Typical street scene in Santa Ana, El Salvador. (Photo: iStock)

Boletín del FMI : Cómo la política fiscal puede controlar la montaña rusa de las materias primas

7 de octubre de 2015

  • Los países que establecen amortiguadores experimentan un aterrizaje más suave cuando descienden los precios y los ingresos provenientes de las materias primas
  • La inversión pública y el gasto social deben gestionarse con prudencia para generar beneficios a largo plazo
  • La solidez de las instituciones y los marcos fiscales puede garantizar que los recursos naturales propicien un crecimiento a largo plazo

Las economías ricas en recursos naturales enfrentan enormes desafíos a la hora de gestionar los precios volátiles e imprevisibles de las materias primas. En la última edición del Monitor Fiscal, el FMI analiza cómo los países pueden gravar impuestos y gastar de manera inteligente para que el petróleo, el gas y los metales apoyen un desarrollo económico sólido y estable.

La creación de marcos fiscales sólidos permite controlar la volatilidad vertiginosa de los ingresos provenientes de los recursos naturales. (Foto: C.J. Burton/Corbis)

La creación de marcos fiscales sólidos permite controlar la volatilidad vertiginosa de los ingresos provenientes de los recursos naturales. (Foto: C.J. Burton/Corbis)

MONITOR FISCAL

La política fiscal puede moderar o amplificar los efectos que la volatilidad de precios de las materias primas tiene sobre la economía interna. En muchos países, las grandes oscilaciones de precios de las materias primas se han traducido en fluctuaciones significativas del gasto público y, por añadidura, han exacerbado la volatilidad económica.

Las reformas bien concebidas pueden corregir esta situación. “Mejorar los marcos y las políticas fiscales puede ayudar a garantizar que los recursos naturales sean verdaderamente una bendición para los países que los tienen en abundancia”, señaló Vitor Gaspar, Director del Departamento de Finanzas Públicas del FMI.

¿Cómo pueden los países, entonces, controlar la montaña rusa de las materias primas? El informe detalla cómo un gasto más estable puede dar lugar a una trayectoria más suave; cómo la inversión pública bien planificada puede ayudar a lograr un crecimiento económico sostenido, y cómo los marcos fiscales pueden trazar el rumbo para el futuro a largo plazo.


Una trayectoria más suave: Preservar la estabilidad económica

La experiencia recogida en las últimas décadas indica que muchos países tienen dificultades para controlar la volatilidad de las materias primas. El gasto público tiende a acelerarse considerablemente durante los períodos de alzas de precios, y a disminuir durante las caídas. Esta es la forma en que la política fiscal puede desempeñar un papel importante respecto de trasladar la volatilidad de precios de las materias primas a la economía interna. La inestabilidad macroeconómica, a su vez, entorpece el crecimiento sostenible.

El más reciente ciclo de precios de las materias primas ilustra esta situación. Muchos países experimentaron un incremento cuantioso de los ingresos presupuestarios el período de ingresos extraordinarios de 2003-08, que superaron en algunos casos el 200% del PIB de 2002, y permitieron financiar grandes aumentos del gasto. Hubo casos en que el tamaño del presupuesto aumentó en más del triple. En cambio, otros países optaron por constituir importantes amortiguadores fiscales durante los años de precios elevados de las materias primas.

Ante la abrupta caída de precios de las materias primas ocurrida recientemente, la mayoría de los países deberá recortar el gasto, en algunos casos de manera drástica. Sin embargo, los que establecieron amortiguadores fiscales podrán frenar de forma más gradual y atenuar el impacto en la economía.

Crecimiento sostenido: Promover el desarrollo económico

Diseñar una estrategia adecuada a largo plazo para gestionar los recursos naturales es una tarea compleja. Si la riqueza simplemente se consume, el país se empobrece a medida que los recursos naturales se agotan. Las estrategias bien concebidas promueven el desarrollo económico mediante la inversión, por ejemplo, en infraestructura. Invertir en la gente es igualmente importante, en primer lugar, mediante la obtención de sólidos resultados en materia de salud y educación. Estas decisiones son complicadas, dado que es necesario gestionar el alto grado de incertidumbre que rodea a los precios de los recursos naturales y las reservas de materias primas.

En efecto, muchos países ricos en recursos naturales emplearon una porción significativa del último período de ingresos extraordinarios para aumentar el gasto de capital, así como el gasto en salud y educación. Por ejemplo, en el período 2000-08, la inversión pública creció más de un 15% anual (a precios constantes).

Se requieren políticas prudentes para garantizar que los grandes incrementos de la inversión pública y el gasto social arrojen dividendos importantes en materia de crecimiento. En concreto, el aumento de la inversión pública debe ocurrir a un ritmo que no desplace la inversión privada y que tenga en cuenta los cuellos de botella de la oferta. Los países deben construir defensas financieras para evitar los costosos ciclos de expansión-contracción (stop-go). Asimismo, el ritmo de la inversión pública debe ser congruente con la capacidad institucional del país, para garantizar que los proyectos se seleccionen de manera inteligente y se ejecuten con eficiencia. Lo mismo se aplica a la salud y la educación. Es fundamental que el gasto social sea eficaz y eficiente.

Sentar las bases: Marcos fiscales

El Monitor Fiscal hace hincapié en la importancia de formular un marco fiscal integral que permita gestionar mejor las finanzas públicas en un contexto de gran incertidumbre. Señala cuatro grandes áreas clave:

• En primer lugar, fijar una meta fiscal a largo plazo apropiada para orientar la política fiscal. Esto reviste especial importancia puesto que el petróleo, el gas y los metales son recursos no renovables. También exige generar ahorros de estabilización a largo plazo para hacer frente a shocks fuertes y persistentes.

• En segundo lugar, redoblar esfuerzos para ampliar la base del ingreso y evitar que el ingreso público dependa excesivamente del sector de recursos naturales.

• En tercer lugar, lograr que el gasto público sea eficiente. Los países ricos en recursos naturales son proclives a enfrentar períodos prolongados de ingresos fiscales más bajos. Una mejor gestión de la inversión y gasto públicos puede contribuir a garantizar que los planes de gasto público sean eficientes y tiendan a generar importantes dividendos de crecimiento. También existe margen para reducir aún más los subsidios a la energía.

Por último, el Monitor Fiscal destaca la importancia de crear instituciones sólidas. La experiencia indica que las mejoras, por ejemplo, en la gestión de gobierno y en la calidad de los servicios públicos, son fundamentales para utilizar los recursos naturales de manera que propicien el crecimiento a largo plazo.

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