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SRIKANTH SRINIVAS

Diciembre de 2025

foto: Tribhuwan Sharma

El titular del Ministerio de Estadística de India, Saurabh Garg, explica cómo aborda los problemas de escala ante la creciente demanda de datos en tiempo real

 Al servicio de una población diversa de más de 1.400 millones, el sistema nacional de estadísticas de India es uno de los más grandes del mundo. Tiene unos 5.000 empleados con dedicación exclusiva a nivel central y más de 6.000 técnicos y supervisores adicionales durante las grandes investigadores de campo que cubren los 28 estados y los ocho territorios del país.

Saurabh Garg, que amplió el uso del novedoso sistema de identificación digital Aadhaar cuando estuvo a la cabeza de la Autoridad de Identificación Única, ahora dirige la reforma del sistema estadístico nacional como secretario del Ministerio de Estadística y Ejecución de Programas. Garg dialogó con Srikanth Srinivas, de F&D, sobre la transformación de la labor estadística como consecuencia de la tecnología y los múltiples niveles de infraestructura pública digital de India, y sobre los retos que se avecinan.

F&D: Vivimos en la era de la inteligencia artificial, los macrodatos y el aprendizaje automático. ¿Cómo aprovecha India todo esto a la hora de recopilar y analizar las estadísticas nacionales?

SG: Empecemos por la recopilación. Todavía vamos de puerta en puerta por los hogares y los negocios, pero los datos se recopilan con tabletas digitales. Además, estamos trabajando para añadir chatbots con inteligencia artificial a la tableta misma, de manera que si el encuestador tiene alguna pregunta, el chatbot responda de inmediato. Todos los datos se cargan directamente de la tableta a un portal en segundo plano llamado e-SIGMA, y eso facilita el procesamiento. También estamos usando tecnología para hacer más intuitivo nuestro sitio web y hemos lanzado una aplicación móvil. Hay más infografías y los datos se pueden descargar directamente. Asimismo, hemos preparado, videos para mostrar a investigadores, estudiantes, funcionarios y otras partes interesadas, cómo acceder a los datos a nivel unitario.

F&D: Fuera del sistema estadístico nacional, se elaboran más estadísticas que en cierto sentido complementan las nacionales. ¿Cómo las manejan?

SG: El objetivo principal de las estadísticas oficiales es fundamentar la formulación de políticas para el bien público. Las autoridades toman decisiones basándose en datos oficiales como el PIB, la inflación o las encuestas. Hay cada vez más datos de fuentes no tradicionales e indicadores de alta frecuencia que brindan información complementaria sobre la situación socioeconómica desde una perspectiva diferente. Estamos estudiando cómo incorporar a las estadísticas oficiales datos del comercio electrónico, los escáneres, los dispositivos móviles, los satélites y otras fuentes alternativas. Ahora bien, las estadísticas oficiales no han perdido relevancia porque se basan en métodos y normas científicos rigurosos que permiten hacer comparaciones internacionales y pasan por un exhaustivo control de calidad que garantiza la exactitud, fiabilidad y comparabilidad a lo largo del tiempo. Todo esto reafirma su credibilidad.

F&D: Son muchos los entes que participan en la recopilación, la clasificación, el almacenamiento y el procesamiento de datos. ¿Cómo se armonizan las diferentes metodologías?

SG: Queremos lograr que los datos de otros ministerios y dependencias tengan formato de lectura mecánica para que los usuarios puedan recopilar, combinar y comparar diferentes conjuntos de datos. Esa es una de las principales áreas en las que nos estamos centrando. También hemos introducido toda una serie de pautas. Primero, creamos un registro de todos los conjuntos de datos públicos disponibles, según los diferentes niveles de importancia. Segundo, desarrollamos una estructura de metadatos nacionales y la compartimos con todos los ministerios. Tercero, estudiamos los sistemas de clasificación internacionales y los que tenemos a nivel nacional, y nos cercioramos de que los datos se basen en definiciones reconocidas internacionalmente y, por ende, sean comparables. Cuarto, propusimos identificadores únicos, tanto para organizaciones como para ubicaciones geográficas; cada organismo debe tener uno propio para garantizar que dos conjuntos de datos sean mutuamente legibles. Por último, adoptamos un método para conciliar las discrepancias entre los conjuntos de datos administrativos.

F&D: Este año, las Naciones Unidas han revisado el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN). ¿India se ha preparado? ¿Mejorarán sus datos sobre gasto?

SG: El nuevo SCN llega en buen momento porque estamos cambiando la base de las cuentas nacionales. De este modo, estamos incorporando las modificaciones que exige el SCN 2025 tanto en nuestra metodología con la nueva base como en nuevas pautas que esperamos lanzar en los próximos dos años. Además, hemos venido publicando anualmente diferentes cuentas sectoriales en los últimos años; este, por ejemplo, es el turno de las cuentas sobre bosques y agua. En definitiva, estamos adoptando los cambios propuestos.

Por el lado de la producción, como no me canso de reiterar, nuestros datos son sumamente sólidos. La última vez que cambiamos de base, hace más o menos una década, no teníamos datos del impuesto sobre bienes y servicios, que son datos del lado del gasto. Ahora sí los tenemos, y esto proporcionará estimaciones más granulares en el PIB calculado con la nueva base. Unos datos exhaustivos sobre la producción irán acompañados de unos datos igualmente exhaustivos sobre el consumo, de modo que, en su conjunto, las cuentas serán más exactas.

F&D: En lo que respecta a los recursos, ¿está India experimentando limitaciones?

SG: Los recursos son tanto financieros como humanos. No tenemos una limitación presupuestaria. No necesitamos mucho dinero porque nuestro trabajo requiere un uso intensivo de recursos humanos más que financieros. Una vez que la infraestructura informática está en marcha, los costos operativos y de mantenimiento son manejables.

En cuanto a los recursos humanos, distinguimos tres niveles. En el superior se encuentra el Servicio Estadístico, con personal muy calificado procedente de las mejores instituciones del país. A este nivel, el perfeccionamiento profesional es una labor constante. Un segundo grupo son los supervisores sobre el terreno. Afortunadamente, contamos con buenos técnicos especializados en estadística o matemáticas, que conforman gran parte del personal.

El tercer grupo son los encuestadores puerta a puerta, que reciben una formación muy intensiva. Además, alentamos a todo el personal a usar la plataforma Karmayogi, accesible a toda la administración pública, que permite adquirir competencias en otros ámbitos, como por ejemplo la comunicación.

F&D: El empleo es un tema que interesa a todo el mundo. ¿Está el ministerio trabajando para realizar la encuesta laboral con más frecuencia?

SG: Hasta el año pasado, publicábamos una encuesta anual sobre la fuerza laboral con actualizaciones trimestrales, pero que abarcaba únicamente las zonas urbanas. Desde enero de 2025, preparamos también un informe mensual sobre los sectores tanto urbano como rural. También tenemos un informe trimestral con más detalles sobre sectores y tipos de empleo. Tras haber prácticamente duplicado el tamaño de la muestra, ahora trabajamos con datos más granulares. Por otra parte, hemos añadido preguntas nuevas sobre la situación laboral, la educación, la capacitación, las aptitudes y las instituciones en las que se formaron los encuestados.

F&D: A medida que aumenta la complejidad de la economía, ¿qué desafíos tienen que superar sus estadísticos?

SG: No tenemos suficientes datos a nivel nacional ni de los estados, y también los necesitamos a nivel de distrito, e incluso de subdistrito y de aldea. Esto significa aumentar el tamaño de la muestra y, debido al nivel de granularidad, el margen de error. Y además está la necesidad de personal, financiamiento, etc. 

Ese sería un conjunto de desafíos al que hay que sumarle el de la frecuencia. La gente no está dispuesta a esperar un año para recibir datos; hasta un mes resulta demasiado. ¿Cómo acortar el plazo desde la recopilación hasta la divulgación? Esta cuestión plantea de por sí sus propias complicaciones.

El tercer desafío es mantener la colaboración de los particulares y las organizaciones que suministran los datos. En la era de las redes sociales, ¿cómo hacer que la gente siga proporcionando datos sin temer de ver invadida su privacidad, pero garantizando al mismo tiempo que los datos sean verosímiles y verificables?

F&D: ¿Cómo protegen las estadísticas oficiales de la influencia política para preservar su integridad?

SG: La confianza en los sistemas estadísticos oficiales depende en gran medida del respeto a los valores y principios fundamentales que rigen el sistema estadístico. En 2016, India adoptó los Principios Fundamentales de las Estadísticas Oficiales de las Naciones Unidas, que subrayan la importancia de la independencia profesional y la rendición de cuentas de los organismos estadísticos. El ministerio sigue estos principios, que garantizan prácticas profesionales e imparciales basadas en métodos científicos y normas establecidas.

También celebramos consultas periódicas con las partes interesadas para conocer otras opiniones sobre cuestiones técnicas. Asimismo, organizamos conferencias para mejorar tanto la comprensión de nuestros datos por parte de los usuarios como nuestra interpretación de sus necesidades y expectativas. La Oficina Nacional de Estadística publica documentación detallada sobre las encuestas muestrales a gran escala para posibilitar un examen independiente. Al promover la participación de las partes interesadas y los usuarios de los datos y mantenerlos informados, logramos producir estadísticas transparentes que responden a las necesidades de quienes dependen de ellas para tomar decisiones. 

Esta entrevista ha sido editada a efectos de brevedad y claridad.

 

SRIKANTH SRINIVAS es un periodista independiente de Bombay, India.

Las opiniones expresadas en los artículos y otros materiales pertenecen a los autores; no reflejan necesariamente la política del FMI.