Typical street scene in Santa Ana, El Salvador. (Photo: iStock)

Boletín del FMI : África subsahariana afronta el crecimiento más lento desde 2009

9 de octubre de 2015

  • Los bajos precios de las materias primas hacen mella y perjudican sobre todo a los países exportadores de petróleo
  • Preocupación en torno a los déficits crecientes
  • La diversificación y el impulso de los ingresos tributarios, el camino a seguir

Si bien el crecimiento en África subsahariana sigue siendo más sólido que en muchas otras regiones, la actividad económica se ha debilitado notablemente durante los últimos meses en varios países, lo que ha llevado al FMI ha rebajar sus previsiones para 2015 hasta el 3¾%, las más bajas de los últimos seis años.

Antoinette Monsio Sayeh, Directora del Departamento de África del FMI, afirma que los países exportadores de petróleo han sido los más perjudicados por la caída del precio de las materias primas (foto de archivo del FMI).

Antoinette Monsio Sayeh, Directora del Departamento de África del FMI, afirma que los países exportadores de petróleo han sido los más perjudicados por la caída del precio de las materias primas (foto de archivo del FMI).

IMF WORLD BANK ANNUAL MEETINGS

En declaraciones a la prensa durante las Reuniones Anuales del FMI y el Banco Mundial en Lima, Perú, Antoinette Sayeh, Directora del Departamento de África del FMI, afirmó que la enorme mejora del clima empresarial y macroeconómico, que ha permitido un sólido crecimiento en los últimos años, corre peligro de verse eclipsada por la caída de los precios de las materias climas y las condiciones financieras menos acomodaticias.

No obstante, Sayeh recalcó que la situación en la región varía considerablemente de un país a otro. Los más afectados son los países exportadores de petróleo —incluidos Nigeria y Angola—, que en conjunto representan la mitad del PIB de la región. Sayeh explicó que "la caída de los ingresos procedentes de las exportaciones y los fuertes ajustes fiscales han hecho mella en el crecimiento: se espera que este disminuya rápidamente hasta situarse en el 3½% este año, desde el 6% de 2014" y añadió que estas cifras están lastrando el promedio de la región.

Sayeh observó que, si bien los países de bajo ingreso siguen presentando tasas de crecimiento en torno al 6%, gracias al mantenimiento del consumo privado y las inversiones en infraestructura, en varios países de mediano ingreso el crecimiento se ve obstaculizado por la escasez de electricidad, las condiciones financieras cada vez más difíciles y la debilidad de los precios de las materias primas.

Ahorro limitado para contrarrestar el lastre

Las perspectivas de muchos países incluyen ahorros modestos y déficits en aumento, según Sayeh. "En muchos casos, los ahorros procedentes del reciente período de rápido crecimiento han sido limitados y los países se adentran en este nuevo período con déficits fiscales y externos más amplios de los que tenían al comienzo de la crisis financiera mundial de 2008".

Asimismo, Sayeh describió los problemas de seguridad de varios países como un riesgo añadido. "La guerra civil en Sudán del Sur y los actos de violencia perpetrados por Boko Haram y otros grupos de insurgentes en la región que abarca Camerún, Chad, Níger, Nigeria y Mali han provocado un enorme sufrimiento. Además, lastran la actividad económica, deterioran los presupuestos fiscales y reducen las perspectivas de inversión". Sayeh añadió que la reciente inestabilidad política en Burundi y Burkina Faso también ha sido motivo de preocupación.

Capear un descenso fuerte y duradero

Sayeh manifestó que, en el caso de los países exportadores de petróleo, tal y como están ahora los precios, "las reformas fiscales son inevitables, y el margen para ajustarlas con fluidez es cada vez más limitado. En la mayoría de los demás países, las políticas fiscales deben orientarse con arreglo a marcos de gasto a mediano plazo que equilibren las consideraciones sobre la sostenibilidad de la deuda y aborden a la vez las necesidades de desarrollo".

Según Sayeh, en algunos países los tipos de cambio también han estado bajo presión". En los países donde la disminución de los términos de intercambio ha sido mayor y el tipo de cambio no es fijo, resulta adecuado permitir la depreciación del tipo de cambio para absorber el shock. No obstante, incluso los países que no dependen en gran medida de los precios de las materias primas han visto como sus monedas también sufrían presiones. Dadas las sólidas fuerzas mundiales que respaldan estas presiones, en estos países resistir a las presiones puede significar la pérdida de reservas ya escasas."

Sayeh afirmó que diversificar la economía y centrarse en el considerable potencial fiscal ayudaría a estos países a seguir financiando la infraestructura y las necesidades de desarrollo, conteniendo a la vez el incremento de la deuda pública.