Ceyda Oner, jefa de misión para Ecuador: Las tareas inmediatas son estabilizar la economía, y proteger las vidas y los medios de subsistencia

Ceyda Oner, jefa de misión para Ecuador: Las tareas inmediatas son estabilizar la economía, y proteger las vidas y los medios de subsistencia

Ayudar al Ecuador a enfrentar la pandemia

5 de octubre de 2020

El colapso de los ingresos y el aumento de los gastos es ya una historia familiar de cómo la pandemia del COVID-19 está afectando a las economías del mundo. Para Ecuador, un país latinoamericano de 17 millones de habitantes, este golpe se ve agravado por la fuerte caída de los precios del petróleo, uno de sus principales productos de exportación.

Para apoyar el programa de estabilización y recuperación del Ecuador a corto plazo y ayudar a su economía a ser más dinámica y competitiva a mediano plazo, el Directorio Ejecutivo del FMI aprobó el 30 de septiembre de 2020 un nuevo acuerdo en el marco del Servicio Ampliado del FMI (SAF) por valor de 6.500 millones de dólares. Países en el Foco del FMI habló con la jefa de misión para Ecuador, Ceyda Oner, sobre la forma en que el nuevo financiamiento ayudará al país a manejar la pandemia y sus secuelas y, a mediano plazo, a fortalecer la transparencia y la gobernabilidad fiscal.

¿Cómo está la economía ecuatoriana a seis meses de la pandemia?

La pandemia y la fuerte caída de los precios del petróleo tuvieron un impacto devastador en la economía ecuatoriana. Los datos preliminares indican que la actividad económica se desplomó en un 12,4 por ciento en el segundo trimestre, comparado con una caída del 2,3 por ciento en el primer trimestre. Esto fue provocado por las contracciones del 18,5 por ciento en la inversión total y el 12 por ciento en el consumo privado. El desempleo saltó al 13 por ciento en junio, diez puntos por encima del valor registrado al cierre del año pasado, y cientos de miles de personas se han visto empujadas a la pobreza.

A pesar de las dificultades, el gobierno ecuatoriano tomó medidas decisivas para mitigar el impacto adverso de la pandemia en los hogares y las empresas. Esto incluyó la creación de un programa especial de transferencia de dinero, la ampliación de la red de protección social a personas más vulnerables y la ampliación temporal del seguro de desempleo. Se permitió a la gente retrasar ciertos pagos, como las matrículas de escuelas y colegios, los servicios públicos y los seguros médicos. También se aplicaron controles temporales de los precios de los alimentos básicos.

¿Cuáles son los aspectos más importantes de este nuevo programa?

Las tareas inmediatas son estabilizar la economía, proteger las vidas y los medios de subsistencia y ampliar los programas de protección social. Los objetivos más amplios incluyen el fortalecimiento de la gobernabilidad y la transparencia en los ingresos y gastos fiscales. Para lograrlos, el gobierno planea aumentar el número de familias de bajos ingresos que obtendrían apoyo financiero, gastar más en la reactivación de la economía y en servicios esenciales como la salud y la educación, pagar los atrasos acumulados, mejorar la transparencia en la contratación pública y promover la transparencia de la deuda.

A medida que la economía se recupere, el programa tendrá como objetivo asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas, fortalecer las instituciones nacionales y sentar las bases de una economía más dinámica y competitiva que pueda generar más empleos y un crecimiento fuerte y duradero que beneficie a todos los ecuatorianos.

¿Cuáles son los desafíos más urgentes para la economía ecuatoriana?

Destacaría dos en particular: apoyar a la población ecuatoriana durante la crisis y reducir la carga de la deuda. En el primero, el gobierno ha reasignado correctamente el gasto para apoyar las vidas y los medios de vida. El financiamiento del FMI permitirá aumentar el gasto en la recuperación económica y asegurar que los más vulnerables estén adecuadamente cubiertos por las redes de protección social. A mediano plazo, el reto será volver a llevar la deuda pública a niveles sostenibles, de conformidad con los propios objetivos de deuda del Ecuador que ahora están consagrados en la ley. El alto endeudamiento no sólo es una presión persistente sobre las finanzas públicas, sino que constituye una carga para las futuras generaciones. Una menor carga de la deuda permitirá al Gobierno concentrarse en la creación de empleo y crecimiento y en una mayor inversión en educación y salud.

La reducción de la deuda suele implicar un recorte de los gastos. ¿Puede el Ecuador frenar la deuda y al mismo tiempo evitar la austeridad?

El Ecuador tiene un buen punto de partida, gracias al exitoso canje de bonos internacionales que ahorrará 1.500 millones de dólares en pagos de intereses sólo en 2021, y miles de millones más en los próximos años. A medida que la economía se recupere, las finanzas públicas también comenzarán a recuperarse automáticamente.

Más allá de eso, la reducción de la deuda requiere dos elementos clave: uno es aumentar el potencial de crecimiento de Ecuador, lo que requiere reformas estructurales integrales a largo plazo. El otro, más inmediato, es calibrar cuidadosamente las medidas de ingresos y gastos para seguir apoyando el crecimiento, teniendo en cuenta al mismo tiempo cómo se ven afectadas las personas de diferentes niveles de ingresos.

Una reforma fiscal inteligente y progresiva puede aumentar los ingresos y apoyar a las empresas y la creación de empleo. Por el lado de los gastos, el dinero público puede ahorrarse con procesos más eficientes y transparentes para las inversiones y las compras de bienes y servicios.

Este es un programa grande en relación con el tamaño de la economía y la mayoría de los fondos llegan temprano. ¿Por qué es así?

La pandemia provoco un colapso en los ingresos públicos de todos los países, al tiempo que requirió un gran aumento en el gasto en salud y protección social. Además, el Ecuador se vio afectado por la caída de los precios del petróleo y perdió el acceso a los mercados de capital. Esta combinación causó necesidades de financiamiento fiscal y externa estimadas en el 16% y el 11% del PIB, respectivamente, para 2020. Por ello, se prevé que este año se desembolsen 4.000 millones de dólares, de un total de 6.500 millones de dólares, la mitad de ellos de forma inmediata. No es algo inusual. Los programas del FMI son lo suficientemente flexibles para adaptarse a las necesidades de financiamiento específicas de los países.

¿De qué manera específica este nuevo préstamo del FMI ayudará a Ecuador a combatir la pandemia y su impacto económico?

El colapso de los ingresos ha obligado al gobierno a tomar decisiones difíciles sobre cómo priorizar los recursos escasos. El nuevo financiamiento del FMI y otros socios financieros aliviará esa presión, permitiendo al gobierno gastar en servicios esenciales como salud, educación, y también pagar algunas cuentas pendientes. Muchos ecuatorianos perdieron sus empleos y muchos han caído o corren el riesgo de caer en la pobreza. Por lo tanto, es esencial apoyar al gobierno para que proporcione suficientes transferencias de dinero a los más vulnerables y reactivar la economía.

Con las próximas elecciones presidenciales, ¿cómo ve usted que el FMI continúe su compromiso con Ecuador?

La duración del programa de 27 meses fue diseñada para asegurar que la nueva administración sea pueda desarrollar su propio plan de reformas, contando con el apoyo financiero del FMI y de la comunidad internacional hasta el 2022. En los casos en que los programas se extienden a través de las elecciones, es una práctica estándar del FMI comprometerse con una amplia gama de candidatos presidenciales. Todos los candidatos con los que nos reunimos apreciaron el apoyo del Fondo en estos tiempos difíciles. Nuestra meta es seguir comprometidos y continuar ayudando al país.