La respuesta del FMI a la COVID-19

Última actualización: 17 de abril de 2020

Tal como señaló la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, en su discurso previo a las Reuniones de Primavera de 2020 de FMI, el FMI está trabajando sin descanso para apoyar a los países miembros, con asesoramiento sobre políticas, asistencia técnica y recursos financieros. En esta lista de preguntas y respuestas se explica en más detalle las medidas adoptadas por el FMI frente a la COVID-19.

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¿Qué está haciendo el FMI para ayudar a los países miembros durante la crisis del coronavirus?

El FMI está respondiendo a la crisis del coronavirus con una rapidez y una magnitud de asistencia financiera sin precedentes para ayudar a los países a proteger vidas y los medios de vida de las personas, especialmente las más vulnerables. El FMI desempeña un papel central en la red mundial de seguridad financiera, y está desplegando toda su capacidad de préstamo de USD 1 billón y poniéndola al servicio de los países miembros.

Además de brindar asesoramiento sobre políticas y asistencia técnica, las medidas del FMI están centradas en cinco aspectos:

  1. Financiamiento de emergencia: El FMI está respondiendo a un número sin precedente de solicitudes de financiamiento de emergencia, provenientes de más de 100 países hasta ahora. El FMI ha duplicado el acceso a sus servicios de emergencia —el Servicio de Crédito Rápido (RCF) y el Instrumento de Financiamiento Rápido (RFI) —para atender una demanda de financiamiento que se prevé será de aproximadamente USD 100.000 millones. Estos servicios le permiten al FMI proporcionar asistencia de emergencia sin necesidad de que exista un programa propiamente dicho. El Directorio Ejecutivo del FMI ya ha aprobado financiamiento a un ritmo sin precedentes a favor de casi 60 países. Para obtener más información sobre todo el financiamiento de emergencia aprobado, consulte el observatorio de asistencia de financiamiento de emergencia de la COVID-19.
  2. Donaciones para alivio de la deuda: El Directorio Ejecutivo del FMI aprobó recientemente, con carácter inmediato, el alivio de la deuda de 27 países miembros dentro del marco reforzado del Fondo Fiduciario para Alivio y Contención de Catástrofes (FFACC) como parte de la respuesta de la institución para ayudar afrontar el impacto de la pandemia de COVID-19. Así, los miembros más pobres y más vulnerables recibirán donaciones para atender sus obligaciones de deuda con el FMI durante una fase inicial de seis meses, lo cual los ayudará a canalizar una proporción mayor de sus escasos recursos financieros a actividades médicas de emergencia y otras medidas de alivio vitales. El FMI está procurando prácticamente triplicar el FFACC, de alrededor de USD 500 millones a USD 1.400 millones para prolongar la duración del alivio.
  3. Solicitudes de alivio de la deuda bilateral: La Directora Gerente del FMI y el Presidente del Banco Mundial reconocieron la pesada carga que esta crisis impone a los países de bajo ingreso y, el 25 de marzo, solicitaron a los acreedores bilaterales suspender los pagos del servicio de la deuda de los países más pobres. En respuesta a este pedido, el 15 de abril el G-20 suspendió los reembolsos de crédito bilateral oficial de los países más pobres. Esta será una iniciativa contundente y de rápido efecto que contribuirá en gran medida a proteger las vidas y los medios de vida de millones entre las personas más vulnerables. Por su parte, el Instituto de Finanzas Internacionales respondió al pedido instando a los acreedores del sector privado a no cobrar los pagos de la deuda hasta el final del año sin declarar a los prestatarios en situación de incumplimiento.
  4. Refuerzo de la liquidez: El FMI también aprobó la creación de una Línea de Liquidez a Corto Plazo (LLC) para apuntalar la seguridad financiera mundial. Se trata de un fondo de respaldo rotatorio y renovable para países miembros con políticas y fundamentos muy sólidos que necesitan apoyo moderado y a corto plazo para la balanza de pagos.
  5. Modificación de los acuerdos de préstamo existentes: El FMI también está ampliando los programas de préstamo existentes a fin de atender las nuevas y urgentes necesidades planteadas por el coronavirus, lo que permite canalizar recursos existentes al gasto necesario en insumos y equipos médicos y a medidas de contención.

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¿Qué medidas de política económica ya han adoptado los países para abordar la crisis?

El FMI aplaude las medidas decisivas que los países ya han tomado para hacer frente a esta crisis sanitaria y amortiguar su impacto en la economía. En el ámbito de la política fiscal, estimamos que las medidas discrecionales de política fiscal que han adoptado los países para contener la pandemia y sus perjuicios económicos ascienden a alrededor de USD 9 billones, o USD1 billón más que lo estimado hace apenas un mes. Esto comprende apoyo presupuestario directo —que se estima en USD 4,4 billones a escala mundial— y préstamos e inyecciones de capital adicionales, garantías y operaciones cuasifiscales del sector público (como las actividades no comerciales de las empresas públicas)— que según estimaciones representan otros USD 4,6 billones.

El Grupo de los Veinte países avanzados y emergentes (G-20) está a la vanguardia con la aplicación de medidas que ascienden a un total de USD 7 billones. El apoyo fiscal también puede proporcionarse a través de los estabilizadores automáticos: mecanismos de los sistemas tributario y de prestaciones que ayudan a estabilizar los ingresos y el consumo, como los impuestos progresivos y las prestaciones por desempleo.

Al mismo tiempo, a fin de preservar la estabilidad del sistema financiero mundial y apoyar la economía mundial, los bancos centrales de todo el mundo han adoptado importantes medidas. Como se observa en la última edición del Informe sobre la estabilidad financiera mundial (informe GFSR) del FMI, estas medidas incluyen las siguientes. En primer lugar, han distendido considerablemente la política monetaria al recortar las tasas de interés de política monetaria, que en el caso de las economías avanzadas han tocado mínimos históricos. Y la mitad de los bancos centrales en los países de mercados emergentes y de más bajo ingreso también han recortado las tasas de política. Los efectos de los recortes de tasas se verán reforzados con las orientaciones que presenten los distintos bancos centrales acerca de la trayectoria futura de la política monetaria y con la ampliación de programas de compras de activos.

En segundo lugar, los bancos centrales han proporcionado liquidez adicional en el sistema financiero, por ejemplo efectuando operaciones de mercado abierto. En tercer lugar, algunos bancos centrales han acordado reforzar la liquidez en dólares estadounidenses mediante acuerdos de líneas de crédito recíproco (o líneas de swap). Y por último, los bancos centrales han reactivado programas empleados durante la crisis financiera mundial, además de lanzar una serie de nuevos programas de amplio alcance que incluyen la compra de activos de más riesgo, como bonos empresariales. Al intervenir eficazmente en estos mercados como «compradores de última instancia» y al ayudar a contener las presiones alcistas sobre los costos del crédito, los bancos centrales están garantizando que los hogares y las empresas continúen teniendo acceso al crédito a un precio asequible.

Hasta la fecha, los bancos centrales han anunciado planes para suministrar mayor liquidez —entre otras formas mediante préstamos y compras de activos— por un monto de por lo menos USD 6 billones, y han indicado que están dispuestos a hacer más si las condiciones lo requieren. Gracias a estas medidas dirigidas a contener las consecuencias de la pandemia, la actitud de los inversionistas se ha estabilizado en las últimas semanas. Las tensiones en algunos mercados se han moderado en cierto grado y los precios de los activos de riesgo han recuperado parte del terreno que habían cedido. Las condiciones financieras han mejorado en cierta grado, sobre todo en las economías avanzadas, gracias a un repunte del apetito de riesgo y las valuaciones de las empresas estimulado por medidas acomodaticias de política monetaria sin precedentes.

A fin de reforzar el intercambio de información y la cooperación internacional, el FMI ha lanzado un observatorio de políticas en el que se proporciona información actualizada sobre las medidas de política fiscal, monetaria y financiera adoptadas por los países de todo el mundo en las últimas semanas.

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¿Qué otras medidas pueden tomar los países?

Como señaló recientemente la Directora Gerente del FMI, en tiempos excepcionales se requieren medidas excepcionales. Los países deben centrar la atención en tres prioridades: primero, proteger vidas. Esto significa que el gasto en salud debe estar primero en la lista de prioridad de los países. Esto incluye el financiamiento de los sistemas de salud: dotar de recursos a médicos, enfermeras y hospitales; comprar equipos médicos, y ayudar a las personas más vulnerables. También significa abstenerse de limitar la exportación de insumos médicos de modo que todos puedan tener acceso a ellos, incluidos los países pobres.

Segundo, proteger los medios de vida. Esto significa cerciorarse de que los medios de vida de hogares y empresas estén disponibles durante este período de paralización económica. Esto comprende transferencias de efectivo, subsidios salariales y desgravaciones tributarias, que ayuden a las personas a cubrir sus necesidades y a las empresas a mantenerse a flote. Se podría reforzar el seguro por desempleo para trabajadores despedidos, prolongándolo, incrementando las prestaciones o flexibilizando el derecho a percibirlo. Si la licencia remunerada por enfermedad o paternidad no figuran entre las prestaciones regulares, los gobiernos podrían analizar la posibilidad de financiarla para que los trabajadores con problemas de salud o las personas que deben cuidarlos puedan quedarse en casa sin temor a perder el empleo durante la epidemia.

En cuanto a la política monetaria, en esta etapa resulta crítico proporcionar abundante liquidez a los bancos y a las instituciones no bancarias, sobre todo a los que trabajan con pequeñas y medianas empresas, que quizá no estén tan preparada para hacer frente a un fuerte trastorno. Los gobiernos también podrían ofrecer garantías crediticias provisionales y focalizadas para atender las necesidades de liquidez a corto plazo de estas empresas. Asimismo, los reguladores y los supervisores del mercado financiero podrían alentar la prolongación de los vencimientos de los préstamos de manera provisional y limitada.

Por último, prepararse para la recuperación. Los países deben trabajar con los profesionales de la salud para planificar la reapertura. Los países deben también prepararse para disponer medidas de estímulo fiscal que eleven la demanda y ayuden a la economía a reactivarse. Tan pronto se disipe la crisis actual, los países enfrentarán niveles elevados de deuda, quiebras, desempleo y creciente desigualdad, de modo que deben empezar a adoptar medidas ahora para protegernos de esos desafíos.

El ritmo de la recuperación económica dependerá de las políticas que se tomen durante esta crisis. Si las políticas garantizan que los trabajadores no pierdan su empleo, que los inquilinos y propietarios de viviendas no sean desalojados, que las empresas eviten la quiebra y que se preserven las redes comerciales y de negocios, la recuperación tardará menos y será más ordenada. En el caso de países que no disponen de suficiente espacio fiscal para tomar estas medidas, el FMI está preparado para brindarles apoyo a través de sus servicios de préstamo.

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¿Cuál es el impacto del coronavirus en la economía mundial?

Como el FMI señaló en la edición más reciente de Perspectivas de la economía mundial (informe WEO), esta crisis no tiene parangón, y hay gran incertidumbre en cuanto a su impacto en la vida y los medios de vida de las personas. Mucho depende de la epidemiología del virus, de la eficacia de las medidas de contención y del desarrollo de tratamientos y vacunas, todo lo cual es difícil de predecir. Además, muchos países ahora se enfrentan a crisis múltiples: una crisis sanitaria, otra financiera y un derrumbe de los precios de las materias primas, que interactúan de complejas maneras. Las autoridades están proporcionando un apoyo como nunca antes visto a hogares, empresas y mercados financieros, y si bien esto es crucial para que la recuperación sea vigorosa, reina una considerable incertidumbre acerca del panorama económico que surgirá una vez que salgamos de este confinamiento.

Bajo el supuesto de que en la mayoría de los países la pandemia y la contención necesaria llegarán a su punto máximo en el segundo trimestre, y que se replegarán en el segundo semestre de este año, el FMI proyecta que el crecimiento mundial descenderá a -3% en 2020. Así, el Gran Confinamiento se convierte en la peor recesión desde la Gran Depresión, dejando muy atrás a la crisis financiera mundial.

Suponiendo que la pandemia se disipa en el segundo semestre de 2020 y que las medidas de política adoptadas en todo el mundo sirven para evitar quiebras generalizadas de empresas, cuantiosas pérdidas de empleo y tensiones financieras sistémicas, el FMI proyecta que el crecimiento mundial repuntará a 5,8% en 2021. La recuperación en 2021 es solo parcial dado que se proyecta que el nivel de actividad económica permanezca por debajo del nivel que se había proyectado para 2021, antes de la llegada del virus. La pérdida acumulada del PIB mundial en 2020 y 2021 debida a la crisis de la pandemia podría rondar los USD 9 billones, cifra mayor a la que representan las economías de Alemania y Japón juntas.

Según el último Informe sobre la estabilidad financiera mundial el sistema financiero también ha soportado un duro impacto, y un recrudecimiento de la crisis podría afectar la estabilidad financiera mundial. Desde estallido de la pandemia, los precios de los activos de riesgo han caído con fuerza. En el peor momento de la última venta masiva, los activos de riesgo sufrieron caídas equivalentes o superiores a la mitad de las caídas que experimentaron en 2008 y 2009. A modo de ejemplo, muchos mercados de renta variable, en economías grandes y pequeñas, han sufrido caídas que en los casos más graves han alcanzado cifras de 30% o más. Los diferenciales de crédito han aumentado considerablemente, en especial para las empresas con calificaciones de crédito más bajas. También han surgido señales de tensión en los principales mercados de financiamiento a corto plazo, incluido el mercado mundial de dólares estadounidenses.

Muchos países han tomado medidas extraordinarias y de amplio alcance para salvar vidas y salvaguardar las economías, y para sentar las bases para la recuperación. Esto incluye medidas fiscales que ascienden a alrededor de USD 9 billones para contener la pandemia y sus daños para la economía, además de medidas de los bancos centrales para ampliar la provisión de liquidez en por lo menos USD 6 billones.

El apoyo a países en desarrollo y de mercados emergentes es una prioridad urgente. Estos ya tienen economías más vulnerables que las economías avanzadas, y ahora se ven particularmente afectados por la falta de insumos médicos, una paralización brusca de la economía mundial, la fuga de capitales y, en algunos casos, la fuerte caída de precios de las materias primas.

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¿Cuántos países han solicitado asistencia?

El FMI está respondiendo a un número sin precedente de solicitudes de financiamiento de emergencia, de más de 100 países hasta ahora. El FMI ha duplicado el acceso a sus servicios de emergencia —el Servicio de Crédito Rápido (SCR) y el Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR)— para atender una demanda de financiamiento que se prevé será de aproximadamente USD 100.000 millones. Estos servicios le permiten al FMI proporcionar asistencia de emergencia sin necesidad de que exista un programa propiamente dicho. El Directorio Ejecutivo del FMI ya ha aprobado financiamiento a un ritmo sin precedentes a favor de casi 60 países. Para obtener más información sobre todo el financiamiento de emergencia aprobado, consulte el observatorio de asistencia de financiamiento de emergencia de la COVID-19.

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¿Con qué rapidez puede el FMI proporcionar financiamiento de emergencia?

Una vez que un país haya cursado una solicitud formal de asistencia, el personal técnico evalúa los requisitos de habilitación, trabaja con las autoridades para preparar una carta de intención y elabora un informe de personal para el Directorio Ejecutivo del FMI. Hemos simplificado nuestros procesos de examen interno y en muchos casos prevemos que seremos capaces de poner el financiamiento a disposición de los países tan solo semanas después de haber recibido la solicitud de financiamiento de emergencia.

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¿Qué deben hacer los países para poder acceder a la asistencia de emergencia?

Cualquier país miembro del FMI puede solicitar la asistencia de emergencia. Para obtener asistencia en el marco del  Servicio de Crédito Rápido (SCR) y el Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR), se deben cumplir ciertos requisitos: que la deuda del país sea sostenible o que esté encaminada hacia la sostenibilidad, que el país enfrente necesidades urgentes de balanza de pagos y que esté ejecutando políticas adecuadas para abordar la crisis. También se tiene en cuenta toda operación de reestructuración de la deuda que esté en curso y las perspectivas de que culminé satisfactoriamente, lo cual destaca la importancia de que todas las partes interesadas procuren ayudar a los países que atraviesan dificultades.

En el caso de países que está llevando cabo programas respaldado por el FMI, quizá lo apropiado sea ampliar los acuerdos, o en los casos en que esto no se pueda hacer oportunamente, los países pueden solicitar asistencia en el marco del SCR o el IFR.

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¿Cómo está ayudando el FMI a los países de bajo ingreso que tienen dificultades para efectuar el servicio de su deuda?

La Directora Gerente del FMI y el Presidente del Banco Mundial reconocieron la pesada carga que esta crisis impone a los países de bajo ingreso y, el 25 de marzo, solicitaron a los acreedores bilaterales suspender los pagos del servicio de la deuda de los países más pobres. En respuesta a este pedido, el 15 de abril el G-20 suspendió los reembolsos de crédito bilateral oficial de los países más pobres. Esta será una iniciativa contundente y de rápido efecto que contribuirá en gran medida a proteger las vidas y los medios de vida de millones entre las personas más vulnerables. Por su parte, el Instituto de Finanzas Internacionales respondió al pedido instando a los acreedores del sector privado a no cobrar los pagos de la deuda hasta el final del año sin declarar a los prestatarios en situación de incumplimiento.

En el propio FMI, el Directorio Ejecutivo aprobó recientemente , con carácter inmediato, el alivio de la deuda de 27 países dentro del marco reforzado del Fondo Fiduciario para Alivio y Contención de Catástrofes (FFACC) como parte de la respuesta de la institución para ayudar afrontar el impacto de la pandemia de COVID-19. Así, los miembros más pobres y más vulnerables recibirán donaciones para atender sus obligaciones de deuda con el FMI durante una fase inicial de seis meses, lo cual los ayudará a canalizar una proporción mayor de sus escasos recursos financieros a actividades médicas de emergencia y otras medidas de alivio vitales. El FMI está procurando prácticamente triplicar el FFACC, de alrededor de USD 500 millones a USD 1.400 millones para prolongar la duración del alivio.

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¿Cuál es la capacidad total de préstamo del FMI? ¿Es suficiente?

El FMI sigue contando con una dotación adecuada de recursos y tiene una capacidad de préstamo de USD 1 billón para ayudar a los países miembros a hacer frente a las secuelas económicas y sociales de la COVID-19. Hasta la fecha se ha comprometido solo una quinta parte de la capacidad del FMI.