Las pérdidas humanas y la perturbación económica mundial derivadas de la pandemia de COVID-19 han desencadenado una demanda de financiamiento sin precedentes. Más de una tercera parte de los países miembros del FMI han recibido ayuda de la institución. Desde el inicio de la pandemia, el FMI ha respondido con rapidez y decisión para satisfacer la demanda urgente y excepcional de asistencia financiera por parte de sus países miembros.
Desde marzo de 2020, 70 países miembros, entre ellos muchos países de bajo ingreso, han recibido apoyo financiero en el marco de dos instrumentos creados para hacer frente a las necesidades urgentes de financiamiento que pueden surgir a causa de desastres naturales (entre otros, pandemias, terremotos y huracanes): el Servicio de Crédito Rápido y el Instrumento de Financiamiento Rápido. Este apoyo ha ascendido a más de USD 29.000 millones. En abril, el FMI también aprobó un amplio paquete de reformas, basado en modificaciones anteriores, para fortalecer el alcance y la flexibilidad de la asistencia financiera en el marco de estos servicios.
Otros países han recibido apoyo del FMI a través de otros canales, como son los aumentos en el marco de programas existentes, hasta un importe aproximado de USD 70.000 millones. En comparación con anteriores crisis, como la epidemia de ébola, las necesidades que ha desencadenado la actual pandemia no tienen precedentes. La rápida respuesta del FMI ha contribuido a que muchos países contengan y mitiguen el impacto de este shock externo. Esta asistencia financiera no está ligada a la habitual condicionalidad del FMI y al escalonamiento en el tiempo de los desembolsos, aun cuando los países tienen que observar compromisos en materia de políticas para hacer frente a sus dificultades, así como compromisos en términos de gobernanza sobre la manera de emplear estos recursos.