Desafíos Y Perspectivas De La Economía Mundial, discurso pronunciado por Rodrigo de Rato y Figaredo, Director Gerente del Fondo Monetario Internacional

16 de junio de 2005

Discurso pronunciado por Rodrigo de Rato y Figaredo,
Director Gerente del Fondo Monetario Internacional
Instituto Cervantes
Nueva York, New York, 16 de junio de 2005

Discurso de apertura

1. Muchas gracias, Sr. Muñoz, por tan amable presentación. Es para mí un enorme placer encontrarme hoy ante ustedes y participar en una actividad organizada por el Instituto Cervantes.

2. Como seguramente sabrán, hace poco más de un año asumí el cargo de Director Gerente del FMI, una institución clave del sistema monetario internacional que desempeña la función esencial de promover y mantener la estabilidad y el crecimiento de la economía mundial. Hoy quisiera basarme en la labor y la experiencia del FMI en cuestiones económicas de alcance mundial para formular algunas reflexiones sobre los desafíos y perspectivas del crecimiento de la economía mundial.

La Economía Mundial: Evolución Y Perspectivas

3. El crecimiento económico mundial fue muy vigoroso en 2004 y se sustentó en políticas macroeconómicas acomodaticias, mejoras en los balances generales de las empresas y condiciones favorables en los mercados financieros. La tasa de expansión registrada el año pasado fue la más alta en casi 30 años, y se tradujo no solo en un mayor crecimiento sino también en un aumento significativo de la renta per cápita en todas las regiones del planeta. África subsahariana, en particular, registró el aumento más alto del PIB en 10 años. Estos alentadores resultados obedecen en parte a la firme demanda mundial y a los altos precios de los productos básicos de exportación, pero también reflejan la aplicación de mejores políticas en varios países.

4. Para este año se prevé una moderada desaceleración del crecimiento, aunque este se mantendrá por encima de la tendencia, en alrededor del 4¼%. El crecimiento mundial superó las expectativas en el primer trimestre de 2005, pero los datos recientes indican que se ha desacelerado en el segundo trimestre, en parte debido a que los precios del crudo volvieron a subir. Suponiendo que estos precios se estabilicen, esperamos que la desaceleración sea temporal. Por consiguiente, nuestros pronósticos con respecto al crecimiento económico mundial se mantienen en alrededor del 4,3% al 4,4% en 2005 y 2006.

5. Con todo, esta expansión económica ininterrumpida no ha estado distribuida de manera uniforme entre las distintas regiones. El crecimiento ha sido vigoroso en Estados Unidos, China y la mayoría de los mercados emergentes y los países en desarrollo. Los datos recientes con respecto a Japón también son alentadores. En cambio, el desempeño económico de Europa aún es decepcionante, y los acontecimientos políticos están exacerbando la incertidumbre. Como consecuencia de este perfil del crecimiento, se han acrecentado los desequilibrios mundiales en la cuenta corriente. El déficit por cuenta corriente de Estados Unidos llegó a un nivel sin precedentes de 5,7% en 2004, y la depreciación que sufrió el dólar desde 2002 aún no lo ha moderado. Este déficit tiene como contrapartida un superávit equivalente en las economías emergentes de Asia, Japón, los países productores de petróleo de Oriente Medio y la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y -en mucho menor grado- en la zona del euro. Me referiré a este tema con más detalle en un momento.

6. La inflación y las presiones inflacionistas se mantienen relativamente reprimidas. Hasta ahora, el alza de los precios del petróleo no ha afectado significativamente a la tasa básica ni a las expectativas de inflación. Dado que en estos países el margen de capacidad no utilizada es cada vez menor, es preciso efectuar un seguimiento cauteloso de la inflación, ya que posiblemente deba aplicarse con mayor rapidez una política restrictiva si se observan indicios de que la inflación subyacente se está intensificando.

7. En general, las condiciones de los mercados financieros siguen siendo favorables, y siguen sustentando el dinamismo de la economía mundial. Los rendimientos de los bonos a largo plazo cayeron en las últimas semanas, aunque en el caso de algunos mercados emergentes y empresas los diferenciales han subido con respecto a los niveles mínimos históricos a que habían llegado. Sin embargo, muchos prestatarios han podido aprovechar las condiciones excepcionales que se presentaron para endeudarse a tipos de interés fijos favorables. El endeudamiento exterior de los mercados emergentes también ha sido intenso hasta la fecha, y muchos países prácticamente han cubierto sus necesidades de financiamiento para 2005.

Algunos Riesgos

8. Este panorama, en general positivo, está opacado por algunos riesgos a corto plazo. En primer lugar, el precio futuro del petróleo podría seguir siendo una variable de riesgo. Los indicadores económicos recientes llevan a pensar que algunos de los principales países industriales están entrando en un tramo de terreno pantanoso que los obliga a disminuir la marcha, y que en la mayoría de los casos obedece al efecto desfasado del aumento de los precios del petróleo. El mercado de crudo sigue dominado por una firme demanda, sobre todo de Estados Unidos y China, y los futuros a largo plazo siguen indicando valores altos. Al mismo tiempo, hay muy poca capacidad ociosa en las primeras etapas de la producción petrolera. La oferta está creciendo a menor ritmo en los países que no son miembros de la OPEP, y persiste la incertidumbre acerca de la capacidad de la OPEP para atender la creciente demanda.

9. En segundo lugar, existe también el riesgo de un endurecimiento significativo de las condiciones de los mercados financieros. Este riesgo se agudiza debido a que los niveles actuales de los rendimientos de referencia son muy bajos, el dólar ha cobrado renovada fuerza y las condiciones imperantes estimulan a asumir riesgos. Por ejemplo, un repunte inesperado de la inflación podría provocar un aumento brusco de los tipos de interés, que podría dar lugar a una corrección de los precios de la vivienda en Estados Unidos y a una fuerte reducción del consumo de las familias estadounidenses. Las consecuencias para el crecimiento económico de Estados Unidos y otros países serían negativas, y las condiciones de financiamiento para los países de mercados emergentes se deteriorarían. Una subida de los tipos de interés de corto plazo también provocaría un desapalancamiento en los mercados financieros y ajustes a la baja en los precios de otros activos de mayor riesgo, todo lo cual pone de relieve la necesidad de que las autoridades supervisoras y reguladoras se mantengan atentas.

10. En tercer lugar, la asimetría cada vez mayor de la expansión mundial es otro factor de riesgo. Como ya he señalado, el crecimiento mundial sigue dependiendo excesivamente de Estados Unidos y de China. Si esta situación persiste, se exacerbarán los desequilibrios mundiales y habrá mayores probabilidades de que se produzcan correcciones abruptas en los mercados de divisas y de capital. También se acrecentará el riesgo de una mayor desaceleración más adelante, sobre todo si el crecimiento se debilita simultáneamente en Estados Unidos y en China. Además, como explicaré en un momento, el déficit por cuenta corriente de Estados Unidos se mantiene en niveles sin precedentes y no puede descartarse la posibilidad de que provoque una depreciación posiblemente desordenada del dólar de EE.UU.

11. En cuarto lugar, la gestión de la política monetaria podría complicarse cada vez más en algunas economías de mercados emergentes, sobre todo en Asia y en la CEI. Es de esperar que una cuantiosa afluencia de capitales del exterior exacerbe las presiones inflacionistas en estas regiones, sobre todo si no existe una mayor flexibilidad al alza en el tipo de cambio. En América Latina, donde algunos países han sufrido repetidos brotes de inflación, los bancos centrales ya comenzaron a aplicar una política monetaria más restrictiva para ayudar a contener las expectativas. Si se mantiene la expansión económica mundial y se genera escasez de mano de obra en los mercados de trabajo, podrían también intensificarse las presiones inflacionistas, por lo cual habrá que vigilarlas atentamente. Es más probable que esto ocurra si al mismo tiempo se desacelera el aumento de la productividad de laboral.

Desafíos De Política A Más Largo Plazo

12. En algunos aspectos, los países industriales y los países en desarrollo están hoy en mejor situación que antes para manejar estos riesgos. Ha mejorado el marco de política macroeconómica, sobre todo en el ámbito monetario, y en general las economías son ahora más flexibles, aunque en diferentes grados. Cabe señalar además que también se han reducido mucho las vulnerabilidades externas en los mercados emergentes. Con todo, persisten aún tres factores mundiales de vulnerabilidad de gran alcance que representan desafíos de política a más largo plazo y que también podrían afectar las perspectivas en el corto plazo.

13. En primer lugar, sigue siendo muy difícil la situación de las finanzas públicas de muchos países, lo que plantea una grave amenaza a plazo medio para la estabilidad macroeconómica. En los principales países industriales, el déficit fiscal es aún elevado, con la notable excepción de Canadá. En cuanto a las mejoras proyectadas, además de que en general no son suficientemente ambiciosas, en muchos casos no están sustentadas en medidas creíbles. Y si bien se han dado algunos pasos para atender los efectos económicos que tendrá el envejecimiento de la población, sobre todo en la zona del euro y en Japón, las medidas de política económica adoptadas aún no son adecuadas. En el caso de los mercados emergentes, si bien en general han mejorado los indicadores fiscales, muchos países todavía tienen un largo camino que recorrer para bajar a niveles sostenibles la relación entre la deuda pública y el PIB.

14. Además, las debilidades estructurales siguen restringiendo el crecimiento en ámbitos clave y exacerbando la vulnerabilidad de los países a los shocks. Los retos que enfrentan las diferentes regiones y países son muy variados, pero cabe citar los siguientes:

• Mercados de trabajo y de productos inflexibles en la zona del euro y en Japón.

• Debilidades en los sectores empresarial y financiero en muchas economías emergentes de Asia.

• Entorno desfavorable para la inversión en los países latinoamericanos.

• Sistemas débiles de supervisión bancaria en Europa central y oriental.

• Necesidad de desarrollar más la infraestructura institucional para el desarrollo del sector no petrolero en el Oriente Medio.

15. Por último, quisiera regresar al tema de la intensificación de los desequilibrios mundiales. Me refiero, por supuesto, a la situación que vivimos hoy, en la cual los saldos de las transacciones internacionales de intercambio comercial, servicios y transferencias son muy dispares entre un país y otro. Como resultado se observan grandes diferencias en la cuenta corriente de los distintos países. En este momento, Estados Unidos tiene un fuerte déficit por cuenta corriente y, como contrapartida, unos pocos países concentran superávit, principalmente las economías emergentes de Asia y los países exportadores de petróleo. Si bien es cierto que hasta ahora el fuerte déficit en cuenta corriente de Estados Unidos se ha financiado con relativa facilidad, gracias a la continua afluencia de capitales de todo el mundo, la demanda de activos estadounidenses no es ilimitada. Además, la experiencia nos muestra que no es posible mantener indefinidamente un déficit de la magnitud del que se observa en Estados Unidos. Por lo tanto, si siguen aumentando a gran velocidad los pasivos netos de Estados Unidos frente al exterior, los riesgos serán cada vez mayores.

16. En general, hay acuerdo en los lineamientos básicos de la estrategia para corregir el problema de los desequilibrios. Sin embargo, aún no se observa la determinación suficiente para aplicar las medidas necesarias. Por consiguiente, convendría analizar cuáles son esas medidas y por qué se las debe aplicar sin más demora.

17. En primer lugar, en Estados Unidos deben adoptarse medidas creíbles y sostenidas para lograr la consolidación fiscal, sobre todo a plazo medio. Este es un paso esencial para mantener la confianza de los inversores en los activos estadounidenses. El proyecto de presupuesto para el próximo ejercicio del gobierno de Estados Unidos contiene algunas señales de austeridad fiscal, un paso necesario en el camino hacia la sostenibilidad. A plazo medio, parece justificado establecer objetivos fiscales aún más ambiciosos, sobre todo teniendo en cuenta los desafíos a más largo plazo que plantean la evolución demográfica, el desequilibrio de la cuenta corriente y la coyuntura relativamente favorable en que se encuentra la economía estadounidense.

18. En segundo lugar, debe lograrse un mayor crecimiento económico en la zona del euro y Japón para que estas economías vuelvan a tener un papel protagónico en la expansión económica mundial. La reforma estructural sigue siendo la clave para liberar el potencial de las economías de Europa y Japón. Las medidas de política económica que es preciso aplicar en la zona del euro difieren según cada país, pero en general es necesario aumentar la utilización de la mano de obra, liberalizar aún más los mercados de productos y promover una mayor integración del sector financiero. Análogamente, en Japón es preciso seguir flexibilizando el mercado laboral e intensificar la competencia en los mercados de productos. Asimismo, deben reducirse las barreras a la entrada de inversiones directas del exterior y deben liberalizarse las políticas agropecuarias.

19. En tercer lugar, en China y las economías emergentes de Asia sigue siendo prioritario flexibilizar los tipos de cambio y fortalecer el sector financiero. La flexibilización cambiaria tendría el beneficio adicional de proporcionar a los países un mayor control monetario. El dinámico crecimiento económico de China ha beneficiado no solo a esa región sino también a otras zonas del mundo. Un sistema más flexible de tipos de cambio, aunado a reformas estructurales de amplio alcance en los sectores financiero y empresarial, facilitará el proceso de integración de China en la economía mundial.

20. Mediante un esfuerzo coordinado y enérgico, como el que acabo de describir, es posible corregir los desequilibrios mundiales en la cuenta corriente sin comprometer la estabilidad económica internacional. El FMI está preparado para facilitar un ajuste ordenado de los desequilibrios, entre otras formas ayudando a coordinar las diversas medidas de política que se requieren.

Conclusión

21. Acabo de presentarles un panorama general de la situación actual de la economía mundial. Como señalé al comienzo, vivimos tiempos relativamente favorables. Del mismo modo, como cabe esperar, existen algunos riesgos. Para mantener el crecimiento y la estabilidad es esencial que los países aprovechen este entorno positivo para corregir las deficiencias y hacer frente a los riesgos. El FMI ─con su cometido de fomentar y mantener la estabilidad económica mundial─ tiene un papel principal en la tarea de ayudar a los países a identificar esas deficiencias y formular medidas para corregirlas. Encarando enérgicamente estas cuestiones ─en particular, el problema de los desequilibrios─ podrá garantizarse un crecimiento económico continuo y estable.

22. Los beneficios de este crecimiento llegarán a todas las regiones del mundo, pero serán especialmente importantes para los países de bajo ingreso. Lograr un crecimiento estable y sostenido es esencial para reducir la pobreza y avanzar hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. El FMI está comprometido a luchar contra la pobreza y lograr estos objetivos. En ese sentido acogemos con beneplácito la propuesta formulada el fin de semana pasado por el Grupo de los Ocho sobre el alivio de la deuda de los países pobres muy endeudados (PPME), porque constituye un gran avance que ayudará a esos países a escapar de la pesada carga de la deuda. Trabajaremos con nuestros países miembros para examinar los detalles y la aplicación de esa propuesta, y esperamos que se llegue lo antes posible a un acuerdo al respecto.

23. Una vez más les agradezco que me hayan invitado a participar en esta reunión. A continuación responderé con mucho gusto a sus preguntas.





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