Conclusiones de la XV Conferencia Regional de Centroamérica, Panamá y la República Dominicana

27 de julio de 2018

Gobernadores de bancos centrales, ministros de finanzas y superintendentes de bancos de Centroamérica, Panamá y la República Dominicana y funcionarios del FMI se reunieron en Tegucigalpa el 26 y 27 de julio para considerar las perspectivas económicas de la región y dialogar sobre reformas encaminadas a eliminar obstáculos y crear oportunidades para un crecimiento sostenible. El Presidente Constitucional de Honduras, Juan Orlando Hernández, y el Subdirector Gerente del FMI, Mitsuhiro Furusawa, inauguraron la conferencia.

Al cierre de la conferencia, la siguiente declaración fue emitida por el Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner; el Presidente del Consejo Monetario Centroamericano, Olivier Castro; Representante de la Presidencia Pro Témpore del Consejo de Ministros de Finanzas de Centroamérica, Nelson Fuentes; el Presidente del Consejo Centroamericano de Superintendentes de Bancos, de Seguros y Otras Instituciones Financieras, José Alejandro Arévalo; y el Presidente del Banco Central de Honduras y anfitrión de la conferencia, Wilfredo Cerrato.

“Según las proyecciones, el crecimiento mundial se mantendrá firme en 3,9% en 2018 y 2019, pero los riesgos para las perspectivas están aumentando, en particular debido a las tensiones comerciales. Las condiciones para la demanda y el financiamiento mundial se han tornado un tanto más restrictivas. La recuperación de la demanda mundial no es tan robusta en todos los países como se había previsto, lo que ha incrementado los riesgos a la baja para la demanda externa de la región. Al mismo tiempo, si bien en términos generales las condiciones financieras mundiales aún son acomodaticias, gradualmente se están tornando más restrictivas. Las presiones de los mercados financieros han sido especialmente pronunciadas en países con fundamentos económicos más débiles o en aquellos con incertidumbre política y en materia de políticas económicas.

El robusto crecimiento de Estados Unidos y las mayores remesas vinculadas a la incertidumbre sobre las futuras políticas migratorias de dicho país continúan respaldando el sólido desempeño del crecimiento en 2018 en Centroamérica, Panamá y la República Dominicana (CAPRD). Los déficits fiscales han disminuido en ciertos casos, pero el nivel de la deuda es elevado y está aumentando en varios países de CAPRD. Los participantes estuvieron de acuerdo en que los colchones del sector financiero son adecuados, si bien persisten los riesgos que emanan de la dolarización y la reducción de los riesgos (de-risking). Los esfuerzos en la región deben concentrarse en contener el crecimiento excesivo del crédito y los descalces de monedas y vencimientos, y en respaldar balances bancarios robustos. Los participantes también coincidieron en que, a medida que se normalice la política monetaria de Estados Unidos, será necesario que los países de la región recalibren la orientación de sus respectivas políticas monetarias a fin de evitar que se tornen demasiado acomodaticias, a menos que las condiciones internas requiera lo contrario. Asimismo, los participantes estuvieron de acuerdo en seguir impulsando la flexibilidad cambiaria a medida que aumenten los precios del petróleo a fin de proteger la posición externa. Para ciertos países, será necesario continuar la transición hacia regímenes de metas de inflación completamente desarrollados.

Los participantes coincidieron en que, durante las últimas décadas, la región de CAPRD ha experimentado una transformación económica sostenida. Esta transformación contó con el respaldo de una mayor integración regional y participación en la economía mundial. No obstante, el desempeño del crecimiento ha sido desigual y, en general, insuficiente para alcanzar una convergencia sostenida al crecimiento de las economías avanzadas. Está claro que tal desempeño pone de manifiesto, en parte, la capacidad de ciertos países de innovar y adaptarse, reorientando recursos a sectores de mayor valor agregado, tales como productos electrónicos, equipamiento médico y servicios de logística y transporte. Al mismo tiempo, la región de CAPRD enfrenta varios retos de índole estructural y macroeconómicos. Las brechas de productividad e infraestructura y en materia educativa y financiera son un obstáculo para el crecimiento y la inversión extranjera.

En tal contexto, y basándose en los últimos trabajos de investigación, los participantes reconocieron que es necesario considerar una reconfiguración sustancial de la agenda de políticas para el crecimiento de la región. Además de transferir recursos hacia exportaciones más creativas o la exportación de servicios comercializables (servicios de turismo, salud y bienestar), la transformación de la región en un destino atractivo para el “talento” debería estar en el centro de cualquier agenda de crecimiento. Por cierto, esto requerirá instituciones más sólidas; infraestructura más eficiente, robusta e integrada; condiciones de vida más seguras; un desarrollo de carácter más ecológico; y la conservación del capital natural y cultural. Los participantes también coincidieron en que, para que cualquier estrategia de crecimiento sea factible, los responsables de la política económica deben abordar la excesiva disparidad del ingreso en cada país mediante sistemas de protección social eficientes (es decir, pensiones y salud) y un acceso universal a los servicios básicos.

Los participantes reconocieron el papel que desempeñan las tecnologías emergentes (las tecnofinanzas) en la eficiencia global del sistema financiero, incluso en las áreas de pagos, financiamiento, inversión y seguros. Estas tecnologías están generando oportunidades y retos para consumidores, prestadores de servicios y reguladores por igual. La experiencia de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México —los cinco principales mercados de tecnofinanzas de América Latina— ejemplifica el modo en que el desarrollo del sector tecnofinanciero ya está ayudando a cerrar la brecha financiera mediante soluciones digitales de bajo costo, lo cual beneficia empresas pequeñas y medianas, y promueve la inclusión financiera en la región. Sin embargo, los participantes señalaron que ciertos aspectos de estas tecnologías también podían generar algunos riesgos a la estabilidad e integridad del sistema financiero, especialmente cuando operan fuera del alcance de la regulación y supervisión financiera.

La gestión del impacto del cambio climático es un reto mundial que caracteriza este siglo y es inseparable de otro: la reducción de la pobreza. Se prevé que el cambio climático tenga un impacto considerable sobre muchos países, incluida la región de CAPRD, donde se está trabajando a fin de estar preparados para enfrentar sus consecuencias. Los participantes subrayaron que será necesario calibrar las políticas macroeconómicas para adaptarse a la mayor frecuencia de los shocks climáticos y, todavía más importante, señalaron que gestionar el impacto del cambio climático es un desafío de desarrollo. Esto significa crear un margen de maniobra para poder aplicar políticas que permitan responder ante los shocks, modernizar la infraestructura a fin de mejorar la resiliencia económica y planificar el uso de tierras considerando los riesgos (lo que se ve dificultado por la incertidumbre respecto del clima en el futuro).

Los participantes expresaron su aprecio por el apoyo brindado por el FMI en la organización del evento e hicieron hincapié en la importancia del diálogo sobre políticas entre la región y la institución. Los participantes agradecieron a las autoridades hondureñas por su hospitalidad y respaldo para el éxito de la conferencia”.

Departamento de Comunicaciones del FMI
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