Typical street scene in Santa Ana, El Salvador. (Photo: iStock)

Boletín del FMI : La revista F&D examina la reciente prosperidad América Latina, amenazada por la desaceleración del crecimiento

27 de agosto de 2015

  • América Latina se enfrenta a la incertidumbre tras una década de sólido crecimiento económico
  • Pese a una notable mejora, la desigualdad en la región aún es marcada
  • La corrupción y otros problemas de gobernabilidad pueden frenear el progreso

Los países de América Latina, junto con las economías emergentes de todo el mundo, se beneficiaron de un crecimiento extraordinario entre 2004 y 2013, con tan solo breves tropiezos durante la crisis financiera de 2008-09 que envolvió a Estados Unidos y Europa.

PERPSECTIVAS REGIONALES

Pero los buenos resultados llegaron a su fin hace dos años, “y se considera que la promesa se esfumó en buena parte de la región”, según señala José Antonio Ocampo, profesor de la Universidad de Columbia, en el número de diciembre de la revista Finanzas y Desarrollo del FMI. El súbito deterior de las perspectivas de América Latina también denota cambios en la coyuntura internacional, sobre todo el descenso de los precios de las materias primas y la moderación del crecimiento del comercio internacional.

Para volver a terreno firme, Ocampo explica en un número de la revista que analiza la situación de América Latina, la región “debe emprender reformas a fin de diversificar su economía y actualizar tecnológicamente la estructura de su producción a efectos de depender menos del comportamiento de las materias primas”.

El repentino empeoramiento de la situación económica de América Latina no solo plantea un futuro económico incierto, sino que también podría poner en peligro una década de progreso social en la región.

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Nivelación de las condiciones

La desigualdad del ingreso, por ejemplo, ha disminuido prácticamente en todo los países de América Latina desde el comienzo del milenio —a diferencia del resto del mundo—, según escribe la profesora de la Universidad de Tulane, Nora Lustig, en la edición más reciente la publicación económica trimestral. Sumada al repunte del crecimiento económico, la menor desigualdad propició una reducción de la pobreza, en especial a pobreza extrema, en América Latina. Lustig indica que el cambio en la desigualdad obedece ante todo a una distribución más equitativa de las ganancias y las transferencias gubernamentales.

Pese a la mejora de los últimos 15 años, la desigualdad sigue siendo más marcada en América Latina que en gran parte del resto del mundo. Y las perspectivas de que las mejoras continúen dependen de cuánto dure la desaceleración del crecimiento y de si eso genera más presión sobre los salarios de los segmentos de ingreso bajo o de ingreso alto, señala.

Desafíos regionales

Daniel Kaufmann, president of the Natural Resource Governance Institute, sostiene que la gestión de gobierno ineficaz sigue siendo un obstáculo importante para un desarrollo económico y social sostenido en América Latina. Observa que un aumento notable aumento de la transparencia en la toma de decisiones económicas no ha ido acompañado de reformas a más largo plazo de la gestión de gobierno, sobre todo en los ámbitos político e institucional. En los últimos 15 años, en promedio, la eficacia del gobierno, el control de la corrupción y la voz y la rendición de cuentas se han estancado, y la calidad de las regulaciones y el Estado de derecho se han deteriorado.

Alejandro M. Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, destaca la falta de confianza de los consumidores y las empresas en las autoridades y en las políticas durante los tiempos difíciles que han llegado a América Latina. Para restablecer la confianza, escribe Werner en la sección “Hablando claro” de F&D, los gobiernos de la región deben “explicar mejor la orientación de sus políticas económicas y consolidar la democracia y las instituciones de mercado” en América Latina.

En otros artículos sobre la región se analiza la necesidad de las economías de América Latina de reencauzar las políticas comerciales para incentivar la participación en la cadena mundial de valor; los posibles consecuencias de una fuerte salida de capital de la región; y lo que podría suponer para los bancos centrales si sus responsabilidades fueran más allá del control de la inflación.

La economista del FMI Nicole Laframboise examina lo que la distensión de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba podría augurar para el turismo en la isla, y en otros países del Caribe.

También en este número

En el número de F&D de septiembre de 2015 también se da un vistazo a la disminución a largo plazo de la participación en la fuerza laboral en Estados Unidos, que se debe sobre todo, aunque no exclusivamente, al envejecimiento de la población en la mayor economía del mundo.

En otro artículo se llega a la conclusión de que la política monetaria no convencional que la Reserva Federal de Estados Unidos adoptó tras la crisis financiera mundial ha tenido un efecto más notable en las economías de mercados emergentes que la política más convencional de los años previos a la crisis.

En la revista también se traza una semblanza de la economista Sabina Alkire, que ha consagrado su vida académica el estudio de la pobreza y ha elaborado un índice para matizar la descripción de la pobreza más allá de la consabida definición de un ingreso inferior a US$1,25 diario. Alkire incorpora en el índice factores tales como salud, educación y niveles de vida.