Grupo Intergubernamental de los Veinticuatro para Asuntos Monetarios Internacionales y Desarrollo

11 de octubre de 2021

1. La economía mundial se está recuperando de la pandemia rodeada de incertidumbre. El crecimiento del ingreso per cápita de los países avanzados y de muchas economías emergentes y en desarrollo continúa divergiendo, principalmente debido al desigual acceso a las vacunas, a las diferencias en el espacio fiscal y a la capacidad financiera para responder a la crisis. Tras varias pérdidas de producto causadas por la pandemia, el crecimiento a corto plazo en muchas economías emergentes y en desarrollo está mejorando, en gran medida debido al incremento de la demanda interna y al aumento de los precios de las materias primas. Persisten múltiples retos sociales y económicos —inseguridad alimentaria, aumento de la desigualdad, desempleo e informalidad persistentes, retrocesos en educación y en desarrollo de capital humano, aumento de las vulnerabilidades de la deuda, conflicto, fragilidad y migración, cambio climático e incremento de los riesgos de inflación— que pesan sobre las perspectivas a mediano plazo de muchas economías emergentes y en desarrollo. El repentino endurecimiento de los mercados financieros presenta riesgos adicionales a la baja. Garantizar un crecimiento inclusivo y sostenible exigirá que la cooperación internacional proporcione acceso y distribución generalizados de vacunas asequibles, asegure un apoyo financiero externo adecuado para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible y mantenga la estabilidad de los mercados financieros.

2. Hacemos un llamamiento al fortalecimiento de la cooperación multilateral para aumentar el suministro de vacunas y garantizar un acceso equitativo de todos los países a vacunas asequibles, que constituye el bien público más crítico en esta coyuntura. Es esencial un apoyo internacional concertado para movilizar los USD 50.000 millones de financiamiento mundial, preferiblemente a través de donaciones o en condiciones concesionarias, propuestos por el FMI para acabar con la pandemia. Aplaudimos todos los esfuerzos, incluidos los del Grupo de Trabajo Multilateral de Líderes sobre la Mejora del Acceso a las Herramientas contra la COVID-19 —formado por el Grupo Banco Mundial (GBM), el FMI, la OMS y la OMC—, para eliminar los obstáculos que impiden lograr una cobertura de la vacuna del 40% en todos los países de aquí a finales de 2021, del 60% de aquí a mediados de 2022 y del 70% para finales de 2022. Los países avanzados deben garantizar fondos iniciales adecuados para el Acelerador del Acceso a las Herramientas contra la COVID-19 (Acelerador ACT) y el mecanismo COVAX, cumplir sus compromisos de compartir dosis y acordar la suspensión de las patentes de vacunas y tratamientos contra la COVID-19, con el fin de respaldar la recuperación mundial y por razones humanitarias. Aplaudimos el aumento de la dotación para préstamos del Mecanismo para Casos de Pandemia del GBM. Instamos a los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) a respaldar con urgencia el impulso de la fabricación de vacunas en economías emergentes y en desarrollo y aplaudimos los esfuerzos de la Corporación Financiera Internacional (CFI) en este sentido. Todos los países deberían flexibilizar las restricciones comerciales y resolver los cuellos de botella logísticos, financieros y de las cadenas de suministro que impiden la producción y distribución eficaces de vacunas, tratamientos y medicinas y material médico críticos.

3. Celebramos la nueva asignación de derechos especiales de giro (DEG) equivalente a USD 650.000 millones para apuntalar la liquidez mundial, que es una importante respuesta internacional a la crisis de la pandemia. Instamos a una canalización voluntaria significativa de DEG desde los países con sólidas posiciones externas hacia los países de bajo y mediano ingreso que necesitan apoyo. Aplaudimos la canalización de DEG a través del Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (FFCLP). También aplaudimos la propuesta de crear el Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad (FFRS) para ayudar a los países de bajo y mediano ingreso vulnerables a hacer frente a los retos transformacionales, como la prevención y preparación ante pandemias y los retos relacionados con el desarrollo sostenible, respaldar la recuperación, mejorar la resiliencia financiera y fomentar la viabilidad de la balanza de pagos. El FFRS debe complementar y sumarse a los instrumentos de crédito habituales del FMI con el suministro de financiamiento asequible a largo plazo a los acuerdos respaldados por el FMI. De cara al futuro, acogemos con satisfacción las consultas más amplias con partes interesadas clave para decidir los objetivos y la estructura del Fondo Fiduciario, que será importante para el éxito de la iniciativa. Alentamos al FMI a explorar nuevas opciones, cuando sea posible, para que los miembros canalicen DEG de forma voluntaria a través del GBM, otros BMD, los bancos regionales de desarrollo y otros tenedores establecidos de DEG, sin retrasar el FFRS, y preservando al mismo tiempo las características de activo de reserva de los DEG.

4. Aplaudimos los esfuerzos continuados del FMI por adaptar sus instrumentos de crédito, asistencia técnica y asesoramiento a las necesidades cambiantes de las economías emergentes y en desarrollo, incluidos los Estados frágiles y afectados por conflictos. Solicitamos al FMI que considere la revisión de los límites de acceso y de la política de sobretasas. Instamos al FMI a corregir el carácter regresivo y procíclico de la política de sobretasas y a suspender, o al menos a reducir sustancialmente, los recargos existentes con el fin de apoyar las respuestas a la pandemia. Hacemos un llamado al FMI para que revise y agilice algunos casos en el marco del Instrumento de Financiamiento Rápido que aún no han concluido. Señalamos el papel que desempeñan los instrumentos de financiamiento precautorio a la hora de ayudar a los países habilitados a enfrentar riesgos externos extremos y complementar las reservas de liquidez. Alentamos al FMI a revisar su estructura de gobierno financiero y a abordar las consideraciones sobre equidad en su estructura de ingresos, incluido el papel de las sobretasas. Además de contribuciones de donantes, el FMI debería explorar fuentes predecibles de financiamiento para fortalecer el FFCLP e incrementar los recursos propios dedicados al fortalecimiento de las capacidades que beneficiará, en especial, a los países de bajo ingreso. Aguardamos con interés las nuevas deliberaciones sobre la revisión del enfoque institucional del FMI sobre los flujos de capital, que incorpore las recomendaciones de la Oficina de Evaluación Independiente (OEI) y el Marco Integrado de Políticas, y que apunte a ayudar a los países a cosechar los beneficios de los flujos de capital y controlar al mismo tiempo los riesgos para asegurar la estabilidad.

5. Reiteramos la importancia de una sólida red mundial de seguridad financiera, que ha de tener como eje central un FMI con una dotación adecuada de recursos y basado en cuotas. Alentamos la conclusión oportuna de la Decimosexta Revisión General de Cuotas. Si las revisiones de cuotas anteriores se hubieran realizado de manera satisfactoria, las economías emergentes y en desarrollo podrían haber recibido un porcentaje mayor de la nueva asignación de DEG. En el marco de la Decimosexta Revisión General de Cuotas, apoyamos un incremento sustancial de las cuotas y la reducción de la dependencia con respecto a recursos obtenidos en préstamo. También instamos a un consenso temprano sobre la nueva fórmula de cálculo de las cuotas y un traslado significativo de las cuotas relativas, desde las economías avanzadas hacia las economías emergentes y en desarrollo, protegiendo a la vez las de los países más pobres.

6. El GBM y otros BMD deberían utilizar la solidez de sus balances, en la máxima medida de lo posible, y al mismo tiempo mantener la sostenibilidad financiera y las calificaciones crediticias, para aumentar los préstamos a mediano y largo plazo y satisfacer las excepcionales necesidades de financiamiento de los países de bajo y mediano ingreso, incluidos los Estados frágiles y afectados por conflictos y los Estados pequeños. Celebramos el aumento de la respuesta del GBM frente a la COVID-19 y su propuesta de financiamiento del enfoque de desarrollo verde, resiliente e inclusivo (GRID, por sus siglas en inglés). Hacemos un llamamiento a que la reposición AIF20 sea ambiciosa y apoye una sólida recuperación en los países de bajo ingreso, así como que fortalezca la asistencia a los Estados frágiles y afectados por conflictos, los Estados pequeños y los países que están experimentando retos sin precedentes relacionados con los flujos de migración, el desplazamiento forzado y la llegada de refugiados. Instamos al GBM que redoble sus esfuerzos por adoptar soluciones novedosas—tales como instrumentos de reducción de riesgos y financiamiento combinado— para movilizar más financiamiento privado, en especial para inversiones en infraestructuras sostenibles. El paquete de capital de 2018 del BIRF y de la CFI no anticipó las enormes necesidades de financiamiento de los países de ingreso mediano, que se han visto gravemente afectados por la crisis de la pandemia. Solicitamos al GBM que desarrolle una estrategia a mediano plazo de colaboración con los países de ingreso mediano, que considere sus circunstancias y el panorama cambiante.

7. Celebramos la introducción de un impuesto mínimo de sociedades a nivel mundial para hacer frente a la competencia fiscal perniciosa y de nuevas normas para asignar una proporción de los beneficios imponibles de las multinacionales a los países de mercado. Esperamos que la solución multilateral en el marco del enfoque propuesto de dos pilares genere ingresos significativos para las economías emergentes y en desarrollo, lo que representa un paso importante hacia un sistema internacional de impuestos de sociedades más justo y estable. Continuamos poniendo el énfasis en la prevención de controversias en lugar de en el arbitraje. Al mismo tiempo, los sistemas de arbitraje existentes deben rediseñarse para reflejar los intereses de todas las partes involucradas. También instamos al fortalecimiento de la cooperación internacional para abordar el problema de los flujos financieros ilícitos.

8. Esperamos ver mayores progresos en la implementación de reestructuraciones de la deuda soberana, con la participación de acreedores oficiales y privados de manera coordinada, dentro del Marco Común para Reestructuraciones de Deuda del G-20. Instamos a que se siga trabajando en la mejora del marco de resolución de deuda soberana para facilitar la reestructuración de la deuda de los países que lo necesiten, incrementar la participación de acreedores privados y abordar el impacto procíclico de las calificaciones crediticias de la deuda soberana. Alentamos al FMI y al GBM a mejorar su apoyo técnico y financiero en la implementación del Marco Común, en línea con sus mandatos. Solicitamos al FMI y al GBM que desarrollen instrumentos financieros innovadores que reduzcan la carga de la deuda y respalden el fortalecimiento de las capacidades para movilizar recursos internos y gestionar la deuda. Alentamos al FMI a continuar trabajando con contribuyentes/donantes potenciales, al tiempo que explore otros mecanismos novedosos para reponer el Fondo Fiduciario para Alivio y Contención de Catástrofes (FFACC). Exhortamos al GBM, en cuanto BMD destacado, a velar por que la transición de la tasa LIBOR no se sume a las cargas financieras de las economías emergentes y en desarrollo.

9. La COVID-19 ha exacerbado las desigualdades sociales y económicas entre países y dentro de los mismos. Hacer frente a estas desigualdades es fundamental para evitar daños permanentes duraderos y para construir un futuro mejor y más inclusivo, y debería ser un ámbito central de la mejora de las respuestas del FMI, el GBM y otros BMD, trabajando conjuntamente con organizaciones pertinentes y dentro de sus respectivos mandatos. Instamos al FMI a que afiance su atención en las consecuencias sociales y distributivas de los programas de crecimiento y ajuste que respalda el FMI, como recomienda la reciente evaluación de la OEI. Esto contribuirá a desarrollar la identificación de los países con las reformas de ajuste. Instamos al GBM y a otros BMD a fortalecer la asistencia para proteger a los grupos vulnerables, promover la igualdad de género, invertir en salud pública, hacer frente a la crisis educativa, que ha hecho retroceder las mejoras en el desarrollo de capital humano, cerrar la brecha digital y abordar la inseguridad alimentaria, para evitar una fragilidad duradera y mejorar el bienestar de todos. Animamos al FMI y al GBM a fortalecer su trabajo analítico sobre los impactos macroeconómicos y sobre el desarrollo de los flujos migratorios y de refugiados en países de origen y de destino, así como a ofrecer asesoramiento para diseñar enfoques cooperativos y políticas nacionales.

10. Acogemos con satisfacción el aumento de la atención internacional a la lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Aguardamos con interés el éxito de la 26a Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas (COP26) y la 15a Reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP15). El informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) destaca las grandes repercusiones del cambio climático, que afectarán de forma desproporcionada a los países en desarrollo. El compromiso internacional de acelerar la transición hacia un mundo con bajas emisiones de carbono debería reflejar el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, así como las capacidades respectivas, como figura en el Acuerdo de París. Las sendas hacia las bajas emisiones de carbono deberían ofrecer oportunidades para impulsar, no impedir, la reducción de la pobreza, el crecimiento generador de empleo, los avances tecnológicos, la apertura comercial y el desarrollo inclusivo en las economías emergentes y en desarrollo. Aguardamos con interés un plan fructífero y concreto que revierta la pérdida de biodiversidad y ponga a la naturaleza en el camino de la recuperación. Instamos al GBM a colaborar con otros organismos e instituciones y a contribuir en estos procesos, en función de su ventaja comparativa. Todo ello exigirá grandes aumentos de la inversión y el acceso a tecnología asequible de bajas emisiones para los países en desarrollo, incluido el acceso financiero en condiciones concesionarias, y aprovechar los beneficios de una economía circular. Los países desarrollados deberían proporcionar financiamiento climático ambicioso para respaldar la recuperación y satisfacer las necesidades de adaptación y mitigación. Deberían cumplir su compromiso, no solo de facilitar USD 100.000 millones anuales a los países en desarrollo lo antes posible, sino también de incrementar el porcentaje de recursos en condiciones concesionarias y financiamiento para adaptación, así como aspirar a una mayor ambición a más largo plazo. Además, será importante aumentar de forma significativa la asistencia técnica y financiera de los BMD y los fondos relacionados con el clima, tales como el Fondo de Inversión en el Clima, el Fondo Verde para el Clima y el Mecanismo Mundial de Financiamiento de la Infraestructura, para estimular las inversiones necesarias con el fin de lograr de forma conjunta los objetivos climáticos y de desarrollo.

11. Celebramos el Plan de Acción sobre el Cambio Climático del GBM y la Estrategia del FMI para brindar asistencia a los esfuerzos de los países por cumplir los objetivos de adaptación y mitigación para hacer frente al cambio climático y lograr los objetivos de desarrollo sostenible de 2030, dentro de sus respectivos mandatos. Instamos al GBM y al FMI a que adapten su apoyo a las diversas estructuras y circunstancias económicas únicas de los países. Todos los debates sobre los programas relacionados con el clima deberían mantenerse dentro del ámbito del Acuerdo de París y deben priorizarse los principios de responsabilidades comunes pero diferenciadas y de las capacidades respectivas. El GBM puede aumentar su capacidad prestable y operativa para respaldar las contribuciones determinadas a nivel nacional en el marco del Acuerdo de París, así como para potenciar el desarrollo sostenible, resiliente e inclusivo. Apoyamos la actualización del FMI de sus marcos de supervisión bilateral y multilateral de forma que reconozcan las implicaciones macrocríticas de las acciones y los riesgos climáticos. Por último, animamos firmemente la colaboración eficaz entre el GBM y el FMI.

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