Typical street scene in Santa Ana, El Salvador. (Photo: iStock)

Boletín del FMI : Las autoridades deberían promoverla asunción de riesgos económicos y el control de los excesos financieros

8 de octubre de 2014

  • Los riesgos para la estabilidad se están desplazando hacia la banca paralela
  • Es necesario reestructurar los modelos de negocio de los bancos para respaldar el crecimiento
  • Hay que abordar los crecientes riesgos de liquidez en los mercados de crédito

Las autoridades afrontan un nuevo desequilibrio mundial: insuficiente asunción de riesgos económicos en beneficio del crecimiento y, a la vez, crecientes excesos en la asunción de riesgos financieros, lo cual hace peligrar la estabilidad financiera, de acuerdo con el último Informe sobre la estabilidad financiera mundial (informe GFSR) publicado por el Fondo Monetario Internacional.

Entrevistas de trabajo en Nueva York: Las bajas tasas de interés han facilitado la asunción de riesgos económicos, como una mayor contratación por parte de las empresas (Foto: Andrew Gombert/epa/Corbis)

Entrevistas de trabajo en Nueva York: Las bajas tasas de interés han facilitado la asunción de riesgos económicos, como una mayor contratación por parte de las empresas (Foto: Andrew Gombert/epa/Corbis)

INFORME SOBRE LA ESTABILIDAD FINANCIERA MUNDIAL

A los seis años del comienzo de la crisis financiera, la recuperación mundial sigue siendo sumamente dependiente de las políticas monetarias acomodaticias de las economías avanzadas. Esto ha facilitado la asunción de riesgos económicos, que ha tomado la forma de mayor inversión y empleo por parte de las empresas y mayor consumo de los hogares. Pero el impacto ha sido demasiado limitado y desigual. El panorama es más alentador en Estados Unidos y Japón, pero no tanto en Europa y en los mercados emergentes.

Al mismo tiempo, un período prolongado de bajas tasas de interés y otras políticas de los bancos centrales ha fomentado la acumulación de excesos en la asunción de riesgos financieros. Esto se ha traducido en precios elevados en toda una variedad de activos financieros, diferenciales de crédito demasiado estrechos para compensar los riesgos de incumplimiento en algunos segmentos y, hasta hace poco, niveles históricamente bajos de volatilidad, lo cual hace pensar que los inversores se sienten confiados. Lo que no tiene precedentes es que estos fenómenos se observan en una amplia variedad de clases de activos y en muchos países al mismo tiempo.

“La mejor manera de abordar el nuevo desequilibrio mundial entre la asunción de riesgos económicos y financieros es adoptar políticas que transmitan los beneficios de la política monetaria a la economía real, y abordar los excesos financieros a través de medidas micro y macroprudenciales bien concebidas”, afirmó José Viñals, Consejero Financiero y titular del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI.

Los bancos necesitan un nuevo régimen de solidez

Las tenencias de capital de los bancos son significativamente superiores a las que existían antes de la crisis, pero muchas instituciones carecen de un modelo de negocios sostenible capaz de brindar respaldo a la recuperación.

El informe analizó 300 grandes bancos de economías avanzadas —que representan el grueso del sistema bancario— y determinó que los bancos que manejan casi 40% del total de activos no son lo suficientemente sólidos como para suministrar un crédito adecuado en respaldo de la recuperación. En la zona del euro, esa proporción ronda 70%.

Estos bancos necesitarán un reordenamiento más fundamental de los modelos de negocio; entre otras cosas, a través de la revaloración de las líneas de actividad actuales, la reasignación de capital entre las distintas actividades, la consolidación o el repliegue. En Europa, el examen exhaustivo de los balances bancarios que está llevando a cabo el Banco Central Europeo constituye un sólido punto de partida para estos cambios tan necesarios de los modelos de negocio de los bancos.

Los riesgos se trasladan al sector paralelo

Los riesgos para la estabilidad financiera se están desplazando del sistema bancario a la banca paralela, que está menos regulada. Por ejemplo, los fondos comunes de inversión y los fondos cotizados en bolsa que se centran en actividades de crédito han recibido un volumen masivo de activos y, colectivamente, se ubican entre los propietarios más grandes de fondos empresariales y externos estadounidenses.

“El problema es que estas entradas de fondos han creado una ilusión de liquidez en los mercados de renta fija”, puntualizó Viñals. “La liquidez prometida a los inversores en épocas de prosperidad probablemente sea mayor que la liquidez que ofrezcan los mercados en momentos de estrés”.

Este desfasaje responde a la creciente proporción de activos relativamente ilíquidos que forman parte de los fondos comunes de inversión con actividades crediticias. Se trata de un potente amplificador capaz de agudizar las presiones que experimentan los fondos de crédito en los momentos de tensión.

Los efectos de contagio podrían tener un alcance mundial

Los mercados emergentes han adquirido importancia como destino de inversiones de cartera procedentes de las economías avanzadas. Estas inversiones equivalen hoy a más de US$4 billones —o sea, alrededor de 13% del total— en acciones y bonos de los mercados emergentes; ese porcentaje se duplicó durante la última década. Debido al estrechamiento de estos vínculos financieros, los shocks que emanan de las economías avanzadas se propagarán con más rapidez a los mercados emergentes.

La creciente sincronización mundial de los precios de los activos y las volatilidades, sumada a la agudización de los riesgos de mercado y de liquidez en el sector de la banca paralela, podría amplificar el impacto de los shocks en los precios de los activos. Esto puede traducirse en una caída más marcada de los precios y en un aumento de la tensión en los mercados.

Este escenario adverso sería perjudicial para la economía internacional y podría llegar a poner en peligro la estabilidad financiera mundial. Esta reacción en cadena podría detonar como consecuencia de una amplia variedad de shocks, como fogonazos geopolíticos o sobresaltos en el proceso de normalización de la política monetaria estadounidense.

Las políticas financieras son críticas

Las políticas financieras pueden contribuir a subsanar el nuevo desequilibrio mundial entre la asunción de riesgos económicos y financieros.

Primero, para promover una mayor asunción de riesgos económicos, los bancos deben ajustar fundamentalmente los modelos de negocio a fin de mejorar el flujo de crédito a la economía. También es necesario promover fuentes seguras de crédito, fuera del sector bancario, aunque conviene que ello vaya acompañado de una regulación eficaz para evitar la acumulación de riesgos.

Segundo, las autoridades deben concebir y aplicar una variedad de políticas micro y macroprudenciales para hacer frente a los excesos financieros que pueden hacer peligrar la estabilidad. Por ejemplo, se necesita una mayor supervisión de las sociedades gestoras de activos para que las condiciones de venta de títulos estén más alineadas con la situación de liquidez. A la vez, una vigilancia y una difusión de información más amplias sobre el apalancamiento de los sectores no bancarios y las empresas de los mercados emergentes contribuirían a la detección de posibles vulnerabilidades.

Por último, las autoridades deben poseer los datos necesarios para vigilar la acumulación de riesgos para la estabilidad financiera. Deben estar preparadas para garantizar que gozan de la facultad legal y la capacidad analítica para recurrir a los instrumentos macroprudenciales. También deben tener un mandato explícito para actuar cuando sea necesario y, de igual importancia, deben estar dispuestas a actuar aun cuando las medidas sean muy impopulares.