Los retos de la economía colombiana -- Alocución de Michel Camdessus
17 de julio de 1999
Director Gerente del Fondo Monetario International
Presentada en video durante el
"Encuentro para la productividad y competitividad"
Cartagena, Colombia
17 de Julio de 1999
Señor Presidente
Señores miembros del gobierno y del Congreso
Señor Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo:
Es un honor para mí poder dirigirme a tan distinguida asamblea y renovar, aunque sólo sea a través de la televisión, mi contacto y compromiso personal con Colombia. Ya han pasado dos años desde mi última visita a su país, y es un placer tener la posibilidad de compartir mis opiniones con ustedes nuevamente.
La crisis en Asia y los problemas que le siguieron todavía no se habían desencadenado cuando los visité la última vez. Por ese entonces, la economía colombiana estaba progresando, aunque ya había una creciente preocupación sobre la salud de las finanzas públicas y una inflación que permanecía desde casi tres décadas por encima del 20%, lo que hacía más clara la necesidad de avanzar en las reformas estructurales.
Desde entonces, como es bien conocido por todos, la crisis internacional en los mercados financieros y la caída en los precios de los productos primarios han afectado a Colombia en forma severa. Muchas de las preocupaciones que entonces teníamos son ahora aún más válidas. El sistema financiero colombiano ha estado desde hace un tiempo bajo mucha presión debido a los efectos de la recesión. Los problemas económicos que hoy enfrenta Colombia en parte reflejan las consecuencias de la crisis financiera internacional que comenzaron con la crisis en Asia y la recesión económica de los países vecinos; sin embargo, también reflejan la necesidad de consolidar en forma decisiva y en el corto plazo la posición fiscal, avanzar en las reformas estructurales y resolver las dificultades que hoy afligen al sistema financiero colombiano. Solo así su país podrá, en un contexto de globalización, realizar su enorme potencial de crecimiento y crear condiciones económicas óptimas para la paz y la integración de todos los colombianos en una economía mucho más próspera.
Como ustedes saben, el Fondo Monetario Internacional ha mantenido un diálogo estrecho con sus autoridades durante los últimos meses. En base a nuestros contactos con ellas y con representantes de los sectores productivos y financieros, hemos llegado a compartir la visión del gobierno respecto de la necesidad de tomar acciones profundas. Creemos que los planes que se están formulando para fortalecer las políticas relevantes, estructurales y financieras, ayudarán a alcanzar los objetivos de recuperación económica que se han trazado para el resto de este año y para el mediano plazo. Creemos que la implementación vigorosa de las políticas del gobierno ayudarán a reducir el déficit del sector público el próximo año y en los años siguientes, llegando así a una posición más sostenible en la balanza de pagos y formando así la base imprescindible para lograr la recuperación económica, manteniendo la inflación bajo control.
Consideramos muy auspiciosos los planes del gobierno para fortalecer y modernizar las estructuras clave de la economía del país; son planes ambiciosos pero la situación no admite nada menos: fortalecer las finanzas de los sistemas de pensiones y de seguridad social; mejorar la eficiencia en los programas de descentralización fiscal; controlar sin más demora el incremento de los costos pero protegiendo el gasto público en educación y salud; reestructurar y reducir el tamaño del sector público; fortalecer la administración tributaria, ampliando al mismo tiempo la base del sistema tributario y simplificando su estructura y , por último, y esto es de suma importancia, para hacer viable sus esfuerzos por aumentar el empleo, dando importantes pasos para incluir en su agenda de prioridades la reforma del mercado laboral y al mismo tiempo fortalecer la red de ayuda social.
En todo esto, el objetivo es una recuperación económica rápida y sostenible, lográndose así ayudar a los desempleados y reducir el número de personas buscando trabajo. Para ello también es indispensable un sistema de créditos que funcione eficientemente. Es por esto que el Fondo da gran importancia a las medidas que se están adaptando para reestructurar y fortalecer el sector financiero. En este sentido, la reestructuración y venta de bancos públicos es decisiva, como lo es el programa de recapitalización de aquellas instituciones privadas viables que se han descapitalizado dadas las difíciles circunstancias por las que ha atravesado la economía.
En este aspecto es importante asegurar que el sector privado comparta los riesgos y beneficios del programa de recapitalización. Las autoridades están avanzando rápidamente con estas reformas del sector financiero y esto ayudará a restaurar la confianza tanto de prestatarios como de prestamistas para que el crédito comience a fluir nuevamente.
En nuestras discusiones con las autoridades colombianas en mayo y junio, se nos informó también que se están preparando medidas no sólo para fortalecer considerablemente las finanzas públicas en el año 2000 sino también que el proceso de consolidación fiscal continuará en el 2001 y 2002. Estas son tareas difíciles pero necesarias. Si bien el ajuste fiscal puede ser doloroso en el corto plazo, cabe perfectamente esperar que el fortalecimiento de la actividad del sector privado inducido por este programa facilitará estas correcciones.
Pero cómo responder a estos ataques contra el peso y el ajuste de la banda cambiaria que el país ha tenido que enfrentar, pese a la evolución positiva de la cuenta comercial, de la tasa de cambio real y de la competitividad de la economía? Pues permítanme decirles que el énfasis en la consolidación fiscal, la reforma estructural y la reestructuración del sector financiero son las respuestas apropiadas para apoyar la moneda. Sin ellas no hay sistema de banda cambiaria, no hay sistema de tipo de cambio que resista. Con ellas y con la pericia de las autoridades, no hay especulación que prevalezca. Con las bases macroeconómicas así logradas, con una inflación que por primera vez desde 1970 es de un dígito, se estabilizarán los mercados.
Cuando conocí al Presidente Pastrana en Washington el año pasado, poco después de que asumió el mando, él me expuso su programa de gobierno. Sus prioridades eran la paz y la reforma económica, ambas claves para el futuro de Colombia. Yo le dije que el FMI estaría preparado para dar apoyo a su reforma económica si él lo veía útil. Hoy, cuando las circunstancias del país se mantienen difíciles, la oferta de ayuda por parte del FMI es aún más vigente. Desde entonces mucho ha ocurrido y nuestros amigos mexicanos han inventado este concepto del blindaje de la economía al cual contribuimos fuertemente. Pensamos que los cambios a la política económica planeados en Colombia van en la dirección correcta y podrían verse reforzados por similar apoyo.
Si el gobierno lo juzga útil, estamos a la orden para usar los recursos de nuestra institución en apoyo de esta estrategia audaz para restablecer un crecimiento sostenido y la estabilidad económica en Colombia, complementos del proceso de paz que el gobierno ha puesto en marcha y por cuyos éxitos el mundo entero augura los mejores votos.
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