Tres “misiones Rosetta” para la economía mundial en 2015, Christine Lagarde, Directora Gerente del FMI

15 de enero de 2015

por Christine Lagarde
Directora Gerente del FMI
Washington, 15 de enero de 2015

Texto preparado para la intervención

Buenos días.

Diana, gracias por tan gentil presentación y gracias a Christopher Tuttle y al Consejo de Relaciones Exteriores por brindarme la oportunidad de hablar el día de hoy sobre las perspectivas de la economía mundial en este nuevo año 2015.

El Consejo de Relaciones Exteriores y el FMI tienen mucho en común: ambas instituciones tienen una perspectiva mundial; cada una fue fundada tras una de las guerras mundiales; y ambas se han sumado a la búsqueda incesante de un mundo más pacífico y próspero. Me complace decir que seguimos estando en el mismo equipo.

Este año necesitaremos un buen trabajo en equipo y un liderazgo firme. La actualización más reciente de nuestras Perspectivas de la economía mundial, con todas las cifras concretas, se presentará formalmente la próxima semana. Pero desde ya puedo adelantarles esto: pese al estímulo derivado de los precios más bajos del petróleo y el crecimiento más dinámico en Estados Unidos, la economía mundial sigue enfrentándose a un viento en contra muy fuerte.

Pero antes de analizar más a fondo los desafíos que se avecinan, quisiera compartir con ustedes una breve historia que me ha hecho reflexionar.

El año pasado, el 12 de noviembre, una pequeña nave espacial operada por la Agencia Espacial Europea se posó por primera vez sobre un cometa tras una travesía de 10 años y 500 millones de millas. Al igual que millones de otras personas, la osadía de esta aventura me dejó asombrada.

El aterrizaje en el cometa, llamado 67P, era parte de la misión “Rosetta”, dirigida por un equipo multinacional de científicos. Juntos, estos científicos extendieron la presencia de la humanidad en el cosmos, y, por ende, ampliaron los conocimientos sobre nuestro propio planeta. Estos científicos encarnan el espíritu de los estudiosos del siglo XIX, que a partir de la piedra de Rosetta original descifraron los antiguos jeroglíficos egipcios.

¿Por qué esta historia reviste interés ahora? Porque este año la economía mundial se enfrentará a lo que cabe denominar tres “misiones Rosetta”. Es decir, desafíos importantes en materia de política que exigen decisiones que han de tomarse con coraje político, con medidas firmes y con una mentalidad multilateral, es decir, con verdadero liderazgo mundial.

La primera misión Rosetta consiste en estimular el crecimiento y el empleo en los próximos 12 meses, lo que implica superar ese “fuerte viento en contra” que mencioné. La segunda misión Rosetta radica en lograr un crecimiento más inclusivo y compartido. Y la tercera misión es conseguir que el crecimiento sea más sostenible y equilibrado.

Estas tres misiones están, desde luego, profundamente interconectadas y en una relación de mutua dependencia. Todas son importantes, todas exigen un liderazgo firme, todas requieren cooperación. Pero si podemos atrapar un cometa en el espacio, ¿acaso no podremos abordar los desafíos de política terrenales?

1. Perspectivas mundiales, riesgos y medidas de política: Imprimir un nuevo impulso

Voy a referirme primero al desafío inmediato de cómo dar un mayor impulso a la recuperación. Como señalé, todavía estamos realizando los últimos ajustes de las cifras definitivas para la actualización de nuestras perspectivas. Por lo tanto, me concentraré en las principales tendencias y recomendaciones en materia de política.

La pregunta obvia es esta: ¿deberían los precios más bajos del petróleo y la recuperación más pujante de Estados Unidos hacernos ver con más optimismo las perspectivas de la economía mundial? Lo respuesta más probable es que “no”, ya que aún hay factores de peso que inclinan las perspectivas a la baja.

No cabe duda de que el descenso de los precios del petróleo representa un estímulo favorable para la economía mundial. El abaratamiento del petróleo incrementa el poder adquisitivo de los consumidores y la demanda privada en los países importadores de petróleo. Dependiendo de la duración del período en que los precios del petróleo permanezcan en niveles bajos, estos podrían representar una contribución positiva para el crecimiento mundial por algún tiempo.

La economía de Estados Unidos, por su parte, evolucionó favorablemente en 2014 y debería afianzarse aún más este año, sobre todo gracias al aumento del gasto de los hogares. El desempleo en Estados Unidos continúa a la baja; el menor costo del petróleo está reforzando los ingresos reales y animando la actitud de los consumidores; y la política monetaria acomodaticia sigue brindando apoyo.

¿Pero entonces cuál es el problema? El precio del petróleo y el crecimiento en Estados Unidos no son una cura para las debilidades profundamente arraigadas en otras regiones. Son demasiados los países que aún arrastran las secuelas de la crisis financiera, incluidos los altos niveles de endeudamiento y desempleo. Son demasiadas las empresas y los hogares que están recortando la inversión y el consumo hoy en día porque les preocupa el crecimiento escaso en el futuro.

De hecho, Estados Unidos es la única de las principales economías que probablemente desafiará esta tendencia este año, en tanto que otras economías están frenadas, principalmente a causa de una inversión insuficiente. En el Reino Unido sigue adelante una recuperación prometedora, pero el crecimiento sigue siendo muy bajo en Japón y la zona del euro. Y las economías emergentes, con China a la cabeza, están desacelerándose, en términos relativos.

Riesgos

En general, creemos que el crecimiento mundial sigue siendo demasiado bajo, demasiado frágil y demasiado sesgado. Además, la recuperación está expuesta a riesgos significativos. ¿Cuáles son?

  • En primer lugar, la normalización asíncrona de las políticas monetarias en las economías avanzadas. Se ha hablado mucho de esto, pero cabe esperar que este año esto empiece a concretarse. En Estados Unidos, las tasas de interés a corto plazo podrían experimentar su primera subida desde 2006, lo cual sería un acontecimiento destacable. Incluso si este proceso es debidamente gestionado y comunicado —y pienso que así ha sido y lo seguirá siendo—, podría generar repercusiones negativas para los mercados emergentes y la estabilidad financiera mundial.
  • En segundo lugar, las economías emergentes y en desarrollo podrían enfrentar una terna de problemas: fortalecimiento del dólar de EE.UU., tasas de interés más altas a escala mundial y flujos de capital más volátiles. Un dólar más fuerte incidirá significativamente en los sistemas financieros en los mercados emergentes, dado que los bancos y las empresas han incrementado su endeudamiento en dólares en los últimos cinco años. La caída del precio del petróleo —y los menores precios de las materias primas en términos más generales— ha agravado estos riesgos, y países como Nigeria, Rusia y Venezuela están soportando enormes presiones monetarias. Dada la magnitud de estas economías, los acontecimientos recientes también podrían tener importantes repercusiones a escala regional.
  • En tercer lugar, existe el riesgo de que Japón y la zona del euro permanezcan atascados en un entorno de bajo crecimiento y baja inflación por un período prolongado. Esta coyuntura con “dos variables bajas” complicaría aún más la tarea de reducir el desempleo y el excesivo endeudamiento público y privado por parte de muchos países de la zona del euro, y por lo tanto elevaría el riesgo de recesión y deflación.
  • En cuarto lugar, los riesgos geopolíticos se han agudizado. En Ucrania, por ejemplo, es crucial un mayor respaldo internacional que complemente el apoyo del FMI. Al mismo tiempo, hay un sentimiento palpable de que las fuerzas de la intolerancia y la fragmentación están intensificándose. Las atrocidades recientes en Francia —mi país—, en Nigeria o en Pakistán son tan solo las manifestaciones más recientes de fuerzas fundamentalmente opuestas a las convicciones que tenemos los aquí presentes.

Todo esto apunta a una cosa: la necesidad de una sólida combinación de políticas que permita afianzar la recuperación y generar mejores perspectivas de empleo para los ciudadanos en todo el mundo. ¿Cómo pueden las autoridades cumplir con éxito esta misión Rosetta?

Medidas de política

En términos generales, las políticas monetarias acomodaticias siguen siendo esenciales. El ajuste fiscal tiene que favorecer al máximo el crecimiento y el empleo. Y ante todo, las autoridades tienen que finalmente impulsar las reformas estructurales. Este mantra económico —apoyar la demanda, el crecimiento y las reformas estructurales— no es nuevo, pero ahora adquiere carácter más urgente. Y destaca más la importancia del liderazgo político.

Por ejemplo, el impacto de los precios más bajos del petróleo presentará una prueba inmediata para muchas autoridades. No tanto para los países importadores de petróleo, ya que para ellos los ingresos extraordinarios representan una oportunidad para afianzar sus marcos macroeconómicos y pueden ayudar a aliviar las presiones inflacionarias.

Pero los exportadores de petróleo tienen que amortiguar el shock en sus economías. Algunos de estos países están recurriendo a sus fondos para emergencias y a déficits fiscales para ajustar el gasto público de manera más gradual. Otros están permitiendo que sus monedas se deprecien considerablemente, lo cual acarrea el riesgo de inflación y puede exigir la adopción de políticas monetarias más restrictivas.

En la zona del euro, el petróleo más barato está contribuyendo a que disminuyan aún más las expectativas inflacionarias, elevando así el riesgo de deflación. Esto da más fuerza al argumento a favor de un estímulo monetario adicional, que el Banco Central Europeo ha señalado que está dispuesto a respaldar según sea necesario.

Sin embargo, lo más importante es que la caída de precios del petróleo ofrece una oportunidad ideal para recortar los subsidios a la energía y destinar el ahorro a transferencias más focalizadas para proteger a los pobres, algo que el FMI ha propugnado con fuerza. Últimamente hemos observado una exitosa reducción de los subsidios a los combustibles fósiles en países como Camerún, Côte d’Ivoire, Egipto, Haití, India, Indonesia y Malasia. En algunos países avanzados, las autoridades también deberían aprovechar el momento para elevar los impuestos a la energía con el fin de crear defensas fiscales o reducir otros impuestos, en especial los de la mano de obra.

Esto, desde luego, exige coraje político, algo que también lo exige la segunda misión Rosetta: cómo lograr un crecimiento más inclusivo y compartido a mediano plazo.

2. Reformas estructurales, infraestructura y comercio: Generar crecimiento más inclusivo

Seamos francos: más de seis años después del inicio de la Gran Recesión, hay demasiadas personas que aún no sienten la recuperación. En demasiados países el desempleo sigue siendo elevado y la desigualdad ha aumentado. De ahí que sea necesario dar un impulso decisivo a las reformas estructurales para promover el crecimiento actual y el crecimiento potencial a mediano plazo.

El año 2015 tiene que ser el año de acción. Esto significa eliminar las distorsiones profundamente arraigadas en los mercados de trabajo y de productos; significa renovar infraestructuras vetustas y construir nuevas; significa liberalizar el comercio e impulsar las reformas de la educación, la salud y las redes de protección social. También significa liberar el potencial económico de la mujer.

Quisiera referirme en más detalle a dos factores que podrían ser decisivos.

Inversión en infraestructura

Uno es la inversión en infraestructura, cuando sea seleccionada con cuidado y cuando sea eficiente. Permítanme ser clara: no me refiero a los consabidos “puentes a ninguna parte”. Los estudios del FMI demuestran que el aumento de la inversión en infraestructura pública eleva el producto a corto plazo, al impulsar la demanda, y también a largo plazo, al potenciar la capacidad productiva de la economía. En efecto, el impulso a la inversión en infraestructura de calidad es un aspecto importante de la agenda de crecimiento del G-20, que se estima aportará más de US$2 billones a la economía mundial en los próximos cuatro años.

El alcance de estas inversiones varía de un país a otro, dependiendo de su espacio fiscal y sus deficiencias infraestructurales. India y Brasil, por ejemplo, tendrían que concentrarse en eliminar los cuellos de botella —en transporte y energía— que traban su crecimiento. En Estados Unidos y Alemania, lo que se necesita es reparar la infraestructura existente tras décadas de inversión insuficiente.

Sea cual fuere la necesidad, ahora es el momento de mostrar determinación, por ejemplo, dando seguimiento al amplio plan de inversión de la Comisión Europea de €315.000 millones, que encierra la promesa de mayor crecimiento y creación de empleo.

Políticas de género

Otro posible factor decisivo es el aprovechamiento del poder económico de millones de mujeres que en la actualidad están excluidas del mercado de trabajo. Esta exclusión no solo es una equivocación desde el punto de vista moral, sino también desde el punto de vista económico. Las disparidades de género en la participación en la fuerza laboral existen en todo el mundo, y van desde 12% en las economías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) hasta 50% en Oriente Medio y Norte de África.

Países como Chile y los Países Bajos, por ejemplo, han demostrado que es posible ampliar significativamente la participación femenina en la fuerza laboral adoptando políticas inteligentes que promueven los servicios de cuidado infantil a costo asequible, la licencia por maternidad y la flexibilidad laboral. Una vez más, uno de los objetivos fundamentales de la estrategia de crecimiento del G-20 es cerrar la brecha de género un 25% en los próximos 10 años. Así, más de 100 millones de mujeres se incorporarían a la fuerza laboral, lo cual incrementaría el crecimiento mundial y reduciría la pobreza y la desigualdad.

Reforma del comercio

La siguiente pregunta es cómo pueden aprovecharse mejor las ventajas brindadas por varias reformas estructurales. La liberalización del comercio bien podría ser la respuesta.

Tras años de desaceleración del crecimiento del comercio mundial, 2015 podría ser un año decisivo para las negociaciones del importante Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés). Las autoridades también tienen que impulsar las negociaciones del acuerdo transatlántico, conocido como TTIP, que están en una etapa menos avanzada pero que podrían ofrecer tantas ventajas como su similar en el Pacífico.

En Estados Unidos, estos importantes acuerdos comerciales representan aspectos de posible cooperación entre el nuevo Congreso y el Presidente. En la Unión Europea, los avances en materia de comercio ayudarían inmensamente a fomentar el crecimiento y la confianza. El gobierno de Japón está muy interesado en usar el TPP para fomentar la competencia en su economía de bajo crecimiento. Y las economías emergentes y en desarrollo se beneficiarían de una mayor integración en la economía mundial. Así que díganme dónde están las desventajas.

En todos los frentes hay incentivos para establecer acuerdos. Lo que ahora se necesita es voluntad política para alcanzar la meta.

Con esto llegamos a la tercera misión Rosetta: ¿cómo lograr un crecimiento más sostenible y equilibrado a largo plazo? La clave está en la regulación financiera, el desarrollo internacional y la política del medio ambiente.

3. Regulación financiera, desarrollo internacional y cambio climático: Fomentar un crecimiento sostenible

Si aprendimos algo de la Gran Recesión, es que no es posible alcanzar un crecimiento económico sostenible sin un sector financiero sostenible. Por este motivo, tenemos que concluir la reforma del sector financiero.

Se han registrado avances, en particular en materia de normativa bancaria y, en menor medida, en lo que se refiere a las instituciones financieras demasiado importantes para quebrar. El sistema bancario mundial está ahora menos apalancado y por lo tanto es menos vulnerable al efecto de contagio. Sin embargo, la banca paralela aún no se ha convertido en una fuente resistente de financiamiento para la economía.

El gran desafío actual es ejecutar las reformas y mejorar la calidad de la supervisión. Por ejemplo, los dos mercados financieros más importantes, el de Estados Unidos y la Unión Europea, han aplicado de maneras distintas el marco de Basilea III. Deberán seguirse de cerca estas diferencias de criterio. También debemos avanzar en el establecimiento de normas para las complejas operaciones transfronterizas en derivados financieros.

Por sobre todas las cosas, aún no se ha producido un cambio en la cultura del sector financiero. Se están dando algunos pasos importantes: este año se llevarán a cabo los primeros juicios con jurado relacionados con el escándalo de la manipulación de la tasa LIBOR, por citar un ejemplo. Pero para restablecer plenamente la confianza se precisa un esfuerzo masivo para promover y exigir una conducta ética en todo el sector.

Desarrollo sostenible y cambio climático

También se puede generar un mayor crecimiento sostenible por medio del desarrollo internacional. En septiembre de este año, las Naciones Unidas celebrarán una gran conferencia que tendrá por objeto reemplazar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aprobados en el año 2000, por un nuevo conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible. El FMI desempeñará una función importante en el proceso de ayudar a los países a cumplir estos nuevos objetivos, basándose en la prolongada labor que ha realizado en los países en desarrollo.

El año 2015 también será decisivo para los esfuerzos destinados a alcanzar un acuerdo internacional sobre el cambio climático, que se contrapone con la economía mundial. Las temperaturas medias están aumentando —2014 fue el año más caluroso del que se tiene registro—, al igual que el riesgo de desastres naturales más frecuentes y una mayor inseguridad en el suministro de agua y alimentos.

Para alcanzar un acuerdo integral sobre la reducción de las emisiones de carbono en la cumbre que se celebrará en París en diciembre también necesitamos más coraje político. Un acuerdo satisfactorio en esta esfera podría abrir una nueva era en materia de energía que podría ayudar a salvar el planeta.

Conclusión

Con esto vuelvo al principio. Mientras hablaba, la nave Rosetta ha seguido orbitando ese objeto oscuro y gélido que es el cometa 67P. A medida que el cometa se acerca al Sol, es posible que revele más secretos. La misión Rosetta, con la diversidad de su equipo y patrocinadores, es un verdadero testimonio de la cooperación mundial.

Las autoridades deberían inspirarse en este proyecto. Los factores que generan crecimiento no son un secreto. Pero para cumplir las tres misiones Rosetta, las autoridades tendrán que estrechar la cooperación a escala mundial. Tendrán que adoptar lo que yo he denominado el “nuevo multilateralismo”. Este es el año en que debería ser puesto en práctica.

El nuevo multilateralismo también requiere instituciones que sean eficientes, creíbles y representativas del cambiante panorama económico mundial. Es por esta razón que la comunidad internacional acordó reformar el FMI con miras a ampliar la representación de los países de mercados emergentes. Las reformas de 2010 sobre el régimen de cuotas y la estructura de gobierno también ayudarían a mantener la potencia financiera del FMI para asumir los desafíos que se avecinan.

Los países miembros del FMI pidieron a Estados Unidos que ratificara las reformas acordadas en 2010 a más tardar hasta el final del año pasado, lo cual no sucedió. Dado que el día de hoy me he referido mucho al liderazgo, no puedo dejar de expresar mi profunda decepción ante los poderes políticos que hasta ahora no han logrado asimilar las ventajas de la reforma tanto para su propio país como para el resto del mundo. Estados Unidos ha dado mejores ejemplos en los últimos 70 años.

Ahora procederemos a analizar soluciones provisionales para atender algunas de las inquietudes de los otros 187 países miembros. Pero he de ser clara: dados los desafíos que se avecinan en 2015 y los años posteriores, no hay más alternativa que completar las reformas de 2010, y reiteramos nuestro llamado al Congreso para que las apruebe sin dilación.

Quisiera concluir con una cita que resume mi exhortación de mayor liderazgo y cooperación en aras del bien público mundial.

Se la atribuye a Pericles, el estadista y orador ateniense:

“Lo que uno deja atrás no es lo que queda grabado en los monumentos de piedra, sino lo que se teje en las vidas de los otros”.

Queda mucho por tejer este año. Gracias.

DEPARTAMENTO DE COMUNICACIONES DEL FMI

Relaciones públicas    Relaciones con los medios
de comunicación
E-mail: publicaffairs@imf.org E-mail: media@imf.org
Fax: 202-623-6220 Phone: 202-623-7100