Comunicado de Prensa: El FMI considera que las perspectivas en las Americas continan siendo favorables y que el crecimiento permanecera relativamente elevado en America Latina

13 de abril de 2007

Comunicado de Prensa No. 07/69

Los resultados económicos en las Américas fueron de nuevo sumamente favorables el año pasado, pese al crecimiento un poco más lento de Estados Unidos en los últimos trimestres, según la última edición de Perspectivas económicas: Las Américas, del FMI. América Latina y el Caribe crecieron a un ritmo vigoroso en el 2006 y, si bien se prevé una cierta desaceleración, la región seguramente seguirá creciendo a una tasa relativamente alta en el 2007, dijo el Sr. Anoop Singh, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, en la conferencia de prensa que acompañó a la presentación del informe. "El período 2004-06 ha quedado registrado como el de crecimiento más pujante de América Latina y el Caribe desde los años setenta, como resultado de políticas económicas más sólidas y de un entorno externo favorable", señaló el Sr. Singh. Los indicadores de pobreza también siguieron mejorando, añadió, pero es necesario realizar esfuerzos adicionales, tal como lo reconocen todos los gobiernos de la región.

El Sr. Singh expresó que los principales desafíos para la región siguen siendo el aumento y la consolidación del crecimiento a largo plazo, así como la distribución más equitativa de los beneficios. "Para elevar sustancialmente los niveles de vida en las dos próximas décadas", dijo, "América Latina debe crecer a un ritmo más acelerado y sostenible". Al mismo tiempo, las políticas deben permanecer atentas para evitar la erosión de los márgenes de seguridad que se acumularon durante el pasado reciente, particularmente en el área fiscal.

Las principales conclusiones para América Latina y el Caribe de Perspectivas económicas: Las Américas son las siguientes:

El 2006 fue un año de sólidos resultados económicos para América Latina y el Caribe. El producto creció a una tasa media de 5½%, casi 1 punto porcentual por encima del registrado en el 2005, y ligeramente superior al crecimiento mundial. Ante un crecimiento sin precedentes en el pasado reciente en muchos países -casi un tercio de los países crecieron a tasas cercanas al 7% o más- las tasas de desempleo y pobreza siguieron disminuyendo. La desigualdad también se redujo según los últimos datos disponibles, constituyéndose en la primera caída en varias décadas.

Otros aspectos macroeconómicos también tuvieron una evolución favorable. La inflación siguió bajando y cayó hasta un promedio regional del 5%, aunque persisten importantes diferencias entre los diferentes países. Para la región en su conjunto, y en muchos países, los saldos fiscales primarios y las cuentas corrientes externas registraron niveles máximos sin precedentes, con superávits promedio de 2,8% y 1,7% del PIB, respectivamente. Las tasas de deuda pública como proporción del PIB también han bajado un poco, y ha mejorado la estructura del endeudamiento. Muchas de las mejoras también se produjeron en países que están pasando por transiciones políticas cruciales, lo cual es reflejo de la nueva estabilidad económica de la región. Un factor favorable fue el entorno externo, con bajas tasas de interés, altos precios de los productos básicos y un sólido crecimiento mundial.

Para el futuro, se prevé que el crecimiento promedio de la región disminuya moderadamente, hasta un poco menos del 5% en el 2007 y cerca del 4¼% en el 2008. Esto refleja el menor ritmo de expansión en algunos países, que crecieron en el 2006 a unas de las tasas más elevadas de su historia, y una situación externa menos boyante. Al mismo tiempo, la inflación podría subir un poco, sobre todo en los países con alta utilización de la capacidad instalada, pero es probable que se mantenga controlada para la región en su conjunto. Ante el vigor de la demanda interna y el fuerte aumento sostenido del gasto público, se prevé que los superávits externo y fiscal disminuyan hasta casi la mitad de sus niveles alcanzados en el 2006 en términos del PIB. Ello resalta la necesidad de poner freno al incremento de las erogaciones públicas, especialmente el gasto corriente.

En el informe se examina en detalle la sensibilidad del crecimiento de América Latina al entorno externo, el cual ha sido excepcionalmente benigno en los últimos años. Aunque la considerable mejoría de los balances y de los marcos de política ha hecho más resistente a América Latina con respecto a la década anterior, la región sigue siendo sensible a choques al crecimiento mundial, los precios de los productos básicos y a las condiciones del financiamiento. Un nuevo análisis indica que el creciente fortalecimiento de la región permitiría absorber cambios moderados en estas condiciones, pero, sin embargo, la región todavía es bastante vulnerable a una aguda reducción del crecimiento mundial acompañada de una fuerte restricción al financiamiento, o una drástica caída de los precios de los productos básicos. Reducir aún más la vulnerabilidad de América Latina ante estos choques requiere progresos adicionales en la reducción de los niveles de la deuda pública, presupuestos y tipos de cambio más flexibles, sistemas financieros más sólidos y una diversificación de la estructura de las exportaciones.

Para el mediano plazo, en Perspectivas económicas: Las Américas se demuestra que se necesitarán cuantiosos aumentos de la inversión y -más importante aún- de la productividad para elevar sustancialmente los ingresos per cápita en América Latina. Además, se ilustran los posibles efectos de las reformas en dos áreas claves (la educación y el mercado laboral). Con base en estudios recientes, el informe también aborda la pregunta de si América Latina ha roto por fin con su historial de periódicos retrocesos en el crecimiento. Se concluye que varios elementos cruciales del crecimiento sostenido -como las instituciones políticas y los regímenes comerciales- efectivamente han mejorado mucho en las últimas décadas, y que la volatilidad macroeconómica es ahora mucho menor. Asimismo, sería útil redoblar los esfuerzos para crear sociedades más equitativas y menos divididas, las cuales estarían en mejores condiciones para evitar futuras caídas abruptas en el crecimiento. El avance en este sentido tomará tiempo, y se requerirán reformas fiscales, laborales, educativas y del sector financiero. Mientras tanto, las políticas macroeconómicas tendrán que mantenerse atentas para que la región pueda aprovechar la oportunidad para arraigar y elevar

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