sitio a una amplia gama de grupos (donantes, organismos públicos, organizaciones civiles). Los comentarios recibidos hasta ahora han sido positivos.

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La sociedad civil de Sri Lanka se hace oír
Jeremy Carter, Representante Residente Principal, Sri Lanka

En el marco del diálogo que llevamos a cabo con la sociedad civil, me reuní con 16 representantes de grupos locales el 29 de julio en Colombo antes de que llegara, en agosto, la misión encargada de realizar la consulta del Artículo IV. Los representantes de la sociedad civil formularon preguntas sobre la elaboración y aplicación de los programas respaldados por el FMI, y sobre la forma en que su propio gobierno ejecuta la política económica. Estas cuestiones tienen un marcado carácter político, pero el debate fue amistoso.

En el diálogo participaron los grupos que critican la estrategia de desarrollo del gobierno, según se define en el documento "Regaining Sri Lanka" ("Recuperar Sri Lanka"), respaldado por el FMI y el Banco Mundial como base adecuada para que ambas instituciones otorguen préstamos. Concretamente, Sarath Fernando, del Movimiento del Territorio Nacional y la Reforma Agrícola, señaló que el plan ampliará la brecha entre los ricos y los pobres y fomentará la migración de las zonas rurales pobres hacia las ciudades. Además, afirmó que los autores de la estrategia no tuvieron en cuenta las sugerencias de los grupos que la critican.

Desde el punto de vista del FMI, les expliqué que el hecho de que el Fondo respalde la estrategia en su conjunto no significa que esté de acuerdo con cada detalle. También señalé que las estrategias de lucha contra la pobreza adoptadas anteriormente por el actual gobierno y los que le precedieron y respaldadas por el FMI dieron buenos resultados. A la pregunta formulada por Sarath Iddamalgoda, de Janawa Bode Kundara (Concienciación de la población), sobre este tema, quien criticó las condiciones de vida y de trabajo en las zonas francas, señalé que el FMI no tolera las infracciones de las leyes laborales y ha instado al Gobierno a colaborar con los sindicatos para la legislación del mercado de trabajo.

Gloria De Silva, del Centro de Servicios Familiares, criticó la supervisión deficiente de la política económica por parte del Parlamento. Indiqué que el FMI está a favor de una mayor participación de los parlamentarios, pero coincidí en que actualmente la interacción es limitada. A las preguntas sobre la condicionalidad de los programas respaldados por el FMI, y la calidad de los datos del sector público, señalé que considero que las cifras del gobierno parecen ser correctas. Mencioné que el FMI insta a las OSC a ponerse en contacto con la institución si desean formular alguna pregunta sobre los datos utilizados para llevar a cabo la supervisión de un programa. Con respecto a las condiciones de los préstamos, señalé que todos los gobiernos que reciben crédito del FMI se comprometen a alcanzar ciertas metas numéricas y a adoptar medidas esenciales para lograr los objetivos globales del programa económico. Sin embargo, estas metas no son pruebas indiscutibles, sino más bien señales para que el gobierno del país y el FMI puedan evaluar las políticas y ajustarlas según sea necesario.

Animé a los representantes de la sociedad civil a mantener el diálogo, haciendo hincapié en que el FMI está dispuesto a incorporar las ideas de la sociedad civil en los programas de financiamiento que respalde en el futuro, aunque no puede garantizar que se acepten todas las propuestas. No obstante, incluso las que sean rechazadas enriquecerán el debate. Con el mismo espíritu, se invitó a los participantes a reunirse con la misión en agosto para continuar el diálogo (la reunión ya se celebró), señalando que también se organizarán reuniones similares con los sindicatos.

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Otras reuniones recientes entre funcionarios del FMI y las OSC

  • El 19 de agosto, Mark Plant, Asesor del Departamento de Elaboración y Examen de Políticas, asistió a un seminario internacional para la sociedad civil sobre los documentos de estrategia de lucha contra la pobreza (DELP) en Copenhague. Al seminario, patrocinado por la Coalición Norte-Sur de Dinamarca, asistieron representantes de las OSC de los países nórdicos y las entidades asociadas o afiliadas de África, América Latina y Asia. Los participantes se mostraron cada vez más impacientes con el proceso de los DELP y con las promesas de las instituciones financieras internacionales de "cambios en el futuro": las OSC señalaron que ya han oído estas cantinelas durante tres años, pero, de hecho, casi nada ha cambiado.

  • El 28 de agosto, Godfrey Kalinga, Jefe de División en el Departamento de África, y el Director de la Iniciativa para los PPME, del Banco Mundial, Vikram Nehru, participaron en un debate sobre la deuda de África, con Njoki Njehu, de 50 Years is Enough Network (la Red "50 años bastan"), y Albert Gyan Jr., consultor especializado en cuestiones económicas y desarrollo internacional. La reunión fue organizada por afrikafé, una organización de profesionales e inmigrantes africanos con sede en Washington.

  • El 5 de septiembre de 2003, la Coalición New Rules for Global Finance y la Fundación Friedrich Ebert organizaron un panel de debate sobre la democracia y el desarrollo, titulado Democracy and Development: Proposals for IMF and World Bank Governance Reform, que tuvo lugar en el Banco Mundial. Este debate fue la continuación del celebrado en marzo, bajo los auspicios del FMI. Uno de los oradores fue el Director Ejecutivo del FMI, Guillermo Le Fort (Chile).

  • Los días 9 y 10 de septiembre, Kristin Roesser, del Departamento de Relaciones Externas del FMI, y Axel Palmason, de la Oficina del FMI en las Naciones Unidas, asistieron en Nueva York a la 56ª Conferencia Anual del Departamento de Información Pública de Naciones Unidas y las ONG titulada Seguridad y dignidad humanas: Cumplimiento de la promesa de las Naciones Unidas. A la conferencia asistieron más de 2.000 representantes de más de 700 ONG.

  • Los días 11 y 12 de septiembre, el FMI y el Banco Mundial organizaron un Seminario sobre la viabilidad de la deuda en los países de bajo ingreso en la sede del FMI en Washington. Al seminario asistieron, entre otros, autoridades de política económica de países donantes y países beneficiarios, instituciones multilaterales, OSC, representantes del mundo académico y centros de investigación. El debate, así como las sesiones anteriores celebradas en París, Berlín y Accra en mayo y junio, sirvió de base para el documento conjunto del Banco y del FMI sobre las repercusiones de política de la viabilidad de la deuda en países de bajo ingreso.

  • Axel Palmason, de la Oficina del FMI en las Naciones Unidas, participó en una mesa redonda el 18 de septiembre con las Naciones Unidas y las ONG, en Nueva York, sobre la forma de financiar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, titulada Feasible Additional Sources of Finance for Development. Entre los temas examinados cabe señalar el servicio financiero internacional propuesto, los DEG, los impuestos internacionales y la cooperación tributaria. El Sr. Palmason trató de examinar la cuestión en el contexto del enfoque más amplio de dos pilares establecido en Monterrey, haciendo hincapié en la necesidad de lograr un equilibrio entre las políticas internas, la asistencia, el comercio y el alivio de la deuda. También participó en una conferencia sobre la función de las OSC en la prevención de conflictos, en la que se examinó el papel de la asistencia para el desarrollo, y en una sesión informativa sobre la economía política de los conflictos armados.

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Noticias sobre los funcionarios del FMI y cambios organizativos

  • Timothy Geithner, Director del Departamento de Elaboración y Examen de Políticas, dejará el FMI en noviembre para ocupar el cargo de Presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York. El Sr. Geithner se incorporó al FMI en 2001 tras ocupar distintos cargos en el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, entre ellos el de Subsecretario de Asuntos Internacionales. El Director Gerente del FMI, Horst Köhler, señaló que próximamente se nombrará al sucesor del Sr. Geithner.

  • Shigemitsu Sugisaki, Subdirector Gerente del FMI, dejará su cargo a principios de 2004. El Sr. Sugisaki se incorporó al FMI como Asesor Especial del Director Gerente en agosto de 1994 y fue nombrado Subdirector Gerente en febrero de 1997 por un mandato inicial de cinco años y, posteriormente, por un segundo mandato en febrero de 2002. Se ha anunciado que le sucederá en el cargo Takatoshi Kato, de nacionalidad japonesa. El Sr. Kato ocupó el cargo de Viceministro de Finanzas y Asuntos Internacionales de Japón y actualmente es Asesor del Presidente del Banco de Tokio-Mitsubishi y Profesor visitante en la Universidad Waseda .

  • El 1 de noviembre el FMI llevó a cabo una fusión de sus departamentos regionales, que se reducen de seis a cinco. Estos cambios son el resultado del examen interno que tuvo por objeto determinar la mejor forma de estructurar y gestionar estos departamentos. Concretamente, debido a que sus funciones han evolucionado, se ha disuelto el Departamento de Europa II, que comprendía los países de la antigua Unión Soviética. Siete países de este departamento se han incluido en el Departamento de Europa I, que pasa a denominarse Departamento de Europa. Los otros ocho países del Departamento de Europa II se han incorporado al Departamento del Oriente Medio, que pasa a denominarse Departamento del Oriente Medio y Asia Central. Michael Deppler, quien antes ocupaba el cargo de Director del Departamento de Europa I, es ahora el Director del nuevo Departamento de Europa. El 1 de septiembre, Mohsin Khan, ex Director del Instituto del FMI, pasó a ocupar el cargo de Director Adjunto del Departamento del Oriente Medio y Asia Central, y ascenderá al cargo de Director de este departamento cuando se jubile, en diciembre, el actual Director, George Abed. John Odling-Smee, Director del Departamento de Europa II desde su creación, anunció su decisión de jubilarse a principios de 2004.

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Selección de discursos

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